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domingo, 18 de noviembre de 2012

Decepcionante Veliko, maravillosa Ohrid

                                                                               Sofía (Bulgaria)
           En el bellísimo monasterio de Panteleimon, de Ohrid, cuna del maldito alfabeto cirílico, pone con claridad y contundencia, que está prohibido hacer fotos en el interior y el ingreso en bikini o bañador.
           Plovdiv (Bulgaria)
Pero antes de llegar a Macedonia, pasamos tres días en Bulgaria. El regreso a este país, supone el reencuentro con la cerveza –después de una semana de abstinencia- y con una gastronomía más variada.

La primera jornada transcurre en la sensacional, Plovdiv, que tras su animada calle peatonal y plazas, esconde un espléndido casco histórico, de callejuelas empedradas. La segunda la agotamos en la algo decepcionante Veliko Tarnovo. Sus principales atractivos se hallan dispersos, por una alargada e interminable calle, que acaba con la paciencia de cualquiera, después de que la has recorrido entera, cuatro o cinco veces.     Estas 3 son de Veliko Tarnovo (Bulgaria)
Como contrapartida, disfrutamos del mejor alojamiento del viaje, por tan sólo 15 €. Amplia habitación, con cuidado baño, calefacción –que buena falta hace- y televisión por cable. En una sola noche, se secó toda la ropa mojada, que veníamos arrastrando, a lo largo de toda Turquía.

De nuevo en Sofía, la ciudad nos recibe con cuatro o cinco grados menos, que hace un mes, con pocas novedades que ofrecernos y con una mala noticia: no hay autobuses, a Pristina, ni a ninguna otra parte de Kosovo, por lo que nuestra salida natural es, dirigirnos a Ohrid, en Macedonia e ingresar en la nación kosovar, por Prizrem, abandonando la idea de visitar la capital, que al margen de lo simbólico, tampoco debe de ofrecer muchas cosas interesantes.

La frontera de Macedonia es más tranquila, que la anterior, aunque no nos ponen sello de entrada en el pasaporte, asunto que nos intranquiliza. El bus llega a Ohrid, a las 2:45 h de la madrugada, con un intenso frío y rachas de aire helador. A diferencia de cualquier país de África, no existe la cortesía de permitir la estancia en el interior del vehículo, a los pasajeros, hasta que amanezca. Como es una ciudad pequeña, no hay nada abierto, nos toca vagar por las bonitas y bien iluminadas calles, durante horas. Los sitios algo guarecidos, parecen ratoneras, para nuestra seguridad.
                                                                                          Las 3 siguientes son de Ohrid (Macedonia)
Nos cuesta encontrar alojamiento. Hay muchísimos –en diverso estado de conservación- y están vacíos, pero no se bajan del burro de sus tarifas. Cuando al fin, alguien lo hace, lo recompensamos, cargándonos la vetusta cisterna de la habitación preparando una escabechina acuática tremenda, junto con el naufragio de papel higiénico, cascotes, siliconas…

Ohrid, recompensa con creces nuestros esfuerzos y penurias. Tras sus empinadas cuestas y las magníficas vistas del lago, se hallan conmovedoras iglesias, un anfiteatro, las ruinas de una basílica, un fuerte, las empedradas calles del casco histórico y el referido y maravilloso, monasterio de Panteleimon.

No hemos vuelto a ver, a la pareja de australianos, que como únicos turistas, nos acompañaron en el autobús, a Ohrid. Ella hablando a gran velocidad, no le dejó meter baza, en todo el tiempo que aguantó despierta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy chula la foto de los paraguas!!

Saludos

Inés