-Volamos, a Bérgamo, por un precio de cinco euros cada tramo y cada viajero. Máxima puntualidad de Ryanair, ocupación no muy elevada del vuelo y escasos trámites en el aeropuerto (alguno más a la vuelta, donde incluso nos pasaron una inofensiva lata de alubias por el control de explosivos, quedando requisada). -Hemos estado tantas veces en Italia y, concretamente, en Lombardía, que nuestro quebradero de cabeza era hallar un recorrido inédito. Volvimos a Bérgamo, donde ya habíamos estado más de diez veces. Nos dimos cuenta, de que aunque habíamos visitado Milán dos o tres veces, lo habíamos hecho de una forma muy sucinta. E incorporamos a nuestro itinerario dos excelentes zonas, como son las del lago Maggiore y el Iseo (el de Guarda y el de Como, ya los conocíamos). -Basicamente, nos servimos de los trenes para viajar por la región. Los retrasos o las cancelaciones están a la orden del día, aunque se trate de convoyes regionales, que son los más baratos (más asequibles, que los de sus mismas características, en España). Los billetes, para mayor comodidad y aunque existen ventanillas, se obtienen en máquinas automáticas. Deben ser convalidados antes de subir y permiten la ventaja de ir haciendo paradas hasta el destino, a lo largo de seis horas, sin penalización. Raramente, pasa el revisor y si quieres, te la puedes jugar a montarte sin título de transporte, pero yo no lo recomendaría.
-Si quieres ajustar tu presupuesto, es complicado pernoctar todas las noches en el mismo hotel, dado que los precios fluctúan, como si de tratara de la bolsa. Es necesario, estar trajinando varias veces al día, con Booking, para encontrar las mejores ofertas en las ubicaciones más adecuadas. A veces, es conveniente esperar a última hora, puesto que salen gangas, aunque normalmente, esto no ocurre los sábados, como en tantas otras partes del mundo.
-En Italia, podrías ir circulando de gelateria -colas interminables, casi siempre-, a pizzería, sin apenas pisar el suelo, con el fin de alimentarte con solvencia. Sin embargo, la oferta de comida preparada de los supermercados resulta bastante buena y en ocasiones, se consiguen favorables descuentos. En este sentido y dónde lo haya, la propuesta más recomendable es, Lidl, aunque Penny Market no es mala opción.
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