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sábado, 14 de septiembre de 2024

Comiendo gratis, durmiendo caro

 


         Pasamos la mañana tomando cervezas strong en el aeropuerto de Abu Dhabi. Naturalmente, hay, que camuflarla, vaciando en el baño las latas en una botella de agua de dos litros y bebiendola dentro de una bolsa opaca de tela. Después, comimos las últimas riquísimas bondas del viaje, compradas ayer en el Lulu de al lado de la estación de autobuses. Siempre he dicho, que la mejor comida india se vende en Emiratos.

          El vuelo de Wizzair, a Larnaca, debía partir a las cuatro de la tarde pero lo hizo con una hora de retraso. Llegamos al destino a más de las nueve, por lo que ya no tenía sentido bajar a la ciudad a tratar de comprar algo. Sin embargo, recibimos una estupenda sorpresa: al lado de una papelera y en la calle, nos topamos con dos cervezas, una lata de medio litro y otra de tercio. ¡Menudo recibimiento y pudiéndolas beber sin ocultarnos!

          Dormimos extraordinariamente y por la mañana llegaron nuevos regalos, procedentes de los desayunos de los hoteles, alguno incluso, de cinco estrellas: bocadillo de jamón York y queso, otro de mortadela, dos sandwiches de bacon y queso, tomates, pepinos, fruta diversa, croissant, un plumcake, yogures, cuatro latas de refresco, zumos, agua...¡Nos ponemos a comer, como el tío Tenazas, durante todo el día!

          Después, bajamos a Larnaca, caminando. Son seis kilómetros por una cómoda acera. De camino contemplamos con pena, como el lago salado, que vimos hace doce años se ha secado.

          Tratamos de buscar cobijo en uno de los apartamentos, donde estuvimos entonces, pero están muy deteriorados y okupados por trabajadores precarios e inmigrantes. A punto de caerse y llenitos de basura.

          No cuesta mucho encontrar un hotel y finalmente, nos toca pagar el más caro del viaje (36 € y con baño compartido). 

          Salvo el paseo de la playa, la ciudad está hecha un cacharro, mucho peor de lo que recordábamos y el calor no da tregua, a pesar de encontrarnos a mediados de septiembre. Sin embargo, hemos visto más guiris aquí, que en los restantes sesenta y siete días de viaje 

          Mañana por la noche, si no hay novedad, volaremos, a Roma.

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