Vayamos por partes. La oferta de excursiones organizadas desde Baku, a diferentes puntos del país +cerca y lejos -, no es excesiva, aunque si suficiente. Conviene comparar un poco, porque aunque los servicios son muy similares, los precios no son los mismos. En ningún caso son baratos, como en otros países de la zona, aunque tampoco derrumban ningún presupuesto. Lo que si son caras -para extranjeros, importe muy superior, hasta de más de siete veces, que para nacionales -, son las entradas a los lugares de interés. Como siempre, la banca ,- el dudoso gobierno democrático del país -, gana.
Como ventaja, los tours de las agencias don flexibles. O todo incluido o solo el transporte y el guía. Y las entradas y la comida te la gestionas tú aparte.
Siendo finales de junio, nosotros no tuvimos ningún problema en contratar el circuito por Gobustan y algunos alrededores de Bakú, de un día para otro. Aunque, al minibus solo le sobraba una plaza. Hemos de agradecer, que en ningún caso, ha habido gastos ocultos y que no se nos ha pedido una propina añadida al final de la excursión, cosa frecuente , incluso, en países como Estados Unidos. A cambio nada es regateable. Hay que tener en cuenta, que de las ocho horas de tour, más de cuatro son de transporte puro y duro, aunque con buen aire acondicionado, que es muy de agradecer.
Existe además, una oferta de excursiones a lugares más distantes de Bakú, como Quba y Sheki, opciones, que se pueden y se deben hacer perfectamente por libre, sin mayor dificultad y ahorrando mucho dinero. Por tanto, no las recomendamos. Por caras y por resultar una auténtica paliza, para llevarlo a cabo en una sola jornada. En el caso de la bella y caótica Sheki y por lo que nos contaron, se trata de dieciséis horas de auténtico y desgastante maratón de autobús.
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