“Bienvenidos y prepárense para
ser desplumados”, es un cartel de advertencia, que deberían colocar en todas
las fronteras de Chile. Y es, que en esta nación no se sonrojan, al tratar de
desplumar al máximo viajero, en la visita a las diferentes atracciones
turísticas.
Para un español medio, Santiago
suena a dictadura, a derramamientos de sangre, a Pinochet y a inseguridad ciudadana.
Pero, ninguna de estos cuatro elementos, se hallan hoy presentes, en el
entramado social de la ciudad. Veníamos con unas no muy altas expectativas y
esta urbe nos ha encantado. Mucho más, que Buenos Aires.
En nuestra opinión, el mayor
encanto de Santiago reside en su amplia zona peatonal, que emerge desde la
plaza de Armas, donde resulta una delicia pasear sin prisa, tomar o comer algo
y ver a los chilenos en sus actividades cotidianas. Este barrio cuenta también
con otras plazas con encanto, que lo hacen mucho más acogedor e íntimo, que los
de las grandes ciudades, que hemos visto hasta ahora en el continente.
Llevan a cabo su trabajo,
bastantes vendedores callejeros, lo que nos hace pensar, o bien que aquí la
legislación es algo más relajada en esta materia o que la situación económica
es menos boyante, que en la vecina, Argentina. Más adelante, nos iríamos dando
cuenta, de que no siempre ambas cosas están relacionadas: Por ejemplo, Ecuador
es un país de los más pobres de Sudamérica y apenas hay venta ambulante.
Nos llaman, extraordinariamente
la atención, los vendedores de mote con huesillos -especialidad local, que
nunca llegamos a probar-. Mientras y en las horas del mediodía, que ya estamos,
los lugareños abarrotan las cocinerías y fuentes de soda, con la intención de
poder llevarse algo a la boca.
Uno de los
emblemas nacionales es, la plaza de la Libertad, donde se halla el famoso
Palacio de la Moneda, que permanece constantemente rodeado de policías, que
impiden el paso desde una distancia considerable. Creo, que la señora Kichner
gana a la señora Bachelet ,en cuanto a la belleza de su palacio de gobierno. En
la parte de atrás, se encuentra la plaza de la Constitución.
Sin lugar a
dudas, nos enamoramos de sus cerros. Nos encanta el de Santa Lucía, a cuya cima
no es demasiado esforzado, subir: También, la fuente de la Terraza de Neptuno,
que está casi a la entrada y las alegres cascadas. Igualmente, las
construcciones repartidas por toda la montaña y las vistas, tanto de la ciudad,
del otro cerro -el de San Cristóbal-, como de los imponentes Andes, que nos
circundan e impresionan. Hay un poco de neblina perpetua en las montañas, según
dicen, provocada por la contaminación.
Otra opción
interesante, es dar un paseo por el barrio de la Bellavista y Lastarría. Es
precioso, bohemio y hedonista, con sus casitas de colores. Aquí tuvo una casa
Pablo Neruda. Se nota, que vive gente con plata. Salimos a la calle Pío Nono,
muy animada y llena de terrazas, donde sirven litros de cerveza a partir de mil
pesos.
Como ya de está al lado, hay que
decidirse, a subir al cerro de San Cristóbal, donde están el zoológico y el
Parque Metropolitano. Este sí, que es más esforzado, dado que en una distancia
que no es muy larga, hay que ascender, casi desde los 300 metros a los 800. En
la cumbre se encuentra la estatua de la virgen de la Inmaculada Concepción, de 14
metros de altura. También existe una capilla, donde se da misa al aire libre y
un Memorial. Se nota, que es un centro de peregrinación, con multitud de
mensajes pidiendo o agradeciendo cosas.
La avenida Providencia –que
nomina al barrio del mismo nombre- está
siempre muy animada, con gente que sube y baja o que compra en los
establecimientos de la zona. Cerca hay una oficina, que vende los boletos de
Turbus, compañía que a cambio de 27.700 CH$, nos debe llevar en la tarde de
pasado mañana, a San Pedro de Atacama (un día completo de viaje).
