Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

miércoles, 31 de julio de 2024

En Indore, camino de Mandu

           El segundo hotel de Ujjain dejó bastante, que desear, sin ventana a la calle, con un baño cutre y con un jovencito del room service, al que tuvimos, que parar los pies, porque en tan solo hora y media nos aporreó la puerta tres veces: para limpiar, para ofrecer un té y para la cena. Menos mal, que no nos picaron los bichos del colchón, como nos ocurrió en Daman y fundamentalmente, en un reborde elevado del jardín del aeropuerto de Bombay, donde dormimos la noche de la llegada.

          Comenzamos nuestro sexto día en India -23 de viaje-, aún sin haber visto el sol, camino de Indore. El tren salió tarde, como los dos anteriores de jornadas pasadas. Hay dos asuntos recurrentes, que siempre nos persiguen en India: si llegamos a una estación y debemos coger otro transporte, este sale de otra distinta y si necesitamos algo, estará siempre en la acera de enfrente. Y cuanto más lo anhelamos, más dificultad existirá para cruzar la calle.

          Tuvimos, que tomar un transporte compartido de la terminal de Sarwate, a la de Gangwal y cuando llegamos,descubrimos, que solo hay un transporte directo, a Mandu y es a las siete de la mañana. Para el resto del día es necesario hacer cambio, en Dhar.

          Optamos por buscar un hotel económico en los alrededores y resultó casi imposible porque hay pocos y son caros. Cuando ya lo dábamos todo por perdido, nos topamos con un buen hombre y cerramos una negociación favorable. En este viaje y por primera vez, estamos usando una nueva táctica, que consiste en reducir el número de horas en la alcoba, a cambio de disminuir notoriamente, el precio porque las habitaciones en India están disparadas.

          El mayor atractivo de Indore es el Palacio Rawjada, también hay varios templos a los que no tuvimos tiempo de ir.

          Mañana madrugaremos para llegar, a Mandu, lugar donde tenemos depositadas muchas expectativas.

          Después y si todo va bien, abordaremos Maleswar y Onkaresshawar, último punto de visita en Madya Pradesh.

          Para más adelante queda, volver a Sikkim y hacer incursiones en Megalaya, Mizoran, Manipur y Tripura.

          Está tarde y cuando nos recogíamos, hemos visto una comitiva mortuoria desfilando, con el fallecido sobre parihuelas y una celebración muy festiva. Al fin y al cabo y para esta gente, la muerte no es un drama.

De entierro, en Indore


 

martes, 30 de julio de 2024

Ujjain

           No encontramos billetes nocturnos desde Vapi, a Ujjain y debimos hacer las diez horas de camino por el día, aunque con plaza de litera reservada. Se hizo algo largo, pero no fue mala opción, porque se pasó el día diluviando, como no habíamos visto nunca y eso, que ya llevamos muchos monzones a las espaldas. Así están todos los ríos, que cruzamos: desbordados y de color marrón cagalera.

          La estación de Ujjain estaba muy animada y colorida, con grupos de gente sentados y tumbados sobre el suelo, que pasarían en ella la noche. Dadas las horas, que eran pensamos, que tendríamos, que acompañarlos, pero de forma inesperada apareció, justo enfrente, un hotel estupendo con precio de chollo y no lo pensamos más. Para contrarrestar, cenamos las peores samosas, que hayamos comido jamás, en India.

          A la mañana siguiente, nos las prometíamos muy felices, queriendo renovar la habitación, pero nos dijeron, que el precio había sido especial por haber llegado tarde y nos pidieron el doble. Así, que a buscar nuevo hotel, lo cual no es muy costoso, porque los hay a cientos, aunque no tan buenos, como el de ayer. Resulta, que nos encanta vivir aventuras, pero luego nos enfadamos, cuando las sorpresas son desagradables.

          Hay que decir, que el centro de Ujjain es un caos terrorífico y que tanto aquí, como en el templo principal, abundan como en casi ninguna otra parte del país los pertinaces pelmas de los distintos gremios: los del transporte, los pedigüeños -hombres y mujeres por igual y niños y niñas-, los comisionistas de los hoteles y restaurantes, los pintacaras de rojo y amarillo para los devotos, los vendedores de ofrendas, los desagradables vigilantes del templo central... Y claro, siendo los dos únicos guiris del lugar, sufrimos lo nuestro.

          Salvo unos pocos templos ubicados en los inundados ghats del río, la mayor parte de los atractivos de Ujjain de distribuyen en los cuatro lados de un enorme estanque.

          El complejo del templo de Mahaleswar Jyotirlinga es espectacular y estaba abarrotado de gente en un día entre semana, así, que no me imagino, como estará en el Kumbh Mela (próximo enero). Tiene estilizadas e imaginativas esculturas de Shiva y otros dioses y la música es rayante y estridente, durante toda la visita. No permiten el uso de cámaras de fotos, aunque sí de móviles.

          El resto de lugares de interés son básicamente, otros templos. La ciudad es chula , no pensábamos, que en un sexto viaje al país, nos quedará por visitar , un lugar de semejante envergadura.

          Hay, que destacar, lo difícil, que resulta encontrar refrescos y fritanga. El mercado es impresionante, concurrido y casi eterno, pero fundamentalmente, está dedicado a toda la liturgia de ámbito religioso, especialmente, a la pintura de la cara y las ofrendas.

