Las tres primeras son, de Sivas. Las tres siguientes, de Kayseri y las tres últimas, de Estambul
Fuimos sorteando todos los obstáculos, en un largo periplo,
que nos llevó a lo largo de tres noches sin alojamiento hasta nuestro destino:
Estambul. No resultaron duras, porque dormimos bien, sino fuera por la
constante necesidad de darnos una ducha y de quitarnos el calzado.
La primera,
en el ya referido tren de la señora y sus churumbeles. La segunda, en los
cómodos asientos de la sala de espera, de la estación de Kayseri, compartiendo
techo y calor, junto a los mendigos locales, que no protestaron porque hubiéramos
ocupado, irrespetuosamente, sus habituales sitios. Y, la tercera, en un
confortable bus-chollo, que nos devolvía a Estambul (cuarta vez, que visitamos
esta ciudad).
Por el
camino, nos encantó la vitalidad de Sivas y su plaza principal, llena de
monumentos antiguos, como una mezquita, una madraza en ruinas y un hospital
psiquiátrico. Además, disfrutamos de su amplia zona peatonal y de los mercados.
Lástima, que no pudiéramos visitar la cercana, Divrigi.
Kayseri
–puerta oriental de Capadocia- y llegando de noche, nos pareció Las Vegas, de
Turquía, por su excelente iluminación de neón y la cantidad de actividad
nocturna. Por el día, su fortaleza, mezquitas y –sobre todo- su autentico bazar
y el antiquísimo bedestan, nos llenaron de gozo. Evidentemente, no compramos
nada, aunque nos insistieron con ingenua perseverancia. Tenemos la sensación,
que la mercancía que se acumula en estos sitios, debe de tardar en salir varios
años, ante la escasez de turismo y del casi nulo interés de los lugareños.
Más, que las tiendas de zapatos,
ropa o complementos, nos sentimos más tentados por las de queso –de fuertes
olores- y encurtidos varios. ¡Se te hace la boca agua!.
El retorno
a Estambul, fue más de lo mismo, como en nuestra anterior visita, en 2008. La
mágica, exótica, acogedora, trepidante y alocada ciudad, que conocimos en 1994
y 1997, ha perdido las tres primeras características. Lo que hoy queda es un
parque temático –al estilo de Dubrovnik o Praga-, que presenta suficientes
molestias, para evitar la ciudad, si ya se conoce. Colas interminables para
acceder a los principales monumentos – y, eso a finales de octubre-, transporte
público carísimo –por la gracia de Alá, como el precio de la cerveza- y tarifas
de las compras (té, delicias turcas, kebabs o especias), que pueden multiplicar
por dos, siete, treinta y cinco o trescientos, lo que te cobran en el propio
extrarradio de Estambul o en otras ciudades del país.
Por no mencionar, los autobuses
de los grupos organizados, que aparcan por todos los lados, estropeando los
paisajes, los monumentos y destrozando las imperecederas fotos, que todos nos
queremos llevar como recuerdo del viaje.
Ya nadie
tendrá la oportunidad de conocer, el Estambul, que visitamos hace casi veinte
años, en soledad y autenticidad, que descubrimos después de los famosos
atentados del Gran Bazar, de 1994. Aunque, quienes lo visitaron diez o quince
años antes de esa fecha, pueden alegar y con razón, que su Estambul es mejor,
que el nuestro.
Pero, todo
no es negativo. Desde hace ya mucho tiempo, de las calles han desaparecido los
vendedores de “su” (agua), los que ofrecían sus roñosa básculas para que te
pesaras, los que vendían maíces asadas –alguno queda-, los que comercializaban
calcetines, los que te querían limpiar los playeros con betún y los
innumerables buscavidas, que convertían tu visita en una continua lucha, a
cambio de sacarse unas cuantas liras. Hoy, van por lo legal, detrás de tantos
negocios, que engañan a turistas de edad y pensión acomodada, de medio mundo
desarrollado.
3 comentarios:
Que bueno que te he encontrado!!. Voy a hacer el verano que viene un viaje por Georgia, Armenia y Azerbayan y tu información me va a venir de perlas.
Gracias por el esfuerzo.
Salu2
Ali
hola amiga
He estado leyendo muy interesado su viaje por Georgia, pero veo, que no haces ninguna mención a la región de Mestia, al norte del país.
Quisiera saber, los motivos de descartar este destino. Gracias.
Research.
Gracias, Ali. Cualquier cosa, que puedas necesitar, posteala.
En cuanto al otro mensaje, en realidad, nunca nos planteamos hacer la región de Svanetia (Mestia). En los viajes se toman muchas decisiones y nosotros preferimos, abordar la montaña en Armenia, con un transporte público más barato, menos lento y con similares atractivos.
Svanetia debe estar bien, sobre todo en época de nieve. Pero, según referencias, el transporte público es lento y los hoteles y los tours organizdos, resultan bastante caros (al menos, para nuestra economía de guerra).
Saludos.
Eva
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