En el sudeste asiático ir al hoyo, no significa necesariamente morirse. Sobre todo si le quitamos la h (oyo). O lo que es lo mismo: on your own. Se trata de una mega cadena de alojamientos, fomentada por un chico indio de 19 años, que la creó en 2013. A diferencia de Booking, no es un mero intermediario de reservas, sino que participa en la gestión de hoteles o habitaciones exigiendo unas condiciones mínimas y reformas necesarias para garantizar cierta calidad en estos alojamientos. Controla más de 12.000 y ya se ha introducido, incluso, en España.
A diferencia de Tailandia o Vietnam, donde todos los alojamientos los gestionamos con sus propietarios, en Indonesia hemos tirado bastante de Booking. Especialmente, en Bali y Flores ( no así, en Sumbawa o Lombock)
En relación a los viajes anteriores al país, en 2.008 y 2018, la calidad ha aumentado mucho más, que el precio y para nosotros, Indonesia se ha quitado esa lacra de alojamientos muy cutres, que compartía con países, como Turquía o Marruecos. Eso sí y salvo excepciones, los fantásticos desayunos de entonces -incluidos en en precio- están desapareciendo o han mermado en su cantidad.
Seguimos en Kuta, en un hotel fenomenal y barato. Y el día de hoy lo hemos dedicado a llevar a cabo una excursión estupenda y calurosa, de unos 38 kilómetros (ida y vuelta). Hemos recorrido el paseo marítimo hacia la derecha, para llegar a Senmiyak y Canggu, a través de decenas de playas de arena ocre y negra y diversos y atractivos templos de roca volcánica, tan oscuros como el azabache.
La única dificultad de la jornada ha sido atravesar unos cuantos canales de corrientes diversas y hasta alguno de ellos de posibles aguas fecales.
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