El enorme mercado de Ujjain


 

Celebración 🎂 callejera, en Ujjain


 

Templo de Harsiddi, en Ujjain


 

Ghats de Ujjain


 

Templo principal de Ujjain, desdé él otro lado del estanque


 

Más esculturas del templo principal de Ujjain


 

Templo principal de Ujjain


 

Templo de Mahaleshwar Jyorirlinga, en Ujjain


 


domingo, 28 de julio de 2024

Otra vez, el timo del revisor estafador

           Con un embarque absolutamente caótico y con más de una hora de retraso, volamos desde Mascate, a Abu Dhabi y sin abandonar la zona de tránsito, a Bombay. Habíamos dejado India a principios de primavera, seca, polvorienta y con el aire viciado y ahora, tras un mes de monzones, la encontramos verde, extremadamente nublada y enfangada.

          En Omán vivíamos el infierno, durante cuatro horas al día -en las abrasadoras calles- y en el paraíso habitacional de aire acondicionado las otras veinte. Aquí, tenemos la sensación de estar las veinticuatro horas en el purgatorio: no sufrimos temperaturas extremas en el exterior, pero debemos confirmarnos con pernoctar solo con ventilador. 

          Entrar en India fue sencillo y rápido, porque como tenemos visado de un año, nos servía el de la vez anterior. No quisimos quedarnos en Bombay, porque es la ciudad de las grandes, que menos nos gusta y los alojamientos son caros y pésimos.

          Así, que decidimos marcharnos a la conocida Daman, que está camino de Madya Pradesh, donde llegaremos en los próximos días para visitar casi una decena de destinos, antes de regresar a Sikkim y abordar algunos estados del nordeste, que nos quedan pendientes.

          En el tren a Vapi, sufrimos un incidente altamente desagradable. Debemos decir, por nuestra dilatada experiencia en el país, que los timos no son frecuentes, pero lo que nos ocurrió, ya lo padecimos hace diez años, en nuestro segundo viaje a esta nación.

          Compramos billetes sin reserva, al tratarse de un recorrido de 170 kilómetros y dos revisores distintos -uno, con más empeño y perseverancia - trataron de estafar nos una cantidad importante, alegando, que no teníamos plaza. ¡Ni que fuéramos primerizos! Nos enfadamos bastante, nos negamos a pagar, les amenazamos con llamar a la policía y finalmente, nos dejaron en paz.

          En Daman hemos vuelto al mismo alojamiento de hace cuatro meses y los dueños nos han conocido. Hemos comido también, en el sitio de siempre y sobre todo, hemos recuperado el tiempo perdido en barata cerveza .

          Como novedad, están arreglando la calle principal, que falta hace, pero la playa y debido al monzón, está hecha un asco, con kilos y kilos de basura, que han arrastrado las mareas.

sábado, 27 de julio de 2024

Sorpresas de última hora

          Pues no. No fuimos a  Nizwa, que  era el otro gran objetivo de Omán. La apacible vida sedentaria en la fresquísima habitación, la pereza, el asfixiante calor,  el desconocimiento sobre todo el transporte público interurbano en este país, tuvieron la culpa. Está claro, que para visitar Omán, más allá de Mascate, se debe alquilar  coche, si o sí.

          Este país es, como es y aunque las cosas sean más fáciles y amistosas, que hace casi tres lustros, no hemos podido evitar dos tremendos sustos.

          Por un lado, el Mascate Bank trató de duplicarnos el importe obtenido del cajero y menos mal, que nuestro banco reaccionó a tiempo. Ya habíamos mostrado desconfianza con el uso de tarjetas de crédito y por eso, todo lo hemos pagado en efectivo y las reservas de hoteles las hemos hecho donde no pedían este requisito.
   
          Pero, aún fue peor momento, cuando en el aeropuerto y en el control de pasaportes, no me dejaban salir. Mi pareja, sin problemas y yo, más de media hora de silencio, porque ni hablan inglés, ni ganas, que teníamos de saber lo que pasaba. Son documentos consecutivos y tenemos los mismos sellos, pero al madero de mierda, había algo, que no le cuadraba y nos puso nerviosos hasta la desesperación, de perder el vuelo o algo peor: ella estaba fuera y yo dentro, con las consecuencias imprevisibles, que podrían haberse producido.

          Para terminar con Omán, unas pocas pildoritas anecdóticas:

          No vimos en nuestra estancia ni moscas, ni hormigas, ni cucarachas, ni chicharras. ¡Les gusta el calor, pero parece que no!

          Es imposible mezclar el agua de la ducha en los hoteles, porque a los depositos les da el sol y debes elegir entre muy caliente e hirviendo.

          En Omán hay poca gente por la calle -no es extraño, por el calor y porque no existe forma de divertirse- pero el 80% de los transeúntes son hombres y el resto, mujeres cubiertas totalmente de negro -cuervos-, nunca solas y de todas las edades (las de veinte, también.

          En seis días en Omán, habremos visto unos 10 guiris.
      
          Ya estamos en India.
 








jueves, 25 de julio de 2024

miércoles, 24 de julio de 2024

La dispersa Mascate

           Mascate es tan extraordinariamente dispersa -es difícil creer, que alguna vez hubiera siquiera un boceto de plan urbanístico -, que puede visitarse con todas las creatividades posibles, aunque unas fórmulas son más prácticas que otras.

