El segundo hotel de Ujjain dejó bastante, que desear, sin ventana a la calle, con un baño cutre y con un jovencito del room service, al que tuvimos, que parar los pies, porque en tan solo hora y media nos aporreó la puerta tres veces: para limpiar, para ofrecer un té y para la cena. Menos mal, que no nos picaron los bichos del colchón, como nos ocurrió en Daman y fundamentalmente, en un reborde elevado del jardín del aeropuerto de Bombay, donde dormimos la noche de la llegada.
Comenzamos nuestro sexto día en India -23 de viaje-, aún sin haber visto el sol, camino de Indore. El tren salió tarde, como los dos anteriores de jornadas pasadas. Hay dos asuntos recurrentes, que siempre nos persiguen en India: si llegamos a una estación y debemos coger otro transporte, este sale de otra distinta y si necesitamos algo, estará siempre en la acera de enfrente. Y cuanto más lo anhelamos, más dificultad existirá para cruzar la calle.
Tuvimos, que tomar un transporte compartido de la terminal de Sarwate, a la de Gangwal y cuando llegamos,descubrimos, que solo hay un transporte directo, a Mandu y es a las siete de la mañana. Para el resto del día es necesario hacer cambio, en Dhar.
Optamos por buscar un hotel económico en los alrededores y resultó casi imposible porque hay pocos y son caros. Cuando ya lo dábamos todo por perdido, nos topamos con un buen hombre y cerramos una negociación favorable. En este viaje y por primera vez, estamos usando una nueva táctica, que consiste en reducir el número de horas en la alcoba, a cambio de disminuir notoriamente, el precio porque las habitaciones en India están disparadas.
El mayor atractivo de Indore es el Palacio Rawjada, también hay varios templos a los que no tuvimos tiempo de ir.
Mañana madrugaremos para llegar, a Mandu, lugar donde tenemos depositadas muchas expectativas.
Después y si todo va bien, abordaremos Maleswar y Onkaresshawar, último punto de visita en Madya Pradesh.
Para más adelante queda, volver a Sikkim y hacer incursiones en Megalaya, Mizoran, Manipur y Tripura.
Está tarde y cuando nos recogíamos, hemos visto una comitiva mortuoria desfilando, con el fallecido sobre parihuelas y una celebración muy festiva. Al fin y al cabo y para esta gente, la muerte no es un drama.