Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 30 de agosto de 2022

¡A precio de Santander, pero se lo montan a lo grande!

          Pues sí, son algo pijos, mean colonia, visten con estilo -para envidia de foráneos y turistas-, pero desde luego, los santanderinos se lo montan bien. No sólo, como en casi todas partes -menos en La Cistérniga, nuestro lugar de residencia -, se sienten orgullosos de sus fiestas patronales y constantes conciertos veraniegos de bastante calidad y éxito, sino, que prolongan la diversión y las relaciones humanas, a lo largo de toda la estación estival.

          Nuestra tercera estancia en Santander en el último mes y medio, ya no contó con los carruseles festivos, las casetas de los bares, las verbenas o los chiringuitos regionales (no prestan demasiada atención a los fuegos artificiales, según vimos en el programa). Pero, si, encontramos actividades para pasar tres días muy entretenidos. Destacó tres, aunque hubo más: 

          1. La vibrante feria del disco

          2. Un mercado interminable en el lugar, en el que en julio, estaba ubicado el Marinero, de venta de productos artesanales, abalorios y alimentos -dan degustaciones, sobre todo de queso- y lo completan con bares exóticos, muy bien recreados en su decoración, como el de temática andalusí y el turco 

          3. El más importante, junto al Sardinero. Aunque les gustan los eventos localistas o regionales, no se conforman con ellos. Y así, han montado el Festival de las Naciones, con conciertos, eventos varios y sobre todo, mucha comida representativa de más de veinte países, desde carne de canguro, a cocodrilo, pasando por la de avestruz. ¡Ya me diréis donde van a comprar eso en los mercados de la ciudad!

          Por cierto, el de La Esperanza, es magnífico, con una alta gama de pescados y mariscos, que quita el hipo. Naturalmente, todo a precio de Santander. 

          En el primer caso, una caipiriña nueve euros o una triste empanadilla, tres, por poner dos ejemplos.

          En el segundo, anchoas- bocartes, para ellos- a ocho euros, una ostra, dos o una zamburiña a uno la unidad.

          Por cierto, dentro de nada, comienza el Festival de Cine, así que la vida no para.


domingo, 21 de agosto de 2022

A vueltas con el ALSA

          Nuestra relación con ALSA es de amor - odio. Love, porque al ser clientes frecuentes, nos ofrecen innumerables descuentos y regalos. Hate, por todos los líos en los que nos meten, por la incomodidad de la mayoría de los vehículos y por los constantes retrasos.

          Lo que voy a contar, no lo entiendo, ni yo, así que a ver, si consigo explicarlo. Existe un autobús, Valladolid - Santander, que de normal hace las siguientes paradas: Palencia, Osorno, Herrera de Pisuerga, Aguilar de Campoo, Reinosa y Torrelavega. La app de la compañía, incomprensiblemente , te permite adquirir un billete Valladolid - Reinosa, pero no, un Valladolid - Aguilar de Campoo, que pretendía ser nuestro destino. Decisión y dado que no hay más alternativas a ese precio y de forma directa: ida y vuelta a Reinosa, pagando de más y luego lidiar con los conductores, por no subir o bajar en la parada contratada. Fue correcto, pero extraordinariamente estresante.

          El día del viaje y antes de tomar asiento, hablamos con el amable chófer, que no nos pone ninguna pega. La segunda noche, contactamos con el soporte al cliente y empieza la incomprensión, la falta de respeto y el abandono total. Tras varios correos, no se bajan del burro: legalmente y dadas las autorizaciones estatales concedidas a ALSA, nadie puede bajar o subir en una parada no contratada, así, que nos tenemos, que joder, pasar una noche más en el camping, pedir un día de asuntos propios, perder dinero, gastar más y hacer un viaje con transbordo en Palencia.

          Cuando los amenazamos con la policía, ni siquiera contestan. Y llegó el día de desmontar la tienda y tratar de volver, estando de los nervios. Mal empezamos: media, una, una hora y media y el bus no aparece. ¿Una venganza y por eso no ha parado?. La verdad es que llegas a pensar de todo. En condiciones normales, nos habríamos vuelto al camping, pero algo nos dió fe. Una señora mayor, parlanchina y muy amable nos aseguró, que desde Santander, su hermano párroco venía en ese autobús y había salido, aunque tarde. Con cien minutos de retraso, el vehículo apareció, aunque la anciana nos advirtió de que si el conductor tenía bigote y barbas, era un estricto cumplidor de las normas y tendríamos problemas . Afortunadamente, no fue así. No se nos ocurrió ni siquiera curiosear por la causa del enorme retraso.