Lo único que no nos ha gustado,
es que por la noche, Santiago es una ciudad bastante mal iluminada, aunque en
ningún momento, hemos llegado a temer por nuestra seguridad. Nos ha
decepcionado, el barrio de Brasil, que esperábamos, fuera menos residencial
El camino, a Valparaíso, ha sido
un Vía Crucis. No sólo, hemos tenido que aguantar, a Tatiana, una pasajera, que
sabe de todo y no suelta el móvil de la oreja, sino un concierto entero, de los
Iracundos –un grupo uruguayo casposo-, enel monitor de televisión.
Al poco de estar en esta ciudad,
uno ya se puede dar cuenta de que hay tres zonas bien diferenciadas:
1ª.- El
espacio comprendido entre la estación de autobuses y el centro, que es
eminentemente comercial y tiene bonitas casas, aunque algunas bastante
decadentes.
2ª.- El
centro. Está al lado del puerto. También tiene plazas y calles bonitas, pero
está algo descuidado.
3ª.- Los
cerros. Al contrario de lo que pudiera pensar y según mi opinión, claro, es más
bonito lo que se ve en los propios cerros, que lo que se observa desde ellos.
En los cerros, hay cuidadas zonas residenciales de casas de chapa y de vivos y
variados colores. El más importante es el Cerro Concepción, al que por 250 CH$,
se puede subir en un ascensor que fue inaugurado en 1.883 y que durantes bastantes
años, funcionó con vapor.
Retornamos,
a Santiago, de noche. Habíamos pensado coger el metro, para franquear las seis
estaciones, que nos separan de nuestro hotel, pero los alrededores de las
estaciones Alameda y Borja están tan animados –con decenas de puestos de todo
tipo y muchas gente en sus alrededores-, que decidimos, retornar andando. Como
es viernes, las pandillas de chicos y chicas han tomado las aceras, para
disfrutar de unas horas de diversión.
6 comentarios:
Llevo leyendote algún tiempo y como chileno, me siento orgulloso de lo que pubblicas, aunque falten detalles.
Incluso, del titulo de esta entrada. Ja, ja.
Héctor
Ey, amigo. Te recomiendo que la próxima vez, pruebes el mote con huesillos. Aunque allá suene mal. Es my rico.
E.D.W
Hola!
Primero felicitarte por tu blog, veo que te gusta viajar y me parece genial que compartas tus viajes y experiencias a traves de tu blog.
Te comento el por que te escribo, mi novia y yo nos vamos este viernes 7 dias a Marrakech, y me gustaria que me recomendases sitios a los que ir ya que ha sido algo organizado a última hora y no hemos tenido mucho tiempo de preparar nada (por eso te escribo a esta hora, lo siento).
Nos alojamos en el riad Les Hibiscus, junto al zoco. He visto sitios para comer como Chez Grouni, o algo asi, y los tipicos sitios recomendados como la mezquita, el zoco, la plaza Jenma... pero estoy seguro que hay muchos mas sitios y cosas que hacer por alli.
Muchas gracias y felicitarte de nuevo.
Un saludo. Antonio Moreno.
Hola, Antonio
Aunque, es muy chulo, siete días para Marrakech es mucho tiempo. Hay lugares bien interesantes en los alrededores, a los que te puedes acercar en transporte público, desde la estación de autobuses, que está al lado de la muralla de la medina.
A unas dos horas de bus, se encuentra Essaouira y a la misma distancia, Safi. Son dos ciudades bien bonitas. Y a unas tres, se hallan las cascadas de Ouzoud, preciosas y muy bien acondicionadas (unos cien metros de caída de agua, que se puede ver desde arriba, desde abajo y desde el medio).
Lugares, como las garganas de Dades y Todra, ya os quedan más lejos, para tan poco tiempo.
Saludos
Muchisimas gracias. He tomado buena nota. De nuevo gracias por tu blog.
Un saludo.
Aun no entiendo porque Chile es un desplume para el turista?? Obviamente como cualquier parte del mundo los tours organizados se cobran mas caros que haciendolos por uno mismo, pero en Chile y el 90% de sudamerica las iglesias no se cobra por entrar (a excepcion de Europa) los museos son bastante economicos, salvo casas-museos dependiendo de la fama del propietario. Lo unico que puedo estar de acuerdo es en el Parque Torres del Paine que a los extranjeros les cobren 3 veces mas, pero esa politica la tienen Argentina, Bolivia, Mercosur etc que cobran mas a los extranjeros y los locales pagan menos, pero Si en Europa eres extranjero, las rebajas en museos y atracciones solo aplican a miembros de la Union Europea y eso si que es un desplume.
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