1.- El que no se entera de nada. Habitación en Benevento, pagada por adelantado, sin poder cancelar, a través de Booking. Nos toca subir a un cuarto sin ascensor por una empinada escalera. Por supuesto, no hay nadie al otro lado del timbre. Nos cuesta varios WhatsApps e e-mails, que quien debe atendernos nos haga caso, alegando, que el está en su casa y de la habitación se encuentran en una cesta exterior de publicidad, sin protección alguna. Esa noche pasamos bastante frío, porque los 25 euros pagados no daban para calefacción.
2.- Los listos. Habitación en Bari, reservada en Booking, sin necesidad de tarjeta de crédito. Han encontrado una triple vía de ingresos. Los propietarios de pisos, el mastodonte metabuscador y los usuarios
Funcionan, como agencia, muy bien organizados y con sede física, en la plaza Luigi de Saboya. A los primeros, les cobran una justa comisión por gestionar sus viviendas. A la plataforma Booking, la usan para captar clientes, a los que se otra forma, nunca podrian llegar. Luego y cuando el cliente se presenta, le convencen, de que si accedes a cancelar la reserva telemática y les pagas directamente a ellos, les devuelven una parte del precio.
Previamente y de manera muy confusa, han avisado a los moradores por correo, que la ropa de cama y las toallas cuestan ocho euros a mayores, pero no aclaran, si es obligatorio contratarlas. Pero, ahora in situ, buenos samaritanos ellos, de esos ocho, te perdonan cinco por cancelar la reserva original. Cómo es complicado de explicar, resumo: Booking bpierde su quince por ciento de comisión, el cliente tres euros y ellos se lo embolsan todo
3.- La dejada. Apartamento entero en Taranto, reservado con Booking, sin pago por adelantado y con la posibilidad de cancelar hasta las cinco de la tarde del mismo día. ¡En un principio, no suena nada mal!
Cómo de costumbre y a la hora concertada, llamamos y no había nadie. Conseguimos contactar con la dueña oír WhatsApps, después de que su pareja, pasará olímpicamente de nosotros. Llegó tarde y no se excusó.
Entramos en el mundo de las contradicciones. Apartamento extenso y biwn equipado, pero con carencia de mantenimiento -el colchón se hundía, las teles no funcionaban, el chivato de la luz saltaba enseguida y el desagüe de la lavadora era en el bidé -, la calefacción funciona a medias y la falta de higiene, en la cocina encontramos: un horno asqueroso y lleno de grasa, además de un bocadillo rancio de carne y patatas de hace varios días y un asado pegajoso, que orgulloso había cumplido por lo menos, su primera semana.
Sin embargo, la dueña nos obsequió con un bono de desayuno en un bar cercano, compuesto por un supercorneto relleno de rebosante crema y un espumoso capuchino, que fueron los mejores y más grandes del viaje.
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