Al tener ocupada la mañana del sábado, nuestro viaje a Madrid, del fin de semana del 10y el 11de junio, comenzó en el mencionado tren de la Fabric y como habéis visto en el artículo anterior, el trayecto resultó animado y ameno.
Ha sido un finde de muy buen tiempo -todavia, sin el calor asfixiante, que vendrá, a no tardar mucho- y sobre todo de libros.
Tras degustar copas de chocolate, turrones, Habana con Coca cola y helados, gracias a Samplia y a alguna promoción en la estación de Príncipe Pío, nos dirigimos a la Cuesta de Moyano. En concreto, a la tienda número 22, donde se han expuesto, durante cuatro días, algunos libros, que estuvieron prohibidos en su época, como "La Celestina", "El Decamerón", Madame Bovary", o "La Metamorfosis" entre otros. Y todo, bajo el lema: libros liberados.
Posteriormente, nos acercamos por última vez este año, a la Feria del Libro del Retiro, donde no cabía un alma más. Resultó muy difícil y agobiante moverse por el recinto. Entre los héroes del día, con colas absolutamente interminables para la firma, Mercedes Ron, el coronel Pedro Baños e Inmaculada Rubiales. Al marcharnos, tuvimos otra vez serios problemas con el tren de cercanías.
El domingo resultó muy tranquilo y no estuvo marcado por una legión de adversidades, como los dos anteriores. Comenzamos la mañana en la Casa Árabe, un bonito edificio con jardín, ubicado a un lado del Retiro. En la actualidad, se puede visitar una exposición sobre artesanía de Marruecos, destacando las alfombras, los trajes, las joyas y las vasijas .
Después, nos fuimos al Instituto Cervantes, que está en la calle de Alcalá. Contemplamos una exposición muy variada de libros, rescatados de varias sedes que este centro tiene en lugares muy diferentes del mundo. Se llama "Del uno al otro confín". Como curiosidad, las máquinas de vending en este lugar, comercializan libros y no chocolatinas o refrescos.
Matamos la mañana en la estación de metro de Carpetana, en el barrio de Carabanchel, uno de los más deprimidos y deprimentes de la capital. En el exterior, se expone un enorme mastodonte y en el interior algunos restos de animales y un mural, donde se explica la vida de la fauna en este lugar,cen tiempos prehistóricos. Curioso, aunque algo decepcionante.
Por la tarde y durante largo rato, nos dedicamos a holgazanear, tirados en la hierba en el Parque del Oeste. Mucha gente tomaba el sol, la mayoría de las chicas, en bikini. Nada más,ca diferencia del segundo lustro de los ochenta,cen el que muchas parejas follaban sin disimulo y con naturalidad, a plena luz del día. Yo, en aquellos tiempos de universidad, me confirmaba con ponerme ciego a cervezas y porros con mis compañer@s de facultad .
El próximo fin de semana nos vamos, a Azerbaiyán, vía Santander y Roma, por lo que no pasaremos por Madrid. Una pena, porque nos perderemos, por tanto, las fiestas de San Antonio de Padua, en el parque de la Bombilla y las actividades relacionadas con el Día de la Música. También, nos perderemos la Semana del Orgullo, que os apetecía bastante.
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