Se está convirtiendo en un hecho muy recurrente, al que a pesar de las molestias, ya nos hemos acostumbrado, el no poder pernoctar en Madrid capital, ni en las poblaciones más cercanas, del alfoz, durante los fines de semana o vísperas de festivos. Como no estamos dispuestos a abonar los s 80 o cien euros, que piden por una habitación doble -de ahí para arriba, lo que quieras-, son demasiadas ya las veces, que nos hemos ido a Cercedilla o Guadalajara, distantes del centro, más de sesenta kilómetros. Y eso, porque los trenes de cercanías son gratis, porque si no, no saldría tampoco a cuenta.
Nos frotamos los ojos al ver en los buscadores, como hostales, que el primer verano de la pandemia nos alojaban por poco más de veinte euros -incluso, por menos - en las proximidades de Sol o de Gran Vía, ahora y un sábado cualquiera, piden más de 300. Tal vez, ¡ni lo uno, ni lo otro!. Pero, ellos sabrán.
El sábado del puente de mayo madrugamos y tomamos el primer tren de la jornada, a las seis y veinticinco de la mañana. El objetivo era, llegar a tiempo al famoso mercadillo de Majadahonda, que se celebra en un aparcamiento público, ese día y los martes
El camino desde la estación de cercanías es largo -media hora-, tedioso y cuesta arriba, pero el lugar merece bastante la pena, porque la ropa y los complementos, que se venden, tienen -en términos generales- bastante estilo, aunque no son baratos. Está concurridisimo, especialmente, de chicas jóvenes con vestidos de punto, que al salir se ponen a un lado en las aceras para hacerse pomposas fotos con sus compras y después, subirlas a las redes (asociales). Durante la vuelta, disfrutamos de las únicas cuatro gotas del viaje, entre intenso y apestoso calor
Desde ya hace algún tiempo y para más comodidad, hemos establecido un sistema alimentario, que consiste en desayunar fuerte y cenar con contundencia, dejando algo frugal para el mediodía. Así, podemos tirar de corrido toda la jornada, sin tener, que andar buscando restaurantes o supermercados para comer.
Por tanto, al volver desde Majadahonda, nos bajamos en Atocha y nos fuimos a la cercana Fundación Caixa Forum -gratis para clientes -, a contemplar dos novedosas exposiciones. La primera, de Genios, Sabios y Magos nos encantó, pero la segunda, sobre la historia de los Mamuts, resultó ser delirante. Además de numerosas maquetas pequeñas y paneles informativos muy explícitos, cuenta con una espectacular reproducción, a tamaño real.
En Samplia, de Gran Vía, tocaba recoger de forma gratuita, bebidas de litro de avena y almendras y caramelos.
Fue de locos, porque la jornada terminó con más de 68000 pasos sobre nuestras castigadas piernas.
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