Llegamos a San Luis de Potosí, viajando durante el día y sentimos tal sensación de agobio que en estas ocasiones y lo sabemos desde hace tiempo, lo único que cura el mal es parar y recargarse. Así que tomamos un buen hotel, junto a la estación de autobuses y nos dedicamos a beber cerveza, canijillas, cabritos y agave. Y, al día siguiente, entonces si, decidimos descubrir la ciudad. Que es modesta monumentalmente aunque muy animada en sus calles peatonales. Es nuestro último destino del circuito antes de volver al ansiado DF.
Durante el día, volvimos a nuestros debates de 2008 sobre la influencia española relacionada con la comida. No entendemos como pueden comer tan mal, teniendo otras posibilidades, cómo están todo el día con los tacos en sus diferentes variedades, habiendo restaurantes de comida corrida -con sopas diversas, arroz y un guisado- o productos como sardinas, atún, salchichas... en los supermercados. Creemos que más que económica es una cuestión cultural lo que motiva esto y tiene a un altísimo porcentaje de la población con un elevado sobrepeso. No es México el único país que funciona así, también ocurre igual con Sudáfrica y el incomible pap.
Para los que nos gusta tomar -como dicen aquí- otro problema añadido es el de la cerveza y los alcoholes -da igual que tengan cinco grados o cincuenta-. En un estado te venden cerveza dese las siete de la mañana y en otros no te la sirven hasta las doce. Es un auténtico lío porque por lo menos hemos transitado por diez Estados . Y claro, beber en la calle o tener un modesto puesto callejero te puede traer mayores problemas que cualquier otro delito común. Hablamos de Casas de ,Cambio, per hablamos poco porque casi son inexistentes y la tasa es penosa, la mejor tarifa en el aeropuerto y en un local de Zacatecas.