Día 4.- Hoy, hacemos las compras, antes de comenzar con las excursiones de la jornada. Desde, que salimos de casa, cada día va haciendo mejor tiempo, por lo que ayer y hoy, hay muchos ratos de ir en manga corta y no cae ni una gota de agua.
Regresamos por el camino de ayer por la mañana, hasta Requejo. Pero, en vez de seguir de frente, giramos a la derecha, por la carretera de Bolmir -existe acera- y tras cruzar el río y caminar un kilómetro y medio, llegamos a este apacible pueblo, donde destaca su magnífica iglesia.
Después, torcemos a la izquierda y más tarde, a la derecha, por una ascendente carretera poco transitada, que conduce a las ruinas de Julióbriga y la localidad, de Retortillo. Las primeras son gratuitas - solo se cobra por el museo- y consisten en columnas en diferente estado de conservación y las partes bajas de las casas. Al fondo, bonitas vistas del Embalse del Ebro.Retortillo es un lugar pequeño, aunque con molestos perros. Aquí, nos topamos con la iglesia más bonita de todo el viaje, dominada por una enorme escalera exterior. Regresamos y aún, nos da tiempo a comer en el hotel.
Teníamos pensado, manzana, acometer lacarretera, a Cervatos, pueblo situado a unos cinco kilómetros. Pero, para la misma distancia, podemos visitar dos por otra vía comarcal: Izara y Suano. Ambos recorridos parecen, de Matamorosa. Como nos queda parte de la tarde por delante, nos acercamos a este lugar. Este municipio resulta muy alargado y por tanto, tiene una larga y anodina calle principal, casi desierta. La iglesia parroquial, si es bastante interesante. Es sábado y nuestra última noche aquí, por lo que volvemos a palpar el ambiente. Encontramos más gente divirtiéndose y en concreto, en un concierto callejero, que organiza uno de los bares más importantes (El almacén).Día 5.- La temperatura ha bajado algo y se empieza a nublar. Retornamos a Matamorosa y cumplimos el plan de ver los pueblos de Izara y Suano. La carretera es transitada e incómoda. Dispone de poco arcén y son muchos los tramos con quitamiedos. Cada localidad cuenta con una iglesia bastante aceptable. Y Suano, con un monumento triangular, que no sabemos que significa.
Hasta tomar el autobús de vuelta atrás almorzar, paseamos por la orilla del río Ebro, hasta Nestares. La vuelta empezó bien: autobús puntual y directo, a Valladolid. Pero todo cambió, cuando llegamos a un tramo de la A67, a la altura de Fromistá. Retenciones, por obras y una hora, para avanzar poco más de diez kilómetros.Dos anécdotas, para terminar:
-En uno de los bares principales del pueblo hay una pizarra, donde se lee: "Aquí se sirve la cerveza más fría, que las miradas de tu ex"
-Al ir a pagar el hotel, a la misma chica extranjera -diriamos, búlgara, pero no estamos seguros-, que nos atendió el otro día, nos espeta: "No tendría, que estar yo aquí, sino una chica, que se ha roto la pierna y la tiene escayolas. Ella verá, por qué no viene a trabajar. Será, que no le hace falta el dinero". Y todo esto, en un establecimiento, que no dispone de ascensor. Las interpretaciones son varias, ¡pero, con todas flipamos!El destino del puente de mayo no está decidido. Pero, a finales de ese mes, nos iremos cinco días a La Palma