martes, 14 de septiembre de 2021
lunes, 6 de septiembre de 2021
México, durante cinco semanas
Todas son de nuestro viaje a México, en 2.008
Nos ha tocado elegir, entre los no demasiados países fuea de Europa, que nos permiten entrar en la actualidad sin exigir PCR negativa (estamos vacunados desde el 25 de junio). Entre Brasil, República Dominicana y México, descartamos los dos primeros. Brasil, por ser el vuelo caro y República Dominicana, por ser imposible completar el destino, con Haití. Volaremos con Iberia, a Cancún, haciendo escala en el DF. No hemos adquirido aún los vuelos, pero viene a salir por unos 310€ ida y vuelta, maletas a parte, por lo que iremos solo con equipaje de mano. Debemos rellenar un formulario on lunes, siendo la estancia máxima de un visado de 180 días. Nos toca renovarnos el pasaporte, que nos venció a finales de noviembre pasado.
El itinerario previsto y desde Cancún, sería el siguiente
Campeche (484), Veracruz (850), San Luis de Potosí (655), Monterrey (624), Zacatecas (461), Aguas Calientes y Guanajuato (302), San Miguel y Querétaro (149), DF y Morelia (192), Guadalajara (289), Puerto Vallarta (333). En total, suman 4338 kilómetros, que pretendemos llevar a cabo en autobús. Desde Puerto Vallarta a Cancún, resultan 2468 kilómetros, que probablemente, hagamos volando. Salvo a la capital, no retornaremos q ninguno de los destinos visitados en nuestro primer viaje al país, de dos semanas y media de duración. Lo más seguro es, que tampoco vayamos a ninguno de los destinos del noroeste, como La Paz, Todos Santos o San Lucas, por encontrarse demasiado alejados. Si queremos ir a visitar parajes naturales, pero no hemos decidido todavía a cual.lunes, 30 de agosto de 2021
Madrid, bajo temperaturas extremas
Madrid, Manzanares y La Pedriza
La tarde del viernes, la dedicamos a especular por el barrio de Hortaleza y por el cey comercial, Palacio de Hielo.
El sábado y no sin problemas de orientación, nos fuimos a Manzanares el Real y La Pedriza, tomando el autobús 724 en el intercambiador de plaza de Castilla. El pueblo tiene un bonito castillo (5 euros). Al parque natural, se puede ir andando -unos seis kilómetros-, aunque los fines de semana existen autobuses lanzadera gratuitos, que ese día no funcionaron, desconociendo las causas. El lugar cuenta con caminatas muy pedregosas y sinuosas y el paisaje rocoso resulta bastante atractivo. Nos vaciamos menos de lo esperado, debido al insoportable calor. Hicimos tres pequeñas rutas, a través del cañón de La Camorza, senda de Carboneras y camino de Canto Cochino. Está prohibido bañarse en el río, pero la gente no hace ni caso. Por la noche, disfrutamos de lo lindo, paseando por el inconmensurable, Lavapiés, crisol de culturas. En la zona de Mesón de Paredes abundan los subsaharianos con sus restaurantes, ritos y costumbres. El la de Ave María, los indios. Apenas queda rastro de los chinos y sus tiendas mayoristas o de las carnicerías musulmanas, que invadieron el barrio a finales de los noventa. En la plaza principal, aún sobreviven un bar castizo y el Carrefour 24 horas.La mañana del domingo, la dedicamos a ver la céntrica iglesia de San Antonio de los Alemanes y nos acercamos al cauce del río Manzanares y el parque Madrid Río, entrando por el puente de Segovia y saliendo por el de Toledo, dejando a un lado las poco vistosas ruinas del antiguo estadio Vicente Calderón.
Por la tarde y tras un receso, nos zambullimos en el barrio de Vallecas, donde visitamos el cerro del Tío Pío. Su hisy es muy larga y ofrece buenas vistas de Madrid, viéndose el Pirulí y las torres Kio. Fue un poblado chabolista y el parque enseña siete montículos -siete tetas, según los más salidos-, que no son naturales y que están formados por los escombros de las infraviviendas.Finalmente, el lunes y tras desestimar Toledo -los buses se toman en la plaza Elíptica-, nos fuimos a ver un templo sij, en Santa María de la Cabeza, que como habíamos previsto, consiste en un simple local en un edificio de viviendas. Paseamos por el Madrid tradicional, que tanto nos recuerda a nuestra juventud y a los tiempos de estudiante, aunque ya no se parezca mucho, a aquellos increíbles tiempos.
