Esta comida -para nosotros, después de unos pocos días, resulto bastante cansina, chatarra y picante- se vende, normalmente, en puestos callejeros, bien, hecha al momento con los necesarios elementos de cocina o bien, traída ya preparada de casa. En este último caso, a los tacos se les denomina, de canasta. Como siempre, es norma, que en este tipo de países, donde predomina la comida en la vía pública, se observe la rotacion de los alimentos y el número de clientes, que visitan cada tenderete. Aunque, por nuestra experiencia, a lo largo de dos viajes al país, la comida resulta bastante segura. Hay tantas salsas, casi, como cocineros circulan por las calles, pero tienen un elemento común que es el picante, chile. Desconfiad, cuando un vendedor os asegure, que una determinada, pica poco. Lo dice de buena fe, acostumbrado a sus propios gustos, pero la realidad es, que todas pican entre mucho y muchisímo. A nosotros, la que más nos gusta con diferencia es, la de limón y chile Otra forma de alimentarse en el país azteca es a base de comidas corridas, que sirven muchos bares y restaurantes. Se trata de almuerzos sencillos, aunque muy baratos ( los más económicos en la capital o Guadalajara, por entre cincuenta y cien pesos). Siempre, disponen de una sopa de tipo diverso -aunque predomina la de tortillas-, pasta o arroz y un plato principal, en forma de guisado o asado, fundamentalmente. Pueden o no, incluir postre y/o bebida. Existen otros restaurantes más selectos, donde encontrar guacamole y otros platos más elevados de la cocina mexicana, pero no son muchos. También, están los de tipo internacional, entre los que se encuentran los chinos, que te ofrecen todo lo que tú puedas comer, desde 85 pesos en adelante. Aunque estos últimos, solo suelen encontrarse en las ciudades más importantes.
Por supuesto, están presentes las grandes cadenas de comida rápida internacional, como Mcdonals, Burger King, KFC... Aunque, nosotros los perritos calientes no los compramos en ninguna de ellas, dado que nos gustan más los del Wallmart, con pimiento verde y cebolla y a 19 pesos la pareja.
Se encuentran también muchos mercados -la mayoría, cubiertos, limpios y bien mantenidos- donde adquirir dulces diversos, frutas más seleccionadas, snacks y hasta diversos insectos, gusanos, grillos, alacranes, hormigas...listos para ser degustados, como si estuviéramos en China o en el sudeste asiático. No hemos ahondado demasiado en estas especialidades autóctonas, pero lo que si se observa a simple vista es, que la variedad es importante y el tamaño, a veces, considerable, para nuestras costumbres. Los más afamados son los chapulines.Nosotros, nunca nos hemos atrevido con ellos, en ninguna de sus formas y eso, que somos de alimentación de amplio espectro.
No son muchos, pero sobre todo en la capital, existen restaurantes especializados en comida prehispánica, con platos, que atraen la curiosidad de la mente, aunque no se yo, si también, la del paladar de un occidental cualquiera. Aquí, os dejo la muestra de un menú, para que podáis haceros una idea: tacos de chapulines, sopa de escamoles, cazuela de chinicuiles, taco de escamoles, taco de chinicuiles, escorpión horneado, taco de acocil, platón de insectos, sopa de chapulin, sopa azteca, mixiote de venado, taco de búfalo, jabalí en chileajo, pato relleno de manzana, crepa polaca, búfalo en arranchera, faisán en salsa de higos, taco de cocodrilo y hamburguesas de venado.
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