Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 3 de octubre de 2014

Los otros habitantes de India

Estas dos primeras, son del templo de las Ratas, en Bikaner (India)
          Escribo este post, desde el calor anímico de mi hogar, frente a la pantalla del ordenador y el teclado, ajena a todo el estrés, que en diferentes grados y fases, sufres en India. La dulzura, que el haber vuelto sanos y salvos, otorga a cualquier recuerdo del viaje, no hace, sin embargo, que se queden atrás, las dos obsesiones mayores -o al menos, más persistentes-, que vives en un periplo por este país: los innumerables y diversos cacharros, que te asedian y amenazan, a cualquier hora del día y la presencia constante de animales, que cuando los termómetros superan los 40 ó 45 grados, se hacen más perceptibles y molestos. Existe una tercera sensación: la imposibilidad de sentirte en soledad o tranquilidad en alguna parte -salvo en la habitación del hotel-, aunque esa, ya la hemos superado, incluso antes, de llegar a casa.

          Sobre el primer aspecto, ya hemos hablado bastante, a lo largo de este blog, en nuestros dos viajes largos al país. Así, que me centro sobre el segundo: los malditos animales. Fácil, verdadero e hilarante sería decir, que en India, los animales salvajes tienen dos patas, hablan hindi y moran en las ciudades, mientras los seres normales y apacibles, disfrutan de los parques nacionales. Pero, hoy no me referiré a este asunto, sino a lo que conocemos tradicionalmente, como animales. Vamos con ellos:

          -Vacas: A cualquiera, que le hablen de India, automáticamente, la relaciona con las vacas, campando a sus anchas por las calles. Y cierto es, aunque de forma desigual. En las grandes ciudades, apenas las hay. De Nueva Delhi, fueron sacadas a la fuerza, cuando llegó el asfaltado y en Calcuta o Bombay, tampoco las encuentras, fácilmente. Son más frecuentes, en el norte, que en el sur y sus enormes plastas, pueblan lugares, como la parte vieja de Varanasi, hasta casi acorralarte. No es infrecuente -sobre todo, si se camina de noche-, pisar seis o siete, con bastante impotencia. Los lugareños las amasan sin pudor, supongo, para obtener combustible.
                                                              Rishikesh (India)
          Por cierto: no las tratan tan bien, como se dice -les tiran de la cola, para apartarlas, además de otras perrerías-, no paralizan el tráfico y pasan más hambre, que Carpanta. ¡Definitivamente, ser sagrado en India, no es ningún chollo!.

          -Los perros: De verdad, que antes de volver al país, no recordaba su presencia masiva, dando igual la localidad o la zona del país. La mayoría son callejeros, vagan a sus anchas sin correa, pero sorprendentemente y dadas las condiciones generales, están bastante limpios. ¿La razón?. Ni idea. Los indios los suelen apedrear sin motivo y por cualquier cosa. Por eso, ellos se aferran a los escasos extranjeros y pueden llegar a seguirte por toda la ciudad, durante horas, como nos ocurrió, en Puducheerry. Llama también la atención, lo mansos, que son y lo poco, que ladran.

          -Las moscas: A veces, del tamaño de avellanas, son extraordinariamente molestas, en todo el país, pero especialmente, en los estados de Uttarakhand y Rajasthan. Crecen y se multiplican, al calor de las vacas y son extraordinariamente desquiciantes. Es posible, que mientras haces una foto, tengas nueve o diez, sobre tu cuerpo.
Haridwar (India)
          -Los monos: En el anterior viaje, ni los vimos, no sé, si por los sitios visitados o por la época del año. Esta vez y aunque no en todas partes -más en el norte-, los padecimos bastante, hasta tal nivel, de estar a punto de ser mordidos por uno. Pueden llegar a ser peligrosos, sobre todo, si se lleva comida encima.

          -Cabras: Quizás, las menos molestas de todos los especímenes callejeros, se disputan con las vacas, la interminable basura de las calles, en una gran labor de recuperación del medio ambiente.

          -Cerdos: La mayoría de color negro, perfuman, en menor medida, unas cuantas ciudades de la India.

          -Gallinas y algunas otras aves de corral, muestran menos presencia y generalmente, en pequeñas localidades.

          -Las ratas: Del tamaño de conejos, suelen operar con impuni9dad por las noches, aunque no le hacen ascos al día. La sensación es tan extraña, como asquerosa, cuando caminas descalzo por su famoso templo, cercano a Bikaner y te pasan por encima de los pies, mientras guris estúpidos o lugareños devotos, las ceban.
                                                     Puducherry (India)
          -Los bichos interiores y exteriores (inside & outside). Los primeros, se hallan debajo de algunos colchones y pueden provocar severas alteraciones en la piel de los humanos. Afortunadamente, solo los encontramos en un par de alojamientos, de casi 50. Los segundos, son más frecuentes y se manifiestan, por lo general, en forma de mosquitos. No nos picaron demasiado, en ninguno de los dos viajes al país.

          -Nos extrañó, sobremanera, no ver ni gatos, ni palomas. Especialmente, lo primeros. Dado, que las segundas, suelen encontrarse en plazas y parques y de eso en India, no hay. Y sobre los gatos, no seáis mal pensados: ¡los hinduistas no comen carne!.


          El paraíso animal por excelencia, en India, es Rishikesh, donde se encuentran ejemplares de todo lo mencionado, anteriormente y algunos más.

4 comentarios:

Inma Godoy y Francis Vega dijo...

Nosotros acabamos de llegar de la India, y has descrito correctamente todo lo que hemos sentido en ese país. Buen trabajo. Pura Vida. http://infravg.blogspot.com.es/

Eva dijo...

Gracias, chicos y celebro, que hayáis vuelto sanos y salvos, de India.

¡Felices viajes!.

Héctor dijo...

Buenas tardes.

He descubierto hace un rato su blog y aunque no he tenido tiempo de profundizar en sus contenidos, me llaman la atención sus cuidadas fotografías.

Gracias por ofrecer tanta calidad en medio de tanta mediocridad.

¡Mucho ánimo!.

Eva dijo...

Gracias a ti por escribir, Héctor