Playa de Aguilar y miradores, en Muros de Nalon
Otro de los días y siguiendo la línea del FEVE para el otro lado, nos acercamos a la pequeña localidad de Muros de Nalon. Siguiendo a un nutrido grupo de animosos jóvenes locales, empezamos a descender por un escarpado y resbaladizo sendero, lleno de piedras y vegetación y tras unos veinte minutos caminando, llegamos a la maravillosa playa, de Aguilar, otra de las joyas del mar Cantábrico y en esta ocasión, con marea baja, algo concurrida y sin distancias de seguridad aparentes. A la derecha, se haya la pequeña playa, de Veneiro o Xilo, desde donde arranca una senda asfaltada llamada de los Miradores, de San Esteban de Pravia. Se trata de un recorrido de unos cinco kilómetros, que en sus primeros tramos resulta bastante ascendente -se mezclan cuestas y escaleras- y que transcurre a lo largo de diversos miradores costeros, aunque no todos ofrecen buenas vistas, al estar algunos demasiado altos.
Acabamos la jornada en Soto del Barco, que tenía mejor pinta, de lo que resultó ser. Siempre, en todos los viajes, tenemos un destino "plof" y en esta ocasión fue este. Vimos su iglesia, hicimos una marcha de varios kilómetros por una carretera secundaria, que nos depósito en la orilla de la ría y tratamos de llegar, sin éxito, a San Juan de la Arena -a unos tres kilometros-, por tratarse de una vía con bastante tráfico.
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