jueves, 15 de agosto de 2024
Dieciséis horas y media de retraso
Y el tren llegó a New Japalguri con dieciséis horas y media de retraso (nuestra anterior marca estaba en dos menos). Así, en vez de a las 4;30 a.m, partimos a más de las 9 de la noche, por lo que hubo que entretener todo el día por las calles de esta ciudad, como hace seis meses. Nuestro cansino transitar, comenzó a ser un remake malo de nuestras propias vidas.
Sí dos cosas buenas tenía New Japalguri eran, el acogedor hotel ubicado casi enfrente de la tienda de la cerveza y el alcohol y el puesto donde comimos las mejores samosas en el viaje anterior. Se han quedado en una, porque este último está situado junto a la enorme zanja, que ha provocado la rotura de una tubería y se encuentra de capa caída.
Sobre las tres de la tarde, intentamos obtener los billetes del tren de vuelta, entre Agartala y New Japalguri para el día 22, con ocho jornadas de adelanto. Nos tocó una tía muy maleducada y gritona. Tras confundirnos varias veces nos dijo que no había nada en ninguna clase, hasta el 26. ¡Habrá que buscarse la vida de otra manera!
Ya entrada la tarde, nos cayó la clásica tormenta de cada día, aunque no fue antológica. Cuando salimos sentimos el airecito del movimiento del tren y el alivio de salir de una vez, de este penal de alta seguridad, de New Japalguri.
Nuestras previsiones para el retorno, a Guwahati, no eran demasiado optimistas, después de un viaje tranquilo, aunque con algún alborotado. Pero también, en esto fallamos: en menos de quince minutos y gracias a la cuota Takal, después de ser atendidos por un encanto de chica, teníamos los billetes de regreso, a Guwahati, para el 22. Desde aquí trataremos de llegar, a Varanasi.
La otra vez y con el ya clásico "is full, no rooms", tardamos casi tres horas en encontrar alojamiento. En esta ocasión, en menos de media, teníamos habitación,mucho más adecuada y al mismo precio. Mejor así, porque desde esta mañana, arrastro la primera cagalera en seis viajes, a India.
Hoy es el maldito día de la Independencia. Hasta los abundantes niños mendigo de aquí, llevan la banderita patria. Casi todo está cerrado, incluidos la mayor parte de restaurantes. E incluso, los puestos de inservibles achiperres diversos.
Si no hay contratiempos, mañana viajamos, a Shillong, en Megalaya.
martes, 13 de agosto de 2024
Cajón de sastre del viaje (parte I)
Otra vez, presos en New Japalguri
Hoy hemos tenido un día bastante tranquilo, pero eso no significa, que no se hayan producido cambios significativos. Estamos en un hotel de New Japalguri -el mismo, que en febrero pasado-, cuando deberíamos encontrarnos en la estación de trenes, esperando a viajar, a Guwahati de madrugada.
El convoy salió ayer tarde de Secunderabad -a 2100 kilómetros de aquí - con tres horas de retraso y en la actualidad ya acumula doce. Lo sabemos, porque hay una aplicación muy útil, que se llama "where is muy train", que al instante y en vivo, te actualiza donde está el tren,que solicitas. Resulta imposible saber, cuando saldremos de aquí, lo cual es inquietante.
Por lo demás, nuestro único movimiento hoy ha sido recorrer en cacharro, la seis kilómetros, que separan Siliguri de New Japalguri. Al llegar, hemos comprado sin problemas en la oficina de reservas, los billetes entre Guwahati y Agartala, para la madrugada del próximo lunes.
La ciudad ha mejorado algo desde hace seis meses, porque han avanzado bastante las obras de entonces, aunque se encuentra encharcada, debido al monzón y a la rotura de una gruesa tubería y llena de basura. Al menos, hoy no ha llovido ni una gota.
lunes, 12 de agosto de 2024
Cambio de planes de ultima hora: solo ciudades en Megalaya y Tripura
Sin desayunar siquiera, nos encaminamos a la estación de trenes para intentar adquirir los billetes a Guwahati, para la madrugada del miércoles. En el primer convoy elegido, a la lista de espera. El segundo, a wait list. Y al tercero, aunque algo separados en el vagón, objetivo conseguido.