          Exponemos aquí, la nuestra:

          Se toma el autobús A1, desde el aeropuerto y se baja en la Gran Mezquita del Sultán Qaboos, que solo puede ser visitada por dentro de 8 a 11. Si es fuera de horario o no os apetece, no os deprimáis, porque Mascate es seguro, la ciudad con más mezquitas por kilómetro cuadrado del mundo. Cuesta encontrar un supermercado, un centro comercial, un restaurante o incluso personas por las calles, pero desde cada lugar, por remoto que sea, al menos, veréis un minarete.

          La misma linea os llevará a la estación de autobuses locales, Ruwi. Al lado, hay un supermercado Nesto, bien abastecido y barato.

       Desde allí , la línea 4 os conduce -pasando por el zoco y en poco más de cuarto de hora -, hasta Old Muscat. Allí nos alojamos.

          Es un barrio fantasma, lleno de casas bajas y blancas, complejos oficiales y como monumentos están el Museo Nacional, el palacio Al Alam y los fuertes Al Mirani y Al Jalali. Nada parecido a algo "Old", sino fuera por el estado de algunos edificios.

          El siguiente plan puede ser recorrer andando los seis kilómetros de la Corniche, desde el Palacio Real, hasta el Mercado de Pescado. Casi ninguna sombra para un recorrido con muy buenas vistas, tanto del mar, la bahía, los acantilados y las escarpadas y peladas montañas del interior (unos y otras, plagados de esbeltas atalayas).

          En la zona del Fish Market -solo abierto por la mañana -, está también el de frutas y verduras, el zoco -parcialmente cubierto, el zoco del oro y la plata y una maraña de calles con casas en distinto estado de conservación.

          A tomar por el culo de todos los lugares anteriores se encuentra el único barrio animado de Mascate, llamado  Al Qurum. Está habitado por expatriados, principalmente y cuenta con numerosos restaurantes y bares, donde poder comer algo distinto a platos árabes e indios y llevar a cabo un acto tan exótico aquí, como tomar una cerveza. Su atractivo monumental más interesante es la Ópera Real. Para no hacerse más líos, lo mejor es ir en taxi.

          Hay otra corniche y otros barrios de menor interés como el de Al Ghubrah, pero hasta allí no fuimos.

¡No hay alcohol, pero si Agua 💧🔫 ardiente!


 

Desde la terraza de nuestra habitación 🛏️ de hotel 🏨, en Mascate


 

martes, 23 de julio de 2024

Mascate práctico (parte II)

           GENTES: los omanies son bastante amistosos en el trato con el extranjero, por el que muestran curiosidad. Gracias al GPS, no hemos tenido, que preguntar demasiado, pero casi siempre están dispuestos a colaborar. Otra cosa son los vendedores del zoco y los taxistas, que resultan bastante pesados y algo agresivos.

          SEGURIDAD: bien. Tanto la vial, como la ciudadana . Los conductores, salvo excepciones, resultan educados. Es improbable, sufrir robos o asaltos, como en la mayoría de culturas musulmanas. Pero, como vas siempre tan solo por la calle -y más de noche-, la situación de alerta es constante.

          COMIDA: los restaurantes se encuentran dispersos y no son baratos. Sí lo son los de comida rápida, aunque aún hay menos. La solución más frecuente pasa por la comida preparada de los supermercados -no los hay en cada esquina- Lulu y Néstor -de tipo indio o árabe- y los Coffe Shop, donde de vende fritanga a precios ridículos (bondas, varaw, samosas, pakora, huevos rebozados...)

          BEBIDA: el agua del grifo es potable, pero sabe mal, hasta helada. Los refrescos son caros y en las habitaciones de hotel suelen tener hervidores de agua para café, té o sopas. Sin demasiadas dificultades, encontramos la tienda de cervezas y bebidas alcohólicas, que se encuentra a 10 kilómetros de la estación de autobuses y se llama Deser Trade Company. Todo nuestro gozo en un pozo, porque solo venden a residentes extranjeros con licencia y no a turistas. El indio cabron, que atiende, es muy estricto 

          WIFI: en Abu dhabi, la mayoría de los wifis públicos -incluida estación de autobuses y centros comerciales- son de largo y tedioso registro, además de comprometer datos sensibles y peligrosos. En Mascate, por el contrario, hay muchos libres, sin más, incluidos los de todos los autobuses públicos.

          ENCHUFES: planos y de tres patas. Hay, quien dice, que vale el normal si añades en el agujero de arriba una patilla de las gafas.

          Mascate es muy tranquilo y limpio en casi todas sus zonas, no habiendo encontrado ninguna caótica, para nuestra sorpresa.

          Para finalizar, decir, que es fundamental elegir un buen alojamiento, porque vais a pasar muchas horas en él. A veces, por un poco más, incluyen desayunos decentes, que te arreglan la mitad del día.

Mascate práctico (parte I)

           Quien se ponga partiendo de cero a planificar un viaje, a Mascate -y en cierta medida al resto de Omán -, puede sentir angustia y cierta desesperación. La dispersión de las visitas, el transporte público, las zonas de alojamientos...

          Pero, no os preocupéis, porque al final, todo es más fácil de lo que parece.

         Vayamos con esta breve guía práctica de Mascate, expuesta en dos entregas.

