Todas las fotos de este post pertenecen, a Fatehpur Sikri (India)
Este viaje comenzó con debates y
desvelos. Que si hicimos bien en volver a la India, que si el
itinerario, que si nos compensaba volver, que si no se que... Después
de un mes vagando por el país, ya no hay discusiones, ni más pajas
mentales. Se trata, simplemente, de ir sobreviviendo, cumplir el
objetivo marcado y largarnos de aquí.
Una ola brutal de calor de más de 50
grados nos ha tenido mermados -aunque, supuestamente sanos-, durante
toda una semana entera, a piñón fijo. Otros acontecimientos
destacados han sido, un amago de diarrea, la falta de hambre por
cierre del estómago, la sed constante, el inseparable cansancio y
otros desarreglos varios.
Además, todo esto ha coincidido con
los peores hoteles -probablemente, culpa nuestra- del viaje. Los
alojamientos de Gwalior, Fatehpur Sikri, Agra y Delhi, han sido
auténticos zulos, donde hemos padecido, hasta poner en riesgo
nuestra salud, las peores condiciones de un viaje a India en la
maldita época calurosa. ¡No volveremos más al subcontinente indio
o al sudeste asiático, entre abril y junio, lo juro!.
Ni siquiera, cuando estuvimos en
Emiratos, en julio, pase tantísimo calor. Porque, aquí no hay
ningún recurso del que echar mano. Es verdad, que todos los
establecimientos hoteleros disponen de ventilador o un cacharro
llamado “cooler”, que funciona con agua y que -supuestamente-
debería refrescar. Pero, al final, esa sensación sólo la notas,
cuando llegas de la calle, a muchos grados. Y los hoteles citados,
sin ventana exterior, lo que te conduce a mojar el caluroso colchón
y a ducharte varias veces, a lo largo de la noche y a tumbarte encima
de la cama, sin secarte, con los riesgos que eso conlleva.
De todas formas, para que quejarse de
vicio: nuestra familia, bien; hemos recuperado el teléfono móvil
-cuya pantalla llevaba en blanco más de dos semanas- después de
darlo por malogrado; se ha estropeado la cámara de fotos, aunque
tenemos la antigua; aún nos queda alcohol en la mochila y ¡nos ha
devuelto hacienda dos mil euros!. Y no nos olvidemos: ¡el Madrid, de
nuevo campeón de Europa!.
Si todo va bien y la suerte nos
acompaña, nos iremos al fresquito del Himalaya, tras pasar por
Amritsar. Aunque en los dos próximos post nos quedan un par de
historias por contar: de como es más maligno y reprochable beber
cerveza en la calle, que violar a una mujer, o matarla, escupir,
atropellar a la gente, llenar las calles de basura y de meadas...Y
por otra parte, la tranquilidad y belleza del templo de Amritsar, que
tampoco es de los mejores de India, pero el relax que se disfruta en
esa ciudad nos ha dado energías para recorrerlo con calma y tener
aliento para escribir, dado que llevábamos varios posts de retraso..