Nos hubiera gustado pasar el día de hoy, también, en Darjeeling, pero el alojamiento, la cerveza y el güisqui son muchos más baratos en la infernal Siliguri, donde sin embargo, se come mucho peor, que aquí.
Aunque ayer, nos sentimos extraños en Darjeeling, porque no esperábamos volver tan pronto. Y vimos -quizás por ser domingo - mucho menos ambiente, que en febrero. El templo principal estaba vacío, sin fieles, monos ni vendedores de ofrendas y comida y el bazar se encontraba escasamente animado y sin la habitual y variada oferta gastronómica.
El regreso a Siliguri fue tranquilo y ocupamos habitación en el mismo hotel. Estando en la calle, nos cayó la tormenta del milenio. No hay cosa peor que un indio con los brazos en jarra ocupando la calle -les encanta- y aún es más dramático, ver a un indio manejando un paraguas en la vía pública.
A pesar del timo del autobús a Gangtok, que es más grave, porque se trata de una compañía estatal, nos hemos dado cuenta, de que nuestra decisión de ir a Sikkim en esta época no era acertada. Es un destino de naturaleza, básicamente -la capital ya la conocemos -, muy complicado, durante el monzón, por las eternas lluvias y nieblas.
Y en el fondo, lo mismo nos va a pasar con Megalaya Megacara, que es la región más lluviosa del mundo y cuyo atractivo reside en cascadas, trekkings y puentes vivos de raíces. Pero, como nosotros no somos de preparar los viajes, hasta que llegamos al destino anterior, pues haremos lo que podamos.
Después de escribir lo anterior, ha habido un CAMBIO DE PLANES. Hemos descubierto, que hay tren , a Agartala, en Tripura. Así, que haremos solo ciudades. En Megalaya, iremos a Shillong, eliminando Cherrapungie y Dawki.
domingo, 11 de agosto de 2024
Momento de tomar decisiones
sábado, 10 de agosto de 2024
La machupizacion de Sikkim
El día 33 de viaje, además de con la habitual lluvia torrencial, iba a comenzar con una muy desagradable sorpresa
Cuando fuimos a comprar los billetes del vetusto bus a Gangtok, nos pidieron la friolera de 910 rupias por persona, para un trayecto de 112 kilómetros, cuando hace poco más de 6 meses, habíamos pagado menos de 200 por cada boleto. Para que os hagáis una idea, esos 10 euros fue lo que pagamos por el tren , que cubre los 1700 kilómetros, que separan Calcuta de Nasik y que el último trayecto en autobús, desde Ghopalgang hasta Siliguri -491 kilómetros - nos costó 800 rupias.
Nos había extrañado que hubieran quitado los horarios de salida y el cartel con los precios, que antes había y en su lugar han colocado otro indicando, que no se devuelve el importe de los billetes. Habíamos dejado mil rupias sobre el mostrador y se negaban a devolvernos las y nos exigían el resto. Mi pareja, ni corta, ni perezosa, abrió la puerta de la oficina y le arrebató el dinero de las manos, tirándole los boletos a la cara.
Cómo los permisos son gratis y no se atreven a cobrar visado interno, han ideado está forma de estafa "made in Machupichu"y como allí con los trenes, ni siquiera de han molestado en mejorar las condiciones de los paupérrimos vehículos.
Cambio de planes: otro día en Siliguri, con cambio de hotel, a uno mejor y más barato y mañana intentaremos acceder a Sikkim, desde Darjeeling, aunque no somos optimistas.
Por lo demás, hemos pasado el día tomando cervezas en la habitación y reorganizando el viaje, sin contar con el estado norteño.
Iremos a tres destinos de Megalaya y trataremos de llegar hasta Tripura y Manipur, aunque lo vemos difícil por la distancia y la escasez de comunicaciones en transporte público.
La vuelta, a Delhi la haremos en tres partes: New Japalguri - Varanasi para visitar Sarnath, Varanasi - Agra, para llegar a Vrindavan y desde ahí, a Delhi
A medida, que nos hemos ido alejando del Ganges, van desapareciendo esos peregrinos de naranja, que con sus cantimploras y varas atronan, gritando: " Bol Bam" (di Shiva).