          Por cierto, desde el 1 de septiembre le ponemos los cuernos a ALSA y nos vamos gratis con los Media Distancia de RENFE.

sábado, 20 de agosto de 2022

Pantaneo

          ¿Playa? ¿Montaña? ¿Fiesta perpetua? ¿Treking alocado? Existe una alternativa no muy cara y no muy masiva, que es el pantaneo y no está mal. En nuestro caso, es la primera experiencia y sin profundizar en sus bondades, hemos vuelto contentos.

          Según afirman fuentes mejor informadas, que yo, solo entre Aguilar de Campoo y Guardo, se pueden visitar cinco embalses. Una gozada, si el mismísimo Franco, levantará la cabeza o cualquier otra parte de su cuerpo!.

          Los pantanos disponen de playas artificiales, viento feroz y cuando se cabrean, hasta de amenazantes olas. Por ver, contemplamos hasta a una voraz gaviota marina, alborotada y algo confundida. 

           Por supuesto, en los accesos , están llenos de coches y de gente muy mal educada, que piensa, que porque trabaja y tiene -supuestamente- vida, tiene derecho a molestarte y a atropellarte, si hace falta, si has mirado mal, a su vástago molesto o a su perro ladrador.

          Uno va siendo mayor y aún recuerda, cuando en los 70 y los 80, las playas estaban llenas de basura. Hoy -fumadores insensibles y enganchados al margen- no hay tanta porquería. Algo hemos avanzado, aunque lentamente. Pero los parkings masivos y brutales, que existen en playas idílicas del Cantábrico -decenas de ellas-, resultan tan dañinos, como aquello.

          Tiene pinta, que faltan décadas para que desaparezcan los "inside sundiers"- domingueros interiores de pantanos y lagos- y los "outside sundiers"- todos los demás maleducados a golpe de embrague, playa y adrenalina veraniega, que nos hacen la vida tan incómoda. 

          Al menos, en pleno puente de agosto y rodeados de pinares, en el pantaneo de Aguilar de Campoo, ni una sola chicharra de día, ni un solo grillo de noche. ¡Que lujo!.

viernes, 19 de agosto de 2022

De camping (III)

           Noche 1.- Lo peor de un camping con tienda pequeña - también ocurre en los hostels- es entretener el tiempo, entre que has acabado el día y te vas a la cama. En este caso la temperatura nos ayudó, no bajando de 13 grados. Pero, sí hubo tres acontecimientos que nos incomodarlo en mayor o menor medida.

        1. Fiesta en la terraza hasta las dos de la mañana, con canciones gitanas muy bien afinadas. Creemos, que la alquilan para eventos.

         2. A las 7 a.m., los mismos que se quejaban de lo anterior -vecinos nuestros de tienda - empiezan a montar un escándalo de órdago, mientras desayunaban.

          3. Los dos perros, que nos provocarían insomnio intermitente, durante las tres noches, con sus insoportables e intermitentes ladridos (desconocemos, si eran de la propiedad del recinto o de algún campista).

          Noche 2.- Fiesta de globitos en la terraza, algo más tranquila y a la 1, fin. Los vecinos excursionistas madrugan menos y meten menos jaleo. Los perros siguen en sus trece.

          Noche 3.- Baja temperatura, casi heladora. Nadie en la terraza. Nuestros vecinos guerreros se han ido. A cambio, nos toca una chica multiorgásmica. ¡Tres criterios en unos cinco minutos, mientras cargamos el móvil en el baño!. Digo yo, que el primero fue penetración clara. El segundo, dedillo y, por la pinta, el tercero un cunilingus en toda regla. La chica debe estar contenta, porque además, al día siguiente y con cariño, le preparaba su pareja el desayuno. Los perros seguían a lo suyo. Y lo mismo la insistente madre -como cambian las mujeres ven esa etapa -, que nos aturdió cada jornada, con que su hijo Hugo se comiera las magdalenas.

          Como más adelante veremos, pudo haber una cuarta noche. Pero, afortunadamente, eso no ocurrió.

De camping (II)

          Sí un extraterrestre llegará a la tierra y lo primero, que viera, fuera un camping, alucinaria. Aunque, al fin y al cabo, una acampada colectiva no es otra cosa, que un hotel o una vivienda, con menos privacidad, lo que alienta los chismes y cotorreos. 

          Es más: el camping es en realidad, la forma más democrática y heterogénea de disfrutar unas vacaciones. En él, conviven sin aparente fragmentación, yendo a los mismos baños, supermercado o piscina, personas, que se han gastado 60000 euros o más en una autocaravana o parejas de novios veinteañeros, a los que apenas les llega para una lata de sardinas por comida y un litro de tinto de verano. 

           En otra ocasión, os hablé del privilegiado camping de Santander a 18 euros y al lado de la playa de Mataleñas. Hoy toca, el Monte Royal de Aguilar de Campoo. En coche, todo es fácil. Andando y desde la población palentina, son unos cuatro kilómetros por una carretera serpenteante de arcén aceptable, pero con mucho sube y baja. Hay alternativa de caminos peatonales para buena parte del recorrido, pero eso lo descubrimos, después. 

          Esperábamos un pinar puro y duro, infame para los endebles ganchos de nuestra precaria tienda. Pero hallamos algunas islas de césped, afortunadamente. El gestor, muy amable y con tablas en el negocio, que se resumen, en que todo fluya, sin conflictos a poder ser: instalaciones básicas, pero precio ridículo para estar en pleno puente de agosto.

          En general, todo transcurre laxo, con las ventajas e inconvenientes, que ello conlleva.

jueves, 18 de agosto de 2022

De camping (I)

          Dicen, que estamos ante el último verano - entenderlo con ironía -, en el que después de los reveses colectivos sufridos, todo el mundo pretende darse un homenaje "final". La realidad y según los datos es algo distinta. Según los informes, los españoles viajan menos días, que antes y sobre todo, a destinos nacionales, ejecutando más cenas en el hotel o apartamento.

          Pero, nosotros y como siempre, hemos asumido el desafío de la inflación y de la sinvergonzoneria de los hosteleros y hemos viajado, más tiempo, por bastante menos: las ofertas de ALSA, el próximo bono ferroviario gratis del gobierno y...el camping

          No se trata de ningún descubrimiento. Yo de pequeño, ya iba de acampada con mis padres. Y después, con mi novia, recorrimos durante varios años Europa en interrail y dormíamos en todos los campings. Entonces -salvo en Italia- compensaba llevar el bulto a la espalda ya que salía por la cuarta parte del precio de una pensión (generalmente, cutre).

          Rondando la cuarentena -2006- y en un periplo por Reino Unido, Irlanda y Escocia, descartamos "para siempre" la fórmula del camping y hasta tiramos la tienda a la basura. Desde entonces y hasta este año, solo habíamos vuelto a acampar, durante tres noches, con una tienda muy básica. 

          ¡Y llegó este año de locura, como si fuera el último de nuestras vidas,ven el que la hostelería, además de haber abusado de los precios, y de las malas condiciones laborales de sus trabajadores, se quejan amargamente. 

          Pero nosotros, a lo nuestro. Un ejemplo: día 15 de agosto, en Aguilar de Campoo; dos personas y tienda pequeña en el camping, 12,76 euros. El hotel más barato, 179..

          A pesar de fliltear con la mitad de nuestra quinta década de vida, aún estamos sanos para dormir en el suelo, aportar temperaturas de 10 grados con un solo saco para los dos y estar al día siguiente, enteros, a pesar del ruido, que es el mayor inconveniente de los campings.

          En el próximo post, os hablaré de nuestra experiencia en el camping Monte Royal, de Aguilar, pero lo que si os puedo decir, es que ir de camping poco ha variado, en los últimos cuarenta años.


miércoles, 17 de agosto de 2022

Puente de agosto en Aguilar de Campoo

           Puente de agosto en Aguilar de Campoo. De camping, claro, como gran parte del verano y ganando a la inflación y a los especuladores, de calle. Escapada superando las expectativas, en cuanto a visitas, entretenimiento y sobre todo, huida del calor.

          Día 1.- Aún trabajando con jornada reducida, nos da tiempo a llegar al camping, montar la tienda, volver y ver el grueso de los monumentos más céntricos de la ciudad.

