jueves, 17 de octubre de 2024
martes, 8 de octubre de 2024
Proyectos para el último trimestre de 2024
domingo, 6 de octubre de 2024
Últimas horas en Marrakech
El trayecto de regreso, desde Ouarzazate, hasta Marrakech, fue uno de los momentos más placenteros del viaje, con el aire acondicionado a tope, las cortinas corridas y durmiendo a pleno rendimiento, tres de las mas de cuatro horas y media, que duró la travesía. Nos acomodamos en el mismo hotel de hace dos días, aunque en distinta habitación, para seguir asfixiándonos de calor.
Lo que más nos apasiona en Marruecos desde el punto de vista gastronómico son, las irresistibles tablas de variados pescados fritos y mariscos. Después, los tajines y cuscús, además de las brochetas y diversos platos locales. Y, en plan más informal, las aceitunas de los puestos de los mercados y supermercados -existe casi tanta variedad, como de quesos en España- y las sardinas de lata, mucho más ricas y baratas, que en nuestro país. Para rematar, un poderoso té de especias, a 3 dirham, en las noches de Jemaa El Fna.
En esta plaza, los comisionistas de los restaurantes vespertinos siguen con la misma cantinela de hace veinte años: "más barato que en Carrefour o Mercadona" y similares y les hemos reñido por ello, pidiéndoles, que se renueven un poquito.
Solo nos ha hecho gracia un tipo joven, que nos ha espetado: "ya os han tratado de engañar esos pajarracos...", refiriéndose a sus colegas restauradores, para a continuación, querernos colocar el suyo.
En el último año y medio hemos volado desde Tánger, Esaouira y Agadir, con Ryanair. Como en Tirana o Turquía, la compañía no emite tarjetas de embarque digitales al móvil. Debes gestionarlas en la app, para luego obtenerlas en la web. Pero tampoco valen y el día del vuelo, se debe acudir al mostrador, para que te den una en papel. Nunca las hemos impreso.
Pero, nos empezamos a rayar, porque en más de veinte agencias y locales diversos de Marrakech, instan a imprimir por un euro, el documento. No sabíamos, si algo había cambiado, aunque no parecía lógico. Así, que nos fuimos a la normativa de la compañía, que en su artículo 6.2.1. dice lo siguiente: "Debes hacer la facturación en linea en www.ryanair.e imprimir o DESCARGAR tu tarjeta de embarque...".
En el mostrador, solo nos pidieron los pasaportes, nada más y la gestión fue muy ágil.
Por cierto: os hablé de un Carrefour Market, a quince minutos de la Koutobia, con cerveza y alcohol. Pero es bastante más caro, que el más alejado del Menara Mall.
Y desde ese centro comercial y por un camino cómodo, fuimos andando al aeropuerto, donde el aire acondicionado brilla por su ausencia y en el que hay que pasar los bultos antes de entrar por un poco exigente control de seguridad.
martes, 1 de octubre de 2024
Frustración y ola de calor
No sabíamos, si terminaríamos durmiendo en Skoura, retornariamos a Ouarzazate o el plan más improbable: regresar de un tirón a Marrakech.
Pues bien. Ha sido este último el que se ha cumplido, porque ni siquiera hemos llegado hasta Skoura.
El plan se fue desmoronando, como un castillo de naipes o una hilera de fichas de dominó. Anoche -después de dar un paseo por el centro de Ouarzazate, más animado, que de día, en el que me golpeé la tibia contra un duro jergón de madera y me herí-, descubrimos, que la Kasbah de Skoura está a 6 kilómetros del centro de la ciudad. No era un problema gordo, porque pilla de camino en la carretera, podríamos bajarnos allí y hacer el camino andando, una sola vez.
El siguiente hallazgo fue peor: el magnífico palmeral, se sitúa a 7 kilómetros del centro y en otra dirección. Habría, que sumar, otros tantos de regreso. ¡ Si preparáramos los destinos con más antelación ...!
El siguiente hecho nos puso al borde del cao. Hoy va a empezar una ola de calor, para llevar las máximas desde los 32 de ayer, a los 39.
A pesar de todo, mantuvimos los planes.
Nos levantamos pronto y nos fuimos a cambiar dinero al único banco, donde pone la tasa en la puerta y resulta, que desde hace tiempo, ya no ofrecen está operación. Desconcierto y mucha perdida de tiempo, hasta que encontramos otro.
El resultado fue, que perdimos el bus de las 9:30 y tomar el siguiente nos complicaba mucho el día.
Vuelta a Marrakech, con mucha frustración, pero pagando 20 dirham menos, que a la ida, con un mejor bus y potente aire acondicionado.
Nuestra relación con Marruecos es extraña. Hicimos siete viajes al país, entre 2005 y 2012, en los que lo recorrimos entero. Así, que durante once años y hasta 2023, no volvimos por aquí. Sin embargo, durante los últimos dieciocho meses hemos hecho otros cinco periplos.
El problema es, que está todo casi visto y lo que nos queda, se encuentra bastante distante entre si y es de segundo orden en una nación, donde el transporte público es complicado. En el sureste solo nos quedaba Ait Ben Haddou y Skoura y nos hemos quedado sin la mitad del proyecto. Más de diez horas de bus para una sola visita -Ouarzazate ya lo conocíamos - y a pesar del grato reencuentro con Marrakech, el periplo ha sido un fracaso.
