Bangkok (Tailandia)
Bangkok (Tailandia)
Aeropuerto de Bangkok (Tailoandia)
Bangkok (Tailandia)
Noi Soi (Tailandia)
Bangkok (Tailandia)
El pasado fin de semana, lo
pasamos recorriendo los viejos sitios de Bangkok y visitando un bonito pueblo
-llamado Nakhon Pathom-, que tiene un gran templo y un vibrante mercado, que
nos subió el animo bastante. Todo ello, mientras esperábamos a gestionar el
lunes, la visa de Myanmar.
También, nos enganchamos a
internet y nos enteramos de lo chungo que anda el mundo: El euribor al 5,5, las
ventas de coches que caen un 33% y el euro, que va de culo con el dólar. Y
Nosotros aquí, ajenos a la catástrofe. No podéis, siquiera imaginar, lo a gusto
que se vive, después de más de ocho meses, sin la esclavitud de ver todos los
días el telediario y a toda la manada de políticos parásitos
Bangkok (Tailandia)
A nosotros, lo que mas nos afecta
es lo del euro, dado que cada día, nuestro dinero da menos de si (la mayoría de
las monedas de la zona están referenciadas al dólar). Por ejemplo, en junio nos
daban 53 baths thais por un euro y ahora, son solo 47.
El lunes y como estaba previsto,
fuimos a la embajada de Myanmar, a gestionar el visado. A todo el mundo en la
cola le ponían pegas y nos empezamos a desanimar. Pues vaya, a nosotros
ninguna. A recogerlo el miércoles.
Así, que el martes volvimos al
lindo mercado flotante, que tanto nos gustó hace tres meses. Muy colorido y con
las señoras vendiendo fruta desde las barcas y posando para las fotos, muy
coquetas.
Y, como vamos organizando el
viaje, a salto de mata -más bien estilo montaña rusa-, a la vuelta y al entrar
en internet de forma rutinaria, descubrimos que para ingresar en Myanmar, hay
un cambio obligatorio de 600 dólares –300 cada uno-, por unos cuantos papelitos
-no dinero-, que no aceptan como pago en todas partes del país (se llaman,
certificados de cambio para extranjeros). Además, los boletos aéreos desde
Bangkok a Yangon, no salen baratos. Pero, lo que nos empieza a rayar, es que
vayan a por nuestro dinero, sin complejos, de una forma tan descarada.
La mañana del miércoles, se llenó
de incertidumbre, porque aunque recogimos la visa sin problemas, no sabíamos
que hacer. A mi chico, la cabeza le decía que fuéramos a Myanmar y el corazón,
que volviéramos a casa. A mí, por el contrario, el corazón es el que me
invitaba a quedarnos en la queridísima Asia, pero la cabeza dice lo contrario,
porque estamos algo castigados con tantas emociones fuertes, a lo largo de
estas 100 jornadas. Además, nuestro seguro médico de la Visa Oro, caducó hace
más de una smeana. En América estuvimos más de 40 días sin él, pero lo de
Myanmar, nos parece más arriesgado (la mayoría de aseguradoras, no dejan
contratar seguros, estando en el extranjero, si no es con un periodo de
carencia).
Los buscadores aéreos en este
caso, se pusieron de nuestra parte y en menos de media hora, encontramos un
vuelo con Egypt, Air a Madrid, a un precio interesante y con muy buenos
horarios. Pensamos y lo repensamos, mientras paseábamos por la mítica zona del
Kahosan, de Bangkok, donde se vende casi de todo, las 24 horas del día.
La verdad, que es una putada,
dejar Myanmar sin ver, porque seria el único país de la zona, pero no nos
apetece alimentar las ansias usureras de una dictadura bananera, como la de la
ex Birmania, que trata a los turistas como euros con patas. Finalmente y con
todo el dolor de nuestro corazón, tomamos la decisión de volver a casa, aun
perdiendo el dinero que hemos pagado por la visa (unos 16 euros, cada uno).
Así es este viaje: Nos levantamos
por la mañana, pensando en ir a Myanmar y por la noche, poco más de doce horas
después, tenemos ya los boletos para volar a casa.
Por lo que pasado mañana, sábado,
a la 1 de la madrugada -hora local, cinco menos en España- volamos a El Cairo y
luego a Madrid, donde si no hay problemas, llegaremos a las 2 y media del
mediodía, por lo que esperamos estar en Valladolid, a media tarde de ese día.
Este viaje nació loco,
transcurrió menos cuerdo todavía y acaba de la misma e inesperada forma, poco
cabal, con todo el dolor de nuestro corazón, con el alma encogida y con las
lagrimas en los ojos, por dejar esta zona del planeta, que tanto nos dio, que
tan innumerables buenos y malos momentos nos hizo pasar y en la que disfrutamos
de forma intensa, cada minuto, cada instante, cada aliento. No lo olvidaremos
jamás. Escribo con un nudo en la garganta y con el llanto, inundando el
teclado.
Pero, donde una puerta se cierra,
otras se abren. El próximo jueves volamos a Túnez y de ahí, continuaremos viaje
por otros sitios aun sin planificar, hasta el día 10 de noviembre (33 días).
Besos y gracias a todos, por el
apoyo que nos disteis a lo largo de los dos viajes largos (este y el de Sudamérica,
Centroamérica y México). Sin vosotros, esto no hubiera sido posible. Si no hay
contratiempos, este es nuestro último mensaje desde el hipermegaqueridísimo
sudeste asiático.
3 comentarios:
Este texto fue escrito, originariamente, el 3 de octubre de 2.008.
A Myanmar, finalmente, viajamos tres años después, también desde Bangkok, en un periplo,que durante seis meses, nos llevó por Etiopía, Bahrein, Emiratos, Omán, Tailandia, la ex-Birmania, Malasia, Sri Lanka, India y Nepal.
¡Se me olvidaba, comentar!. La información, que en aquellos días manejamos por internet, era bastante antigua. El cambio obligatorio para viajeros desapareció, en Myanamar, en 2.003. Algunas agencias de viajes -incluidas las de Kahosan, que son escasamente solventes y muy caras-, nos sumieron, aún más, en la confusión.
AH!. Y también nuestra Lonely Planet del sudeste asiático, en inglés.
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