En los viajes largos, nosotros vamos preparando el próximo país, apenas unas pocas jornadas antes de llegar, porque el día a día nos consume bastante tiempo. En el caso de Taiwán, ni siquiera teníamos guía del país -algo, que cada vez es más frecuente- y nos tuvimos, que surtir de la poca y confusa información de los blogs y unas pocas webs. Aunque no estabamos preocupados, dado que imaginabamos, que nos encontraríamos con algo parecido, como China.
En el tema del alojamiento, no esperábamos hallar mucha diferencia con otros países desarrollados de la zona, porque ya hemos pernoctado en Japón, Corea del Sur o China. Pero si las hay y resultan desfavorables para el viajero, mucho más, para el de presupuesto ajustado, que a veces, no les queda otra, que ir a dormir a la estación de autobuses, de Taipei -donde, al menos, no te molestan, si no te tumbas-, dado que la de trenes la cierran a media noche.
Veamoslas:
-No es un problema -como en otras partes del mundo- de carencia o escasez de establecimientos hoteleros. Hay muchísimos, sobre todo en la capital. Pero, sin embargo, los precios se disparan, sobre todo los fines de semana, durante los que resulta casi imposible hacerse con una alcoba. Las más económicas rondan los 100 euros, si pretendes reservar las noches de los viernes y los sábados ( en esto coinciden con la tendencia actual, en Japón)
Durante los días de diario, las habitaciones dobles compartidas -luego explicaremos este concepto, que no habíamos conocido en ninguna otra parte del mundo-, que son la opción más barata para una pareja, empiezan con un precio en torno a los veinte euros, aunque no es infrecuente, que rinden los 30. En la mayoría de los casos -y hemos recorrido muchos de ellos- la relación calidad-precio resulta nefasta.
Fuera de Taipei, sin embargo -por ejemplo, en Kaoshiung-, se pueden conseguir habitaciones dobles -todo un lujo- Pou un importe razonable.
-Casi todos los hoteles modestos y de tipo medio, no cuentan con puertas de acceso desde la calle. Hay que entrar y tomar un ascensor y subir al pido, que se te indica -a veces existen varios en el mismo edificio- y según sales, te topas con la recepción. Los check-in son bastante tardíos -no es infrecuente, que sean a las tres o las cuatro de la tarde, cuando anochece a poco más de las cinco- y muchas habitaciones no disponen de ventana.
-Conseguir una habitación doble sin arruinarse, es una práctica casi imposible. ¿Que fórmula han inventado entonces, para poder dar este servicio a dos personas, que viajan juntas? La cama doble en habitación compartida. Cuando por primera vez, vi este concepto en los alojamientos, de Booking, pensé: "Que moderna es esta gente -que lo son en algunas cosas, como en que muchos baños son mixtos-, que meten varias camas dobles en la misma habitación" Nada más lejos de la realidad.
Las habituales literas de los hostels también existen, aunque no son tan numerosas, como en la mayoría de los países turísticos del mundo. Dos de ellas, son bastante más caras, que una cama doble en habitación compartida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario