El desagradable incidente de la estación de Essaouira nos había hecho perder un día, por lo que tendremos, que renunciar, a volver a Tafraute, el pueblo de las rocas azules, que ya visitamos, en 2010. De todas formas, no habríamos podido ir, porque hoy sábado, empieza una ola de super calor de tres días y dan 41 grados para ese lugar.
Sobre las diez de la mañana, cogemos un barato y bien acondicionado autobus, que nos conduce a Tiznit, a diferencia del de ayer, donde nos asfixiamos de calor y no nos cabían ni las piernas en el asiento. A las doce, ya hace 38 grados. Menos mal, que nuestro objetivo está encaminado a visitar localidades con playa de los alrededores, donde la brisa alivia los sudores.
Hoy, nos vamos a Aglou, en el bus interurbano número 1. Parece mentira, que al final de este camino pedregoso y desértico, haya un fantástico arenal, bordeado por un adecuado paseo marítimo, donde se ubican unos pocos restaurantes y hoteles. Hay muchas olas y corrientes, por eso la población local de Tiznit, que es la protagonista de este lugar, apenas mete en el agua los tobillos. Desde luego, está playa es mucho más bonita, que las de ayer.
En Tiznit, ya habíamos estado en 2012, aunque pasamos por aquí muy deprisa, camino del Sáhara Occidental. Tiene una bonita plaza y una medina con varias calles muy animadas e interesantes, dentro de una colosal muralla.
Tomamos habitación en todo el centro,centro un hotel de los de toda la vida, pero bien acondicionado y plagado de franceses. No dispone de ventilador, a pesar de la alta temperatura, pero esto no es novedad, porque no hemos tenido ni uno solo, en nuestros once viajes por Marruecos y eso, q la mayoría de ellos han sido en verano. ¡Es incomprensible e inaceptable!.
El domingo, nos desayunamos con una noticia grave, pero que no nos extraña nada: han detenido en este país a seis australianos por llevar puestas camisetas con el mapa de Marruecos, pero sin el Sáhara Occidental. Hemos venido tantas veces a esta nación, que nos olvidamos, de que estamos en BANANARIA y no en un país con los derechos básicos garantizados.
Hoy toca Mirleft y su playa, para lo que debemos coger el bus 18, desde el mismo sitio, que ayer. Se tarda una hora. La playa es abrupta, colosal y mas salvaje y tranquila, que la de Aglou. Hay, que andar un rato, hasta llegar a ella. El pueblo tiene un ambiente animado y cosmopolita, aunque no en su calle principal, arqueada, puntada de blanco y azul y con unos cuantos negocios y hoteles, que está vacía.
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