Al leer mis anotaciones de nuestra anterior visita, a Candás, contaba que era una población con escasos atractivos en su casco histórico y que lo bello era la entorno. Cuatro años después, no he cambiado de opinión. En aquella ocasión, veníamos de Luanco y pasamos por aquí demasiado deprisa, sin hacer ninguna de las dos recomendables rutas, de las que te informan a la perfección en la servicial oficina de turismo (amplio horario, a pesar del coronavirus).
Se pueden llevar a cabo las dos el mismo día, pero al estar en un alojamiento tan barato decidimos tomarnoslo con calma y dedicarle dos mañanas enteras. Así nos dió tiempo también, a pasear por la zona del animado puerto, en cuyos muros figuran enormes y entrañables fotos de épocas pretéritas, en blanco y negro.
Mirando al mar, la primera senda sale hacia la izquierda, partiendo del modesto parque de las esculturas y pasando el faro -cerrado-, se llega a un bellísimo cementerio con muchos nichos y algunas tumbas colosales de gentes notables de la zona (muchos muertos emparentados entre sí) Es bastante solitaria y cuenta con algunas pendientes, paisajes de la costa muy bellos y una apetitosa playa, llamada Rebolleres.
La que parte hacia la derecha es algo más larga, aunque se puede hacer de ida en algo más de una hora, con las correspondientes paradas en los numerosos y espectaculares miradores. Tampoco es demasiado esforzada, aunque la subida de vuelta desde la playa de Xivares es importante.
Hay, que transitar, por el bello paseo marítimo y Candás, dejando atrás la playa y varios concurridos espigones. Después, se debe cruzar la fantasmal Perlora y su bella playa. El resto del camino sigue el curso de una antigua vía de tren, rehabilitado, como sendero peatonal y ciclista. De camino, pequeños arenales y otras playas más amplias, como la de El Tranqueru y la ya mencionada, de Xivares, donde finaliza el recorrido, después de haber atravesado tres túneles, una enorme marquesina -tenia como función, retener los desprendimientos sobre la vía- y paisajes escarpados marinos increíbles.
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