Cristianas a la puerta de la iglesia, en Addis Abeba (Etiopía)
Cuando era pequeña, ya soñaba con ser diseñadora de moda. Me pasaba los días dibujando maniquíes con toda clase de vestidos y complementos. Y cuando me aburría, me dedicada a vestir a mis muñecas e incluso a los Madelman de mis hermanos. No me quería encasillar sólo en ropa femenina.
Cuando era pequeña, ya soñaba con ser diseñadora de moda. Me pasaba los días dibujando maniquíes con toda clase de vestidos y complementos. Y cuando me aburría, me dedicada a vestir a mis muñecas e incluso a los Madelman de mis hermanos. No me quería encasillar sólo en ropa femenina.
Tienda de ropa interior para musulmanas, en Damasco (Siria)
Los años
fueron pasando. Estudié con fervor. Día a día, iba consiguiendