Mascate es tan extraordinariamente dispersa -es difícil creer, que alguna vez hubiera siquiera un boceto de plan urbanístico -, que puede visitarse con todas las creatividades posibles, aunque unas fórmulas son más prácticas que otras.
Exponemos aquí, la nuestra:
Se toma el autobús A1, desde el aeropuerto y se baja en la Gran Mezquita del Sultán Qaboos, que solo puede ser visitada por dentro de 8 a 11. Si es fuera de horario o no os apetece, no os deprimáis, porque Mascate es seguro, la ciudad con más mezquitas por kilómetro cuadrado del mundo. Cuesta encontrar un supermercado, un centro comercial, un restaurante o incluso personas por las calles, pero desde cada lugar, por remoto que sea, al menos, veréis un minarete.
La misma linea os llevará a la estación de autobuses locales, Ruwi. Al lado, hay un supermercado Nesto, bien abastecido y barato.
Desde allí , la línea 4 os conduce -pasando por el zoco y en poco más de cuarto de hora -, hasta Old Muscat. Allí nos alojamos.
Es un barrio fantasma, lleno de casas bajas y blancas, complejos oficiales y como monumentos están el Museo Nacional, el palacio Al Alam y los fuertes Al Mirani y Al Jalali. Nada parecido a algo "Old", sino fuera por el estado de algunos edificios.
El siguiente plan puede ser recorrer andando los seis kilómetros de la Corniche, desde el Palacio Real, hasta el Mercado de Pescado. Casi ninguna sombra para un recorrido con muy buenas vistas, tanto del mar, la bahía, los acantilados y las escarpadas y peladas montañas del interior (unos y otras, plagados de esbeltas atalayas).
En la zona del Fish Market -solo abierto por la mañana -, está también el de frutas y verduras, el zoco -parcialmente cubierto, el zoco del oro y la plata y una maraña de calles con casas en distinto estado de conservación.
A tomar por el culo de todos los lugares anteriores se encuentra el único barrio animado de Mascate, llamado Al Qurum. Está habitado por expatriados, principalmente y cuenta con numerosos restaurantes y bares, donde poder comer algo distinto a platos árabes e indios y llevar a cabo un acto tan exótico aquí, como tomar una cerveza. Su atractivo monumental más interesante es la Ópera Real. Para no hacerse más líos, lo mejor es ir en taxi.
Hay otra corniche y otros barrios de menor interés como el de Al Ghubrah, pero hasta allí no fuimos.
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