          DINERO: cuando llegas al aeropuerto es lo primero, que necesitas, porque los buses no pueden pagarse con tarjeta de crédito. El cambio en la terminal es tan usurero, que vuestro banco -por leonino, que sea, que los hay y muchos- os dará mejor tasa, sacándolo a débito. Los cajeros funcionan muy bien.

          ALOJAMIENTO: conviene llevar el tema estudiado, previamente. Hay tres zonas básicas donde buscar: Old Muscat, Mutrah y el entorno de la estación de Ruwi. Nosotros elegimos la primera, donde contratamos un apartamento por dos noches. Llegado el momento, nos fuimos otras dos a la segunda, porque Old Muscat es muy tranquilo, pero salvo escasos Coffe Shop desabastecidos, carece de los servicios más básicos para el viajero.

          TRANSPORTE: si no optáis por coche o taxi, para llegar al alojamiento se debe coger el autobús, que resulta bastante barato. En este caso estáis de suerte, porque las tres zonas están conectadas de forma muy sencilla: del aeropuerto, a Ruwi, el A1 -pasa por la mezquita principal y cuesta 500 paisas- y desde la estación, a Mutrah, primero y Old Muscat después, el 4 (cada veinticinco minutos y 300 paisas)

          CALOR: lo hace todo el año -las piscinas de los hoteles abren los 365 días -, pero en julio es insoportable, superando los 49 grados, que junto al 85% de humedad, dan una sensación de 52. Mascate no es Abu Dhabi, donde hay numerosos centros comerciales acondicionados y edificios altos, que dan sombra. La exposición al sol es casi constante, porque por no haber, no hay casi ni palmeras en la larga corniche. A las ocho de la mañana, ya no hay quien aguante en la calle. Por lo que para salidas largas caminando, la mejor franja -la menos mala - sorprendentemente es, a partir de las cuatro y media de la tarde, cuando la calima viene a nublar parcialmente el sol y se levanta algo de viento (comprobado, in person). Mascate -Abu Dhabi, también -, es una ciudad fantasma en las horas centrales del día. Solo transitan indios o ciudadanos de Bangladesh, que van o vienen del trabajo. El tráfico es igualmente reducido y el 90% son taxis.

lunes, 22 de julio de 2024

Día 13

          El día 13 de viaje era tan ansiado, como incierto y peligroso. Nosotros ya habíamos estado en Omán, en 2011, recorriendo una pequeña parte del país y tuvimos tantos problemas, que siempre nos dió demasiado respeto volver.
    
          La página del MAE habla de exención de visado para los españoles, que visiten el país por menos de catorce días, cual era nuestro caso. Nada más.

          Sin embargo, otros viajeros añadían tres condiciones más, de las que cumplíamos dos: tener billete de vuelta o de continuación -a India, en este caso - y disponer de una reserva de hotel confirmada.

          La tercera, técnicamente, nos faltaba y consistía en un seguro médico obligatorio, pero podíamos arreglarlo presentando una póliza colectiva de una tarjeta de crédito, que ya no está vigente, pero que daría el pego.

          El día 12 y en el aeropuerto de Abu Dhabi había terminado con bastante incertidumbre. Al sacar la tarjeta de embarque, con Wizzair, a Mascate, nos apareció una contradicción. Nos daban asiento y ponían el símbolo de ok, pero al mismo tiempo, indicaban , que no eran válidas, si no se imprimían. Algo así, como lo que Ryanair hace en Marruecos. Nos fuimos a dormir desconfiados, entre trago de ron y ron.

          El madrugón comienza con el temido sobresalto: la máquina de acceso no lee los códigos QR y debemos acudir al mostrador. Tras un par de minutos de máxima tensión, nos entregan dos tarjetas físicas.

          A partir de ahí, todo pareció estar planeado para nosotros. Al salir de Emiratos, rapidez en la gestión de pasaportes y un control de equipajes sin apenas exigencias.

          Y al llegar, a Mascate, disfrutamos del control de documentos más veloz, desde que estuvimos en Vietnam, hace ya nueve meses. Y ni un solo requisito de los mencionados nos fue requerido, además de la amabilidad, que caracteriza a la mayor parte de los ciudadanos de este país.
 
          Llegar a nuestro apartamento y no hacernos una caraja con las zonas de la ciudad, cuestiones también temidas, se resolvieron con extrema facilidad, pero de eso, ya hablamos más adelante.

          ¡Bendito día 13!

De 52 grados a 15 en un segundo

           Y de madrugada, volamos desde Corfú, hasta Atenas y estuvimos seis noches seguidas sin alojamiento: la de la isla, dos en la capital griega y tres en el aeropuerto de Abu Dhabi. En esta ciudad, dos, obligadas, dado que una llegamos tarde y en la otra salíamos muy temprano. Y la del medio,nos fue imposible encontrar una habitación digna, fácil de localizar y barata, por menos de cuarenta euros, cuando en Dubai o Sarjha las hay a cientos.

          La entrada en Emiratos, por cierto, resultó bastante abrupta. En el control de pasaportes y como en enero pasado, mucha lentitud y demasiadas pegas. Y una vez traspasado, no pudimos pagar con tarjeta los bonos del autobús al centro, porque los dos datáfonos estaban averiados. Manda narices, que en una islita de Panamá, pudieras pagar con dinero de plástico unas cervezas hace tres lustros y anden con estas en un aeropuerto internacional.

          El resultado tuvo tintes de usura y de los diez euros canjeados, entre el mal cambio y la comisión, perdimos 2,50€ (un 25%).

          Ya habíamos estado en Emiratos en julio, en 2011, así que los 45 grados y el 90 por ciento de humedad, ya los conocíamos. Es horrible, porque según sales a la calle,el calor te embadurna y la ropa se va calentando hasta parecer arder. Y todo, mientras el sol te hunde contra el tórrido asfalto. Menos mal, que en la ciudad hay muchos centros comerciales y edificios climatizados, que en un segundo te llevan de una sensación térmica de 52 grados, a 15 y viceversa. ¡Me río yo de las montañas rusas!

          Bañamos nuestras penas en cerveza de 16 grados y ron cubano -a 2,5 euros la botella de 75 centilitros-, que compramos en la socorrida tienda de alcohol, que encontramos en enero pasado y que está a solo un cuarto de hora andando de la estación central de autobuses.

          Comimos también, bastante decentemente, gracias a que en los supermercados Lu lu venden comida preparada muy barata. La mayoría es de origen indio y está mejor que en la nación de origen.

          Y nada de visitas turisticas , porque ya habíamos hecho las pertinentes -mezquita principal incluida-, el invierno pasado, con algo menos de calor y calima.

Costa escarpada de Mascate


 

Old Mascate, a 52 grados


 

Fortalezas en Old Mascate


 

domingo, 21 de julio de 2024

La turismofobia no es la solución

           Madrid, Bolonia, Venecia, Corfú, Atenas... Los primeros diez días del viaje han sido un sinvivir, a través de la Europa invadida por el depredador turismo masivo en forma de hordas invasoras. Realmente y para todos, la situación va camino de convertirse en insostenible y sin una solución o salida clara.

          Y es, que casi todos los actores de este escenario tienen razón. Los vecinos y residentes, tienen derecho a protestar y a ver sus vidas reparadas, ante una invasión turística molesta -hay mucho viajero maleducado - y caótica.

          A los propietarios o gestores de los alojamientos tampoco les falta razón, al fin y al cabo, nadie les puede negar el querer obtener una rentabilidad de esos inmuebles.

          Y finalmente, están los turistas, que son los que pagan la fiesta y a los que asiste todo el derecho a disfrutar de su tiempo y su dinero, donde les de la gana. 

          Los claros culpables de esta situación son los ayuntamientos y sus responsables, que no se conforman con no ser capaces de resolver el problema,sino que se convierten en entes recaudadores mediante injustificadas tasas, que nunca queda claro, a que van destinadas. Cuanto más días está un turista en un lugar, más se gasta, por lo que no tiene sentido penalizarlo más con una cuota diaria. Desde mi punto de vista, un impuesto de este tipo solo tiene sentido en el turismo de cruceros, que contamina mucho y deja poco dinero en el destino, porque tiene los gastos pagados en el barco. Veinte euros por persona y visita, no me parecería nada desproporcionado.

          La turismofobia no tiene sentido, porque todos hemos sido turistas alguna vez. Es, como si un conductor odiara a los caminantes, cuando tarde o temprano, se tendrá que bajar del vehículo y andar.

Nuestro hotel 🏨 en Mascate


 

Zoco de Mascate


 

Bahía de Mascate


 

Corniche de Mascate


 

Old Mascate

 


jueves, 18 de julio de 2024

La Euro acaba, el viaje sigue

           Y sí. Ganamos la Eurocopa, disfrutamos, como enanos y dormimos, como angelitos, embadurnados del potente y protector aire acondicionado. A la mañana siguiente y sin más preámbulos, partimos para Sarande, lugar, donde ya habíamos estado hace un par de años.

          Los días anteriores a la emocionante final, no habíamos perdido el tiempo. Por una parte y en la no sencilla web de Finikas, compramos dos billetes de ferry, que nos iban a transportar desde Sarande, a Corfú, a un precio más ventajoso, que la última vez.

          Por otro y con Wizzair, adquirimos los boletos aéreos, que nos llevarán desde Abu Dhabi, a Mascate, el próximo día 21. Para cerrar el círculo, ya solo nos resta contratar el tramo, Mascate - Bombay -con escala en Emiratos -, que nos lleve a India, donde comenzaremos el sexto periplo por este país.

          En Corfú y debido a los precios imposibles de los hoteles -110€ es lo menos que nos pidieron-, pasamos la noche a la intemperie, absorbidos por el inaguantable calor húmedo, que también nos persiguió la noche de Venecia o la inaguantable mañana de Gjirokaster. Este y no otro, está siendo  el auténtico problema del viaje y no parece, que vaya a tener solución en el corto y medio plazo.

          Ya hemos aprendido, que es mejor pasar una noche fresca, por incómoda, que sea, en el hall de un aeropuerto, que en la calle o en una habitación terriblemente calurosa, que además, no es gratis. Por eso y tras dos cómodas noches en la terminal de Atenas, acabaremos otras tres en la de Abu Dhabi, porque los alojamientos vistos en esta ciudad dejan mucho que desear.

          Sí que hemos contratado para varias noches un apartamento en Mascate, que cuenta con muy buenas referencias.

          Sudores agónicos, al margen, pasar una noche en blanco, en Corfú, no conlleva demasiados problemas. Hay tanta gente por las calles y en la plaza principal, que no sientes inseguridad alguna. Dispones además, de negocios de comida y bebida, que abren las 24 horas.