El pronóstico era cierto y al bajar del bus, nos encontramos con 40 grados. No obstante, nos fuimos andando al alejado Carrefour para comprar cerveza y a la vuelta descubrimos, que hay otro tres veces más cercano, a cuarto de hora de la Koutobia...¡Vaya día de frustración!.
domingo, 29 de septiembre de 2024
Vida tranquila en Ouarzazate
En definitiva: ¿ merece la pena visitar la Kasbah de Ait Ben Haddou, camino del desierto? Si vas en grupo organizado no podrás evitarla. Si acudís en coche, no perdéis demasiado tiempo en llegar allí y proseguir viaje. Pero, si utilizas el transporte público y/o caminas, la recomendación es evitarla -como hicimos en 2008, rumbo a Zagora-, porque es mucho esfuerzo para poco premio.
Los atractivos de Ouarzazate no son demasiados: la bonita Kasbah -20 dirham -, la mezquita principal y un zoco exterior frente a la primera. Hace tres lustros era un barrio decadente, pero atractivo. Hoy en día, está derruido por dentro y la gente ya no vive allí, quedando solo las tiendas de fuera, con clientes y ventas escasas.
Ouarzazate, sin embargo, es un lugar estratégico en las rutas hacia el sur. Por aquí pasa la carretera del sur hacia Agdz y Zagora y la del este, que te conduce a Skoura - donde iremos mañana -, Boulmane de Dades, Tinherir, Erfoud, Risani y Merzouga.
Hemos renovado el alojamiento de la pasada noche, pero la hemos tenido con el propietario por la mañana. Porque en Marruecos, es habitual, que no tengan -o no quieran darte- cambio y te toca luego andar detrás de ellos todo el día, para que te den la vuelta. Te atrapan el dinero y nunca dicen -salvo una vez -: "Ya me pagarás más tarde". Así, que no nos hemos movido de la recepción hasta recuperar los 20 dirham.
Otra práctica muy habitual es, que te dan un precio muy elevado a pagar por la alcoba y cuando te vas, te espetan:"¿cuánto quieres pagar?" La respuesta adecuada es "nada, la quiero gratis", para evitar, que sigan haciendo lo mismo en el futuro.
Paseando y casi a las afueras, hemos visto un supermercado llamado Victoria Drinks, donde solo venden cervezas, vino y alcohol. Hemos alucinado, porque en la puerta había aparcados ocho microbuses de unas veinte plazas cada uno. Todos los pasajeros eran guiris y dentro, el ambiente se asemejaba a Sodoma y Gomorra o a la toma de la Bastilla. Estanterías vacías y casi peleas, por llevarse los espirituosos aún existentes, para emborracharse a gusto en la travesía del desierto.
La Kasbah de Ait Ben Hadoou está muy sobrevalorada
Decimos adiós a nuestro hotel de Marrakech -hoy completo, debido a la afluencia de familias marroquíes cargadas de niños y achiperres- y al colchón más duro de hace años, para dirigimos a la estación de autobuses.
Cuando ya has visitado una ciudad varias veces, se moderan las emociones y se descubren más sus defectos. Y es que la medina de Marrakech, está plagada de edificios históricos apuntalados con andamios de diversos materiales y/o en estado semi ruinoso. En la mayoría de los casos, las obras de rehabilitación parecen paradas
En cuatro horas y cuarto, asfixiados de calor -no ponen el aire acondicionado,ni a tiros-, nos ponemos en Tabourahte, localidad a 20 kilómetros de Ourzazate y de donde parten los poco frecuentes taxis compartidos -grand taxi-, que llevan hasta Ait Ben Hadoou.Tenemos suerte y completamos uno de ellos y en dos minutos salimos para el destino, a 9 kilómetros.
Constatamos, que los alojamientos son aquí carísimos. Nos piden entre 300 y 600 dirham, cuando en Marrakech hemos pagado 150. Cuando al fin, damos con uno de 200, ya habíamos decidido no pernoctar aquí porque los restaurantes tienen precios prohibitivos -un tajine, a 85- y poca cosa se puede hacer más, salvo pasear entre casas de adobe y paja y un sol aplastante.
Nos sorprende, la gran cantidad de grupos de guiris, que lo copan todo, molestan a tope y se van sin gastarse un dirham.
Para empezar, diremos que nos parece que esta kasbah está muy sobrevalorada. Además de ser un poco Disney world rural -las pelis del desierto de Hollywood le han dado gran fama -, tiene una gran cantidad de vecinos molestos -para enseñarte sus casas pagando entre 10 - 20 - y vendedores.
Se encuentra algo descuidada y con grandes necesidades de inversión, que nunca llegarán y los alrededores tampoco ofrecen nada especial. Pero, para una hora, si da para entretenerse, visitando la agitada calle principal, la parte de abajo y ascendiendo hacia las murallas. Se accede a ella, cruzando el río, bien por un puente o saltando por sacos terreros. Cada uno.., verá.
Como no encontramos más forma de retornar, que la elevada oferta de conductores lugareños, nos decidimos por volver andando, por un camino incómodo y con un paisaje aburridísimo (1 hora y media)
Y de nuevo, muy buena suerte, porque el grand taxi, a Ouarzazate, parte a nuestra llegada.
Toca buscar hotel, pues el del 2008 ha subido un 70%. Y regateando duro y por 180 dirham, logramos uno mucho mejor y con baño privado.
Es sorprendente, la cantidad de sitios aquí, donde venden cerveza, vino y alcohol, siendo una ciudad de veinte mil habitantes. Estamos en la región del Draa, de mayoría bereber. Profesan el islam, el cristianismo o el judaísmo, pero en cualquier caso, suelen ser algo más tolerantes con el alcohol y el sexo, que los musulmanes árabes.