Gondar
Otra cuestión es la imaginación, que pueden llegar a desarrollar para explicar, porqué no hay agua en los hoteles - casi nunca fluye -: desde porque está lloviendo, no hay luz, hoy hay tormenta..., hasta casi con asuntos relacionados con la conspiración judeo-masónica. Aunque, algunos más sinceros, te advierten de que ni está, ni se la espera. Deben pensar, que mejor una vez colorado, que veinte naranja.
La llegada al hotel de Aksum, fue realmente apoteósica. No había agua y la cerradura de la puerta no casaba entre si. Es decir: por dentro entraba la llave, pero por fuera no. Y así pasaba en todas las habitaciones. Cuando se lo comentamos, aparecen siete tíos, contemplando y manipulando la puerta, como si les pillara de nuevos y con cara de poker. Lo mismo y más de 20 minutos para que pusieran una bombilla en el baño. Y mientras tanto, un niño tan listo como pesado, persiguiéndonos de un sitio a otro, para vendernos tanto lo tangible, como casi lo intangible. Empezó una tormenta y se fue la luz. Ya no volvería nunca, a lo largo de nuestra estancia.
Lalibella
En esa misma ciudad, al día siguiente y en otro alojamiento, el propietario quiso recuperar el dinero que le había dado a unos niños por conducirnos hasta allí, a pesar de que habíamos llegado solos y por nuestros propias piernas, dado que está enfrente de la estación de autobuses, desde donde partíamos al día siguiente. Y lo trató de hacer, chantajeando a Alex y queriéndole cobrar a mayores y a un precio desrbitado, el colchón extra -en una habitación triple- que le había ofrecido gratis, horas antes. La discusión fue larga, después de venir de tomar unas cervezas y pasadas las 12 y media de la noche.
Cataratas del Nilo Azul
En Lalibella, se focaliza la mayor parte del timo o del chantaje psicológico. El día anterior, un guía se nos ofreció para llevarnos por las iglesias. Le dijimos claramente, que no estábamos interesados en sus servicios y a la jornada siguiente cuando nos vio llegar, argumento sin escrúpulo alguno, que llevaba esperándonos desde las 6 de la mañana. Ya en el interior del recinto, tuvimos que pelear muy a fondo, con un falso controlador de entradas, que no soltaba nuestros tickets de acceso y al que se intuían muy malas intenciones.
Ni siquiera, la policía es segura. Un de ellos, nos informó en Mekele, de que había microbuses todo el día, a Lalibella. La realidad es, que a las dos de la tarde, ya no salía ninguno, que no fuera por caro contrato particular. En otra estampa kafkiana, una chica de este cuerpo policial, se nos presentó en la propia habitación del hotel de Addis, porque no le habíamos dejado hacer una fotocopia del pasaporte a la empleada de la recepción, cuando en realidad, lo que le habíamos impedido, es que se fuera a la calle con ellos, perdiéndolos de nuestra vista
Otra cuestión es la imaginación, que pueden llegar a desarrollar para explicar, porqué no hay agua en los hoteles - casi nunca fluye -: desde porque está lloviendo, no hay luz, hoy hay tormenta..., hasta casi con asuntos relacionados con la conspiración judeo-masónica. Aunque, algunos más sinceros, te advierten de que ni está, ni se la espera. Deben pensar, que mejor una vez colorado, que veinte naranja.
La llegada al hotel de Aksum, fue realmente apoteósica. No había agua y la cerradura de la puerta no casaba entre si. Es decir: por dentro entraba la llave, pero por fuera no. Y así pasaba en todas las habitaciones. Cuando se lo comentamos, aparecen siete tíos, contemplando y manipulando la puerta, como si les pillara de nuevos y con cara de poker. Lo mismo y más de 20 minutos para que pusieran una bombilla en el baño. Y mientras tanto, un niño tan listo como pesado, persiguiéndonos de un sitio a otro, para vendernos tanto lo tangible, como casi lo intangible. Empezó una tormenta y se fue la luz. Ya no volvería nunca, a lo largo de nuestra estancia.
Lalibella
En esa misma ciudad, al día siguiente y en otro alojamiento, el propietario quiso recuperar el dinero que le había dado a unos niños por conducirnos hasta allí, a pesar de que habíamos llegado solos y por nuestros propias piernas, dado que está enfrente de la estación de autobuses, desde donde partíamos al día siguiente. Y lo trató de hacer, chantajeando a Alex y queriéndole cobrar a mayores y a un precio desrbitado, el colchón extra -en una habitación triple- que le había ofrecido gratis, horas antes. La discusión fue larga, después de venir de tomar unas cervezas y pasadas las 12 y media de la noche.
Cataratas del Nilo Azul
En Lalibella, se focaliza la mayor parte del timo o del chantaje psicológico. El día anterior, un guía se nos ofreció para llevarnos por las iglesias. Le dijimos claramente, que no estábamos interesados en sus servicios y a la jornada siguiente cuando nos vio llegar, argumento sin escrúpulo alguno, que llevaba esperándonos desde las 6 de la mañana. Ya en el interior del recinto, tuvimos que pelear muy a fondo, con un falso controlador de entradas, que no soltaba nuestros tickets de acceso y al que se intuían muy malas intenciones.
Ni siquiera, la policía es segura. Un de ellos, nos informó en Mekele, de que había microbuses todo el día, a Lalibella. La realidad es, que a las dos de la tarde, ya no salía ninguno, que no fuera por caro contrato particular. En otra estampa kafkiana, una chica de este cuerpo policial, se nos presentó en la propia habitación del hotel de Addis, porque no le habíamos dejado hacer una fotocopia del pasaporte a la empleada de la recepción, cuando en realidad, lo que le habíamos impedido, es que se fuera a la calle con ellos, perdiéndolos de nuestra vista
Con los de seguridad , hay que andarse también con cautela. Conversación a la puerta de un banco, donde previamente ya te han cacheado: "is there ATM in the bank"?. "Yeees". "Can we use international cards?". "Yeees". Como ya habréis imaginado, no había cajero alguno en la entidad bancaria.
Aksum
Molestias menores, fueron -supongo, ya que no se lo he preguntado a él -, que en la mayoría de los alojamientos a Alex y por ir sin pareja, se le ofrecieron con insistencia chicas de compañía o que, cuando vas a orinar a determinadas y pestilentes letrinas en zona rurales - y las urbanas no están en mejores condiciones - y da igual que seas chica o chico, niños de ambos sexos, se te arriman a observarte a muy corta distancia.
Sin duda, la higiene de los baños -todos- y la constante falta de agua para ducharte o para lavar la ropa, son los mayores quebraderos de cabeza del viajero en Etiopía. Lo demás, son puros gajes habituales en el oficio de viajero.
Aksum
Molestias menores, fueron -supongo, ya que no se lo he preguntado a él -, que en la mayoría de los alojamientos a Alex y por ir sin pareja, se le ofrecieron con insistencia chicas de compañía o que, cuando vas a orinar a determinadas y pestilentes letrinas en zona rurales - y las urbanas no están en mejores condiciones - y da igual que seas chica o chico, niños de ambos sexos, se te arriman a observarte a muy corta distancia.
Sin duda, la higiene de los baños -todos- y la constante falta de agua para ducharte o para lavar la ropa, son los mayores quebraderos de cabeza del viajero en Etiopía. Lo demás, son puros gajes habituales en el oficio de viajero.
1 comentario:
Estas dos entradas fueron escritas, originariamente, el 16 de julio de 2.011
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