          Y no te aburrirás, contemplando el último reto callejero, que te engancha , como a un tonto. Consiste en colgarte de una barra elevada horizontal y aguantar 100 segundos, sin caerse. Pagas 10€ y si lo logras, ganas 100. No vimos a nadie, que lo consiguiera (el que más aguantó 75 segundos).

          Por lo demás, Corfú sigue igual, que hace dos años. O peor: han cerrado la oficina de turismo y la fortaleza nueva, que era gratis, ahora cuesta 5 €.

          Sobre la masificación de los destinos y la turismo fobia, os hablo en la próxima entrada.

domingo, 14 de julio de 2024

Gjirokaster

           Nos despedimos de María y Laszlo y tras un intento fallido de alojarnos en un inexistente bungalow de un camping, acabamos en el hotel Heraldo, junto a la estación de autobuses. Sin duda, la mejor habitación, que hayamos disfrutado nunca en todos los viajes a los Balcanes. Veinte metros de tamaño, con buen baño, aire acondicionado demoledor, wifi y televisión de pantalla plana. También, una amplia terraza, que con estas temperaturas no sirve para nada.

          Tras dejar los achiperres habituales y bajar de la alcoba, el cielo empezó a nublarse. El resultado final, cuatro truenos y cinco minutos de lluvia fuerte -la primera del viaje -, para de inmediato, volver a los insufribles 38 grados.

          En Gjirokaster, a la dificultad del calor extremo, hay que añadirle, la falta de viento, las omnipresentes cuestas y las numerosas calles empedradas, que castigan los pies.

          Gjirokaster no es un lugar muy turístico y es de agradecer. Aunque los precios son mucho más altos, que en Vlore. El atractivo principal, son las calles de arquitectura italiana, donde se ubica la mezquita, los negocios del bazar, una buena legión de bares y restaurantes y el túnel de la nostalgia albanesa, relacionado con objetos del antiguo régimen. No es tienda, por lo que se debe pagar un euro por la entrada.

          Muy cerca, aunque algo escondido, se encuentra el Cold War Tunnel, un búnker -se construyeron miles a lo largo del país -, erigidos en los sesenta ante temores de ataques nucleares a Albania. Hoy están abandonados, menos este, que se ha convertido en museo (seis visitas guiadas al día, 2 € la entrada) .

          Tras un ascendente paseo se llega al castillo -4 euros - y a un barrio de bonitas casas otomanas enclavadas en la montaña. Caminando media hora hacia arriba se transita hacia un acueducto llamado Ali Passa Bridge, pero a los diez minutos nos dimos la vuelta, por el calor y porque no habia nadie.

          Las indicaciones de los lugares no son buenas, así, que constantemente, ves a unos guiris preguntando a otros en diferentes idiomas, lo que es muy gracioso.

          Cuando esto escribo, queda una hora para el inicio de la final de la Eurocopa, que viviremos aquí, como hicimos, en Bangkok en 2008; en Midelt -Marruecos-  en 2010 y en la propia sede del torneo, en Kiew, en 2012. ¡Aúpa España!

¡¡¡Aupa España, desde Albania!!!


 

¡Adiós 🫂 a Gjirokaster!


 

Castillo 🏰 de Gjirokaster


 

Panorámica de Gjirokaster


 

sábado, 13 de julio de 2024

María y Laszlo

           Nuestra llegada a Vlore resultó tan  agradable como deliciosa fue nuestra partida. Vayamos por partes y expliquemos esas emociones tan contradictorias.

          Habíamos reservado habitación en el hotel Erisun, donde el check -in, se podía hacer desde las nueve de la mañana. Nos mandaron un mensaje para saber la hora de nuestra llegada, a lo que contestamos, que entre 12:30 y 13:30. Arribamos a la una y una chica tan guapa como desagradable nos indicó de forma muy tosca, que no podríamos ingresar hasta las dos. Al preguntarle, si al menos, podíamos dejar el equipaje -33 grados en la calle -, de forma muy abrupta , nos indicó, que no. Y con el cabreo, nos fuimos a entretener el rato a un mercadillo y a la estación de autobuses.

          Hoy, un día después y al ir a tomar el microbús para Gjirokaster, hemos conocido a María y a Laszlo, dos treintañeros estupendos con los que hemos compartido dos horas estupendas hasta llegar al destino. Y todo ello, a pesar de la estrechez de los asientos, de ir en la última fila y de solo tener un hilillo de aire acondicionado, que dejaba de fluir en las cuestas. Los viajeros interesantes y por encima de monumentos o paisajes, siguen constituyendo las mejores experiencias de cada periplo 

          Al margen de intercambiar vivencias y anécdotas, lo que supone momentos maravillosos, estos chicos nos han contado algunas cosas de Albania, que deberías saber y que les narró un guía en español en un circuito gratuito. en la ciudad de Berat.

          En el país, hay 700.000 trabajadores y 800.000 pensionistas, por lo que la balanza económica está muy descompensada. Eso sí: la mayoría de pensiones no sobrepasan los 200-250 euros.

          Hay muchas obras, que están inactivas, sencillamente, porque no hay trabajadores. Los albaneses se largan fuera y los asiáticos no arriban al país, debido a los bajos salarios 

          El asunto, lo han arreglado con una fórmula tan terrible como imaginativa: el 25% del PIB albanés lo generan los residentes en el extranjero, al mandar dinero desde el exterior.

          También nos hablaron sobre el tema religioso. Durante el régimen anterior estaba prohibido creer en religiones, porque el país era oficialmente ateo. Ahora, la gente se ha adherido a credos -mayormente el musulmán -, pero sin demasiado entusiasmo. Casi, por decir, que se cree en algo, más allá de uno mismo.

          Gracias por todo, María y Laszlo.

          El bus entre Vlore y Gjirokaster no es directo. Hay que cambiar a unos 15 kilómetros, pero te lo dan todo hecho 

Iglesia, en Gjirokaster


 

Gjirokaster, en Albania


 

Gjirokaster, quinta parada 🛑 del undécimo viaje ✈️ largo (UVL)


 

viernes, 12 de julio de 2024

Primeros cuatro días del undécimo viaje largo

           Termina el cuarto día del undécimo viaje largo y no hay mucho, que contar, porque todo ha transcurrido sin sorpresas, según lo previsto. Sí hay dos protagonistas insistentes y nocivos en estas jornadas transcurridas son el asfixiante calor y el sol cayendo de plano, sin ninguna nube. En Venecia, siendo las doce de la noche, hemos llegado a padecer 30 grados con un 96% de humedad. ¡Insoportable!

           Volamos de Madrid, a Bolonia, en un vuelo abarrotado. Decidimos bajar al centro caminando y ahorrarnos el caro autobús. Son unos 7 kilómetros con aceras. Habíamos estado en esta ciudad otras dos veces, pero hacia mas de quince años, por lo que la descubrimos de nuevo, con su plaza maggiore y las iglesias, palacios y la zona comercial de postín de las calles adyacentes. Aunque, tradicionalmente golpeada por la droga, resulta una ciudad muy elegante.

          Después tomamos un barato y confortable bus de Flixbus a Venecia y disfrutamos de la ciudad de noche, con sus calles y plazas vacías. ¡Una maravilla!. Ahora, cobran por entrar 5 euros, aunque solo en fines de semana y festivos y de 8:30 a 16:00 horas. Se trata de una sinvergonzonería recaudatoria, porque nadie va a dejar de ir a la ciudad por esa tasa. Hay muchos más canales malolientes, que en nuestra última visita, hace tres lustros.

          Con la plaza de la señoría, la muralla con sus dos puertas, varias iglesias y la logia, terminamos nuestro periplo italiano, en Treviso, una ciudad con encanto, debido a sus bonitos canales. También, recorrimos andando el camino de 4 kilómetros, que lleva a su pequeño, pero coqueto aeropuerto. Desde aquí, volamos a Tirana.

          Hemos estado un par de veces en esta capital, así que decidimos evitarla y tomamos un bus desde la propia terminal a Vlore.

          No es una ciudad con mucho encanto, pero en Berat -otra forma de llegar, a Gjirokaster-, ya habíamos estado. Lo mejor: su paseo marítimo,la playa, la plaza de la bandera, algunas mezquitas pequeñas construidas en piedra y un rico borek relleno de cebolla y carne.

          Mañana, nos dirigiremos a Gjirokaster, adonde solo circula un autobús al día. Esto es muy típico de Albania, la cierta carencia de transporte en muchas rutas. Cruzamos los dedos, porque nuestro anterior intento de visitar este lugar hace dos años resultó fallido.

Vlore, en Albania. Cuarta parada 🚏 del undécimo viaje 🛩️ largo


 

lunes, 8 de julio de 2024

Madrid, ciudad de vergüenza. Madrid, ciudad policial.

           Sorprendentemente, los Media Distancia de ida y vuelta a Madrid iban abarrotados, pero no de gentes con destino a la marcha del Orgullo, sino al concierto de Luis Miguel, en el Bernabéu. La mayoría, chonis de la periferia, entradas en años y en carnes y portadoras de rudeza y escasa educación. Muchas de ellas, no dudan en jactarse de haber pagado 1500 euros por un espectáculo, sin trato VIP, sin contacto alguno con el cantante y sin ni siquiera bebidas o merchandising gratis.

          Y yo pienso, " van de farol" y miro en internet y no mienten. Algunas de las entradas de pista tienen ese precio. Alucinamos aún más, al comprobar, que la localidad más cara para un concierto de Bruce Springsteen ronda los 125 euros.

          Aunque ya peinamos canas, iba a ser nuestra primera asistencia a las actividades festivas del colectivo LGTBIQ+ y nuestras sensaciones han sido, a la vez, de severa indignación y de maravilloso disfrute.

          Empezamos por lo chungo: es una vergüenza sin igual, que las autoridades fascistas, que gobiernan la capital en la actualidad, conviertan Madrid, sin justificación alguna, en una ciudad policial, durante el día más populoso del Orgullo. No se hace en ninguna otra festividad o festival de los numerosos, que se celebran a lo largo del año en la principal ciudad española.

          La premeditada misión de esta actuación no es otra, que incomodar a los asistentes o paseantes con rigurosos registros de las mochilas -taponando las calles adyacentes -, en todos los lugares, donde se celebran eventos o actividades y se ve, que muchos de los maderos disfrutan de lo lindo con esto.

          Afortunadamente, solo consiguen su objetivo en una pequeña parte, porque el ambiente festivo es tan brutal, participativo y de buen rollo, que estás enormes molestias, fruto de intransigentes sin escrúpulos quedan muy mitigadas 

          En un Madrid central, casi cortado totalmente al tráfico y lleno de incómodas vallas azules, por todas partes -obstaculos para la movilidad-, se llevó a cabo un completo programa, en lugares, como Chueca, Sol, Plaza de España...

          Se habla de una participación cercana y total de un millón de personas, distribuidas por todas partes y que desde luego, ninguno pasamos sed. Un 90% de gente pertenece a asociaciones o colectivos orgullosos de serlo y nosotros, como heterosexuales, en pocos sitios nos hemos sentido más cómodos.

          El acto central es la marcha desde la Glorieta de Carlos V hasta Colón, con un interminable desfile de personas -incluidas las ministras de Igualdad y Trabajo-, banderas y sonidos de batucadas a los que siguieron 51 carrozas. Debemos decir, que era tal la multitud y el calor tan asfixiante, que nosotros solo aguantamos en el Paseo del Prado, hora y media. Aquí, la policía fue más comedida. No por gusto, sino por la imposibilidad de poder controlar este amplio lugar.

          Tras un último mes lleno de eventos diversos y de constantes idas y vueltas, a Madrid -en plan Óscar Puente -, mañana comienza nuestro undécimo viaje largo, que nos llevará a India -sexto periplo-, a través de Italia, Albania, Grecia, Emiratos y Omán.

domingo, 7 de julio de 2024

viernes, 5 de julio de 2024

El inminente undécimo viaje largo

           Si no se producen contratiempos, el próximo 9 de julio comienza nuestro undécimo viaje largo. Muchas han sido las dudas, durante el último mes, sobre los destinos, a cubrir.

          Comenzamos con la idea de volver a Sudamérica, para visitar el norte de Argentina, parte del este de Bolivia y costa de Brasil, para finalizar, en Venezuela. Pero, al margen de los elevados precios aéreos, hemos encontrado exigencias por parte del ultraderechista gobierno argentino, que nos han echado para atrás. No se puede pagar tanto dinero por un billete aéreo y que luego te denieguen el embarque.

          Posteriormente, evaluamos volver, a Japón. Existe una compañía de bajo coste, que se llama T way y que tiene vuelos a Tokio y Osaka -via Seul-, no demasiado caros.

          Finalmente y por aquello de diversificar y asegurar el gasto, hemos optado por retornar a India -tenemos visado en vigor-, a saltitos, de la siguiente manera:

          Vuelo, con Ryanair, Madrid Bolonia. Bus de Flixbus, a Venecia. De Treviso, a Tirana, con la misma compañía aérea. Y posteriormente y por tierra, cinco días para llegar, a Atenas.

          Desde allí y con Wizzair, volaremos, a Abu Dhabi y posteriormente, a Mascate, con Iceland, para una estancia menor, a una semana.

          Después, Etihad nos llevará a Bombay, desde donde exploraremos algunos sitios pendientes de Madya Pradesh, volveremos a Sikkim y nos adentraremos en estados del nordeste, fallidos la última vez.

          El viaje concluirá en algunas islas de Tailandia no conocidas, el sur de Vietnam y previsiblemente, Japón, antes de regresar, a finales de septiembre.

          Son muchos saltos pero al menos, nos moveremos sin gestionar visados y por territorios ya conocidos, siendo conscientes de que nos moriremos de calor. ¡Que el monzón nos alivie!


Cómo los almendreros, de fiesta en fiesta

          Ni los viajes largos -noveno y décimo, casi seguidos -, ni los trepidantes y extenuantes "interair" europeos. Lo que nos ha terminado de desfondar y poner nuestro físico y nuestra mente en riesgo, ha sido los constantes viajes a Madrid para conciertos, durante la segunda quincena de junio.  Tal es así, que hemos tenido, que parar en seco, durante unos días.  Eso sí: mañana volveremos a la capital, para disfrutar del desfile del Orgullo, antes de comenzar, el undécimo viaje largo, el 9 de julio.

          Os resumimos estos eventos del principio del verano.

          15-16 de junio: Fiestas de San Antonio de la Florida,con paella gratis -el arroz estaba tan pasado, que los granos tenían el tamaño de garbanzos-, limonada vespertina -de Don Simón y sin alcohol- y un buen concierto de Amistades Peligrosas, en un entorno y ambiente muy agradables.

          21-22 de junio: Fiestas del distrito de Retiro, aunque no se celebran en el parque, sino en la calle de Narváez. Ambiente pijo-rancio y concierto de La Guardia, que pusieron todo de su parte.

          Noche de San Juan, en Ciudad Lineal. Actuación de un soberbio grupo, llamado Kalandrakas y cutrehoguera en un contenedor de obras. No hubo mejor manera de imaginar, lo que en su día fue la kaleborroka.

          29-30 de junio: Fiestas de Usera, con espectacular actuación de Dorian en el parque de Pradolongo.

          Cómo todos los conciertos terminaban tarde -Dj's posteriores incluidos-, debimos entretener el resto de las noches, hasta tomar el primer tren de vuelta a Valladolid y eso nos desgastó, severamente.

          Dice un amigo nuestro, que somos como los almendreros, todo el día de fiesta en fiesta. Nos hizo gracia la frase, aunque no hemos encontrado su significado en internet. Suponemos, que iban a cada evento, a vender su mercancía, pero de eso debe hacer mucho, porque ya somos mayores y no lo hemos visto nunca.

          ¿O se referirá a las garrapiñadas?