Se trata de resaltar, lo que comimos o bebimos, por primera vez, en
este sexto viaje largo y no las mejores cosas, que nuestro paladar
degustó, durante el viaje. Por eso, no se incluyen clásicos, como
el chow mein, los momos, las samosas del sur, el arroz frito con
pollo o pescado, los shawarmas, los fuls o las tamiyas, entre otros.
Cada vez, esta clasificación va siendo más difícil, puesto que
queda, menos por descubrir.
Bondas, de India
1º.- Los bolas de queso, vegetales y guindilla rebozadas, de las
que nos hartamos en Dheradum, en una mañana lluviosa.
Definitivamente, ¡deliciosas!.
Koshari, de Egipto
2º.- El Koshari egipcio. Habíamos oído hablar de este popular
plato, en nuestro viaje a Egipto, de 2.006, pero no lo llegamos a
probar, al menos, en su receta decente: garbanzos, lentejas, arroz y
cuatro tipos de pasta distintos, mezclados con tomate y especias,
ligeramente picantes (nada te sabe picante, después de tres meses,
en India).
3º.- Las bolas rebozadas y crujientes, rellenas de cebolla y muy
frecuentes, en el sur de la india. Existen dos versiones. Una con los
trozos grandes y otra, casi triturada y mezclada con otros vegetales.
La fritanga del sur del país, supera, ampliamente, a la del norte,
tanto en variedad, como en elaboración y sabor.
Biryani, de India
4º.- Las bondas picantísimas, rellenas de enormes trozos de queso,
que se pueden degustar en cualquier establecimiento, de Bikaner. El
único problema es, que no se pueden comer dos seguidas
5º.- Los bocadillos en pan redondeo, de patata rebozada, mezclada
con vegetales al gusto del cocinero -siempre llevan tomate- y con
tres o cuatro salsas de colores. Los mejores, los de Augandabad y
Bundi.
6º.- El delicioso Biryani de gallina -que no de pollo, mucho más
frecuente e insípido-, que degustamos en lugares tan diversos y
distantes, como Augandabad (India) y Chittagong (Bangladesh).
Chow mein, de la cocina tibetana
7º.- La enorme, alargada, sabrosa y crujiente croqueta/roll rellena
de vegetales, que me comí en Dhaka
8º.- Las heladas sodas de cola, mango, piña, limón -la mejor,
cerca de la estación de trenes de Udaipur, con lima natural-,
masala... Las de mango y piña, mejor pedirlas sin gas (si las
tienen, que no siempre ocurre). Resucitan a un muerto, en un intenso
e insoportable día de calor. Hay unos cuantos establecimientos, que
la sirven -a 5 ó 10 rupias-, a lo largo de muchos lugares de India.
Van en aumento.
9º.- Los momos rebozados. Los habíamos probado solo crudos, en el
viaje anterior y rebozados, ganan muchos enteros. Especialmente
buenos, los de un puesto callejero, de Mcleod Ganj.
Momos, de la cocina tibetana
10º.- Los garbanzos de un puesto callejero, cercano a la estación
de trenes, de Allahabad. Con diversos vegetales y salsa secreta, son
los mejores, que hemos probado, si dejamos al margen, los del cocido
de nuestras abuelas.
Y podríamos seguir: los dulces de miel y coco, de Bhopal; los
macarrones estriados y gordos, a la masala, de Delhi; las berengenas
crujientes por fuera y suaves por dentro, en Varanasi; los deliciosos
rolls de pollo, queso y/o verduras, de Calcuta; las bondas
especiales, de Bangladesh; los helados con frutas escarchadas, de
Bikaner, los naturales zumos de mango, de Fatehpur Sikri... Y podría seguir.
1 comentario:
Joer, que buena pinta tiene todo!!
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