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martes, 13 de noviembre de 2012

Ni Vardzia, ni Ani. De Akhalkalaki, a Kars.

                                     Esta y las cuatro siguientes son, de Akhaltsikhe (Georgia)
           Como ya barruntábamos, al final, nos hemos quedado con las ganas de ir a Vardzia. Los taxistas carroñeros de Akhalkalaki, hambrientos de presas fáciles, nos han cerrado la puerta. Y ha sido una pena, porque después de cinco días de lluvias, la jornada, con el sol radiante en lo alto, resultaba ideal.

Abandonamos esta localidad, gracias a unas elevadas dosis de paciencia. Dos horas, hasta que se llena la marshrutka, de nuestro alocado conductor –que luce dientes de oro, al igual que su mujer, a la que vamos a ver, antes de partir-. Durante el viaje, el paisaje es muy entretenido, siempre, siguiendo el cauce de un río, a la izquierda de la carretera.

            Akhaltsikhe, resulta una agradable sorpresa. Un bonito barrio, tipo colonial y una cuidada y espectacular fortaleza, visitada por georgianos de todas las edades, son el plato fuerte de la visita.

Habíamos leído, que de Vale, a Posof, hay transporte público pero de eso nada de nada. Al menos, los sábados. Y, me temo que ningún otro día, dado que por la carretera en cuestión, en una hora, sólo nos cruzamos con catorce coches, en ambas direcciones. ¡No he visto frontera más poco frecuentada!
Vale (Georgia), camino de la frontera turca
El resultado final es, que nos toca caminar con los bultos, durante 9 kms, hasta la línea divisoria entre Georgia y Turquía, subiendo y bajando rotundas cuestas. En idénticas condiciones, avanzamos otros 5, hasta que unos chicos se apiadan de nosotros y nos auxilian en los últimos 9000 metros, hasta Posof, evitando, así, que lleguemos de noche y exhaustos.

                                          Montañas entre Posof y Kars (Turquía)
Hemos retornado a Turquía, con sus cosas positivas y negativas: facilidad para encontrar hoteles y a mejor precio –aunque, son malos-, gentes más simpáticas y nada cuadriculadas y precios de transporte desmesurados. En la pequeña Posof, hay más establecimientos de comida, que en toda Armenia entero. Esta y las cuatro siguientes son de Kars (Turquía)
Llegar a Kars parece caro. ¡Casi 11€, por 136 kms!. Pero, en realidad sale barato, dado que la furgoneta, para trece pasajeros, hace casi de servicio de taxi, llevándonos sólo a tres personas. Es octubre y la nieve se ve en los picos de algunas montañas.

Kars es una ciudad tan fácil, en cuanto a la orientación, como ordenada, cuadriculada y limpia. De anchas aceras y edificaciones bajas y extendidas. Es domingo y la oficina de turismo está cerrada.

Con muchas más facilidades, que en Georgia, conseguimos resolver nuestros problemillas del día a día. Encontrar hotel es fácil y se ajusta a nuestro presupuesto. Localizar los atractivos de la ciudad, sin plano, no comporta mayor esfuerzo, que preguntar, a una gente más intuitiva, que los georgianos. Comemos de cine, a base de ensaladilla, durum zig kofte –carne rabiosamente picante, con pepinillos, tomates y pimiento, envueltos en pan de pita-, ayran –yogur suave y líquido- y dulces. Los de aquí tienen mucha miel. Es uno de los productos locales, expuesto en panales, en las tiendas, junto con los enormes quesos de rico y fuerte olor, de fabricación local (Kasar –amarillo y fuerte-, gruyere y Cecil –en tiras-)..

La frustración nos invade. Ani no será posible. No hay transporte público y los taxistas –casi inflexibles-, nos piden 90 liras por 84 kms de recorrido –ida y vuelta- y dos horas de espera, para iglesia y media y unas cuantas ruinas, según exponen las propias agencias de aquí. No hay ni siquiera demanda, para que una agencia local, pueda hacer tours, como a Sumela, en Trabzon, por unos pocos euros.

Mañana nos marcharemos en el tren a Sivas, que cuesta la mitad que el autobús. En nuestra anterior pasada rápida por Turquía, encontramos las contrariedades referidas en un post anterior. Hoy, hallamos otras y que permanecen inmutables, como es el emperramiento por mantener sus baños a la turca o las duchas inexistentes o bajo llave, en los hoteles económicos.

Algunas cosas han mejorado y más, que descubriremos en los próximos días. De momento, os hablo del aumento de los supermercados, de la variedad de productos, de los precios, de los horarios y sobre todo de que en no todos los hoteles, han sido tan sinvergüenzas, como el que os referimos hace unas cuantas entradas, en Trabzon.
Ani (Turquía)
No es normal –y es una de mis guerras permanentes-, que en Kars se haga de noche a las seis –en diciembre, a menos de las cuatro de la tarde- y que el gobierno de empeñe en seguir este horario, teniendo en cuenta, que la mayoría de las tiendas –aún sin gente por las calles- permanecen abiertas hasta más de las ocho y por la mañana levantan la chapa, cuando ya hace varias horas, que ha amanecido  ¡Lo que ahorrarían en electricidad, anualmente, sólo adelantando una hora. No parece lógico, que Kars, tenga el mismo huso horario, que Estambul o Edurne.

1 comentario:

Ricardo dijo...

Hola, Eva:

En primer lugar quiero agradecerte tu valiosa información sobre países de los que hay muy poca en Internet y en guías.

Veo que muchas veces oos quedáis frustrados por no alcanzar sitios porque no es posible ir en transporte colectivo, o el taxi es muy caro...¿Nunca os planteáis alquilar un coche, como hacemos muchos cuando viajamos al extranjero? En algunos países es, si no necesario, muy conveniente, pues así lleva uno los horarios que quiere, para donde le da la gana y cuando le da la gana, coge en autostop a alguien si procede, etc. Hay países como Nueva Zelanda, costa oeste de EE.UU, etc que bien los haces en coche o bien tienes que recurrir a alguna agencia de viaje local.
No sé, igual no os interesa viajar en coche de alquiler por alguna razón que se me escapa, o es posible que no tengáis carnet de conducir...

Un cordial saludo,
Ricardo Lafita.