          Día 2.- Es el turno del elevado castillo -en ruinas por dentro -, la iglesia de Santa Cecilia y el monasterio de Santa María la Real, al que se accede por una agradable vía peatonal. De ahí a las fuentes y parque situados al borde del dique del embalse. Tras escalarlo, lo cruzamos por encima y caminando disfrutamos de algunas de sus playas. Regresamos por la otra margen del Pisuerga, disfrutando de un bello paseo fluvial y un gran vendaval. La tarde, entre tormenta y tormenta -unas cinco- fue para el bien acondicionado paseo del Loco, con bellas vistas del río y de la colegiata de San Miguel. En el monasterio de Santa Clara, las monjas venden dulces muy caros.

          Día 3.- Aprovechamos para, desde el camping recorrer dos rutas opuestas del embalse. Una más agreste y la otra, por la playa, ambas largas y agradables. Pero, también, hicimos y por la margen del Pisuerga, la ruta hasta Villaescusa de las Torres, de unos cinco kilómetros; bellas vistas del río, terreno de firme diverso  y un final fallido, dado que el puente para llegar, está en construcción. Son solo 17 habitantes, que viven una vida tranquila y de cañas ( no de las de beber, sino de las de pescar enormes truchas, como ya pudimos comprobar)

          Día 4.- Madrugando poco - como los otros días -, recogiendo todo, paseando por lugares ya visitados, degustando dulces y quesos de una feria local y peleandonos por correo electrónico con ALSA ( explicación de detalles en un próximo post).

viernes, 12 de agosto de 2022

jueves, 11 de agosto de 2022

Montenegro, Albania y Corfu

           Llega el puente de agosto y nos vamos a la zona de Aguilar de Campoo, intentando huir del calor. El siguiente finde, tercer y último viaje del verano, a Cantabria y el día 31 de agosto, rumbo a Madrid, buscando un periplo de 12 días por Montenegro Albania y Corfu, en el que tendremos que hilar fino y correr.

          En los dos primeros destinos, ya estuvimos en 2007, aunque de manera trepidante y fugaz. El plan es - ya contratado- volar a Barcelona, con Vueling y a Pogdorica, con Ryanair. La vuelta está abierta, aunque habrá susto de precios, casi seguro.

          El itinerario estimado es:

          Día 1 . Valladolid - Madrid - Barcelona

          Día 2 . Barcelona - Pogdorica

          Día 3 . Cetinje y Kotor

          Día 4 . Budva, Bar y dormir en Ulcing

          Día 5 . Kluge y Tirana

          Día 6 . Berat

          Día 7 . Gyrocaster y Sarande

          Día 8 ,9 y 10 . Corfu

          Día 11 y 12 . Regreso, por decidir.

          Veintiséis días nos esperarán en octubre para un viaje, aún no trazado, a Asia o a América.

miércoles, 10 de agosto de 2022

La cartera del mirador del Río de la Pila

          El funicular del Río de la Pila no es turístico, sino un servicio público para los vecinos de la parte alta de Santander. Por tanto, es gratis. Las visitas desde lo alto no son nada espectaculares porque se ve la bahía muy lejana. ¡Ni rastro del Río de la Pila!.
    
          Pero en los días calurosos de verano el fresco y potente aire alivia por lo que nos sentamos en su plaza principal, después de ser ligeramente intimidados por unos lugareños cerveceros y fumetas sin tabaco. A unos 15 metros y al lado de un banco -yo estoy de espaldas- mi pareja divisa una cartera extraviada. No estamos seguros, si ellos también la han visto, aunque parece probable. Pasan los minutos de observación discreta, cuando aparece otra persona, que sin ninguna cautela, se la lleva y trata de huir . Pero, uno de los cerveceros le persigue y le da el alto, diciendo que es de alguien que el conoce de todos los días, del parque. 
Amenaza con llamar a la policía, pero antes, mira lo que tiene. Solo hay 15 euros, entonces se pone más digno y la llama. Por supuesto, la madera no aparecerá hasta más de media hora después y de forma timorata. ¿Que pasó en este tiempo?

          Que el ladrón -extranjero, probablemente por el acento, de los Balcanes -, trató de negociar, quedarse con el dinero y dejar la documentación. Primero, de forma pacífica y después, agresiva, contra tres se fue y volvió, creyendo que lo de la policía era una trola. A todo esto, aparece el de la cartera, un viaje achacoso y cojo que no puede ni caminar, pero que ahora, casi corre.

