En los alrededores del aeropuerto de Trondheim -digamos, unos cinco kilómetros a la redonda -, existen más de diez supermercados, a los que se accede de forma sencilla por las vías personales/bicicleta. El más recomendable es el sueco, Rema 1000, por encima del Netto danés. Pero, en Dinamarca, estos términos se invierten. Hay productos que cuestan tres o seis veces lo que en España, pero también existen unos cuantos más baratos o de precio similar, que forman la base de nuestra alimentación.
Un kilo de Kartoffelsalat,, anda en 1,25€, se trata de una ensalada de patatas, mayonesa, hierbas y cebollino, nacida en Alemania. Otro productos asumibles: latas de sardinas, algunos snacks,cremas envasadas en tubos,como si fueran pasta de dientes, de sabor a caviar, chorizo, jamón serrano, queso, jalapeños..., que se untan en el pan. El surtido de galletas y dulces resulta pobre y caro, pero la gran sorpresa son las gominolas. A 1,20€ los cien gramos, tienes acceso a la mayor variedad, que hayamos visto nunca. Los noruegos son sosos, pero en vez de haberles dado por la sal, se han lanzado a por estos dulces a tumba abierta.
En cuanto a los refrescos no son de alto precio, pero el problema e el reciclado de los envases de plástico y de las latas. El sistema, que nos pareció moderno y sostenible en 2005 -primera visita a Dinamarca, Suecia y Finlandia- cuando no había contenedores d separación de residuos, ahora resulta claramente latoso e inadecuado. Por cada envase te cobran entre 15 y 30 céntimos y si lo quieres recuperar, debes introducirlos, una vez vacíos, en una máquina -no las hay en todos los supermercados -, que emite un ticket con el total a devolver.
La mayor de las muchas molestias de, que las latas van escurriendo constantemente en el equipaje y cuando las sacas, sobre tus manos y tu cuerpo.
El segundo día en Trondheim, nos dedicamos a completar varias caminatas por los senderos peatonales. Hay decenas de ellos, pero los principales, que recorrimos, son:
-Hasta la ciudad de Stjordal, municipio más poblado y con todos los servicios, incluida la primera tienda de alcohol, que hemos visto en Noruega, Suecia y Finlandia (en Dinamarca, se vende en los supermercados)
-Cruzando un puente sobre una bahía, hasta una bonita iglesia.
-La mejor: bordeando el mar por un paseo marítimo, hasta Molovika y su salvaje y bonita playa, ubicada en una punta.
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