Antes de regresar, durante la madrugada del martes, matamos el viaje en el abarrotado parque del Retiro -que el descerebrado Almeida había cerrado el día anterior, domingo, por turbios motivos-, en el barrio de Las Letras y su animada zona de Huertas .miércoles, 25 de agosto de 2021
¡Hoy va a ser la noche de que te hablé! Masterclass de la vida nocturna de Milán (parte II)
Existen varios canales, que se entrelazan, pero para explicarlo de una forma básica diríamos, que la estructura principal tiene forma de "L". En la parte larga de halla una calle extensa partida por un canal. En el segmento de la izquierda se celebran numerosos botellones, entremezclados con algunos bares. El ambiente es bastante crispado, fruto del alcohol.
Sin comerlo, ni beberlo, vivimos varios momentos de tensión. El más importante ocurre, cuando una mujer insulta a otra, llamándola "gorda, cornuta y putana"Quien ofende, pesa bastantes kilos más, que la mencionada víctima. Un vigilante de seguridad de un garito cercano, trata de poner paz, mientras nosotros tratamos de continuar. Entre el remolino, un imbécil con un patinete y ajeno a todo, trata de pasar entre gritos y entre medias, sin importarle nada.
El otro lado del canal, ya de vuelta, resulta más reconfortante. Menos gente, menos borrachera y más nivel intelectual, a tenor de las pausadas conversaciones.
La parte estrecha de la "L" es otro mundo y los acontecimientos se suceden. Cuando vamos por la parte derecha nos sobrecogemos: decenas de personas persiguen a un joven con intenciones de linchamiento y van en serio. El corre y termina lanzándose al agua. ¡Confusión!Lo siguiente, que observamos es, a numerosa gente partiendo botellas de vidrio contra el suelo, para supuestamente, atacar o defenderse de algo, que no llegamos a ver. Por la forma, que lo hacen, tienen más posibilidades de herirse en las manos, que de conseguir su objetivo.
La escena gira unos 45 grados. Un chico está tumbado en el suelo y sangrando por la cabeza con virulencia. No podemos asegurar, si es el que han rescatado del agua u otro. Una multitud se arremolina alrededor, mientras nosotros mantenemos la distancia.El primer coche de policía tarda mas de veinte minutos en llegar, aunque i pareja de agentes no se implica demasiado y ni se acerca al lugar de los hechos. Una chica, algo alterada, les cuenta lo sucedido o al menos su versión. En otros diez minutos más, llegan otras cinco patrullas y no es hasta pasados casi tres cuartos de hora, cuando aparece una ambulancia para atender al herido.
Nosotros seguimos nuestro camino por el otro lado de la dársena, dónde conviven parejas inofensivas, con jóvenes algo alborotados y númerosos árabes con sus musicas típicas y rebosantes de sonoridad a todo volumen. El islam prohíbe el alcohol, pero la mayoría van mamados.Uno de ellos y en lamentable estado, muy corpulento, se me acerca, supuestamente, a saludarme. Lo esquivo, pero estoy a punto de caerme al canal. Se produce un rifirrafe, que no pasa a mayores.
A todo esto, solo son las tres y media de la madrugada. Compungidos, retornamos a la plaza de San Lorenzo Maggiore, donde como si nada, sigue el tranquilo botellón multitudinario. Reponemos fuerzas etílicas, durante hora y media y planificamos la jornada siguiente. ¡Iremos a Vigevano, que dicen, cuenta con la plaza más bella de Italia!
Para llegar hasta allí, deberemos tomar el tren rn la estación de Porta Génova, cercana a los canales, por lo que debemos volver por ls dársena. De repente y sin verlo, aparece el mismo hijo de puta anterior, que trata de apresarme y agredirme, aunque me zafo sin demasiada dificultad, pero no consigo esquivar su escupitajo, que cae sobre mi cara. El amago de enfrentamiento, tras mucha tensión e incertidumbre y sin que nadie de los alrededores haga ni caso, termina en nada, afortunadamente.Ya amaneciendo, llegamos a la estación en cuestión. En la plaza colindante y sentados en un banco, ajenos a todo, varios subsaharianos esnifan cocaína de unos billetes de veinte y cincuenta euros.
¡Comienza un nuevo día!