          Aún en su presencia, el balcánico sigue queriéndose quedar con el dinero y pide al anciano, que demuestre con pruebas la propiedad del billetero y nosotros contemplando todo. Cuando llega la madera, todo estaba resuelto y lo único, que se le ocurrió al poli decir al viejo fue:" pues págueles unas cervezas por haberla recuperado".

          A los fumetas no les hacía falta, porque ya las estaban bebiendo, lo que normalmente es perseguido -aunque sea con amonestación - en zonas públicas. A nosotros nos vino bien, porque estábamos haciendo lo mismo.

martes, 9 de agosto de 2022

De fiestas y de playas

           Volvimos a Santander por segunda vez este verano y de nuevo, de camping. Esta vez, nos pillaron las fiestas patronales de Santiago y disfrutamos de lo lindo durante la primera tarde - viernes -, tanto de las casetas de algunos bares, las regionales -solo Cantabria y Galicia - y los carruseles. Todo, además de la feria de artesanía se expande en torno al Sardinero.

          Para el sábado y con un calor axfisiante, cumplimos nuestra deuda con Liencres que la vez anterior, solo visitamos a medias. Esta vez, hicimos el recorrido playero completo a través de una senda rompepiernas. Llegamos a la playa de Valdearenas. Es preciosa, con sus coquetas formaciones rocosas y el parque natural de las dunas al lado. Luego toca la amplia de Canavalle.  No encontramos la de Madero, pero a cambio salimos a unos bonitos acantilados. Proseguimos por la de Somocuevas, Cerrías, Portio y Arnia que ya conocíamos. Un kilómetro y medio después se llega a Los Covachos, ya fuera de la zona de Piélagos.

          El domingo, queríamos ir a Puente Viesgo. Pero ese día por festivo no cuadraban bien los autobuses. ¿Error de cálculo? Sí. Pero también alivio al evitar el calor del día anterior, no coger transportes, desmontar la tienda tranquilamente y seguir disfrutando de las fiestas.

          La noche anterior y desde Mataleñas habíamos disfrutado con buen sonido del concierto  en la Magdalena de Rulo y la Contrabanda.

          Recorrimos las playas de abajo, llegamos a la polémica zona de la duna de Gamazo y el dique de Zaera, visitamos el decepcionante mercado marinero y los bares de Cañadio y subimos en funicular al mirador del Río Pila donde arranca la siguiente historia.

lunes, 8 de agosto de 2022

¡Por favor, un ventilador!

           El viaje a Aranda de Duero y Peñafiel llevado a cabo a mediados de julio, tuvo sus mejores momentos en los diversos transportes públicos y su aire acondicionado. Nos pilló la enésima e insoportable ola de calor de este verano, lo que nos llevó a tomar dos medidas: reducir el tiempo de viaje, de cuatro días a día y medio. Los otros , los aprovechamos para disfrutar de un concierto en las fiestas de nuestra localidad y alguna degustación, y por otro lado, decidimos no salir del hotel, entre las tres y  las siete de la tarde, algo no muy habitual en nosotros.

          La primera mañana, visitamos el casco histórico vertebrado a través de las tres plazas: Mayor, del Trigo y del Rollo. Bonitas iglesias, tres ríos recorren Aranda: el Duero, el Bañuelos y el Arandilla. Por la tarde y de ida y vuelta anduvimos unos 8 kilómetros de la novena etapa de la Ruta del Duero con bellos paisajes fluviales, calor y soledad.

          Mal hotel y axfisia, dieron paso a la jornada siguiente. Por la mañana visitamos una ermita, la de la Virgen de las Viñas y nos olvidamos de ir hasta un monasterio por estar a 4 kilómetros. Luego paseamos junto al Duero, después de haber caminado por el cauce del río Bañuelos hasta el puente de piedra. Visitamos una cascada y unos molinos de agua.

          Por la tarde, nos esforzamos en llevar a cabo algunos kilómetros de la etapa 10 de la Senda del Duero. Pero en este caso el camino se aleja del río y transcurre por campos y naves industriales.

          A pesar de terminar horneados y gratinados, nuestro retorno a Peñafiel resultó vibrante. Su casco histórico de bellas iglesias, el coso y el castillo -en obras-, bien merecen asarse durante medio día.


sábado, 6 de agosto de 2022

viernes, 5 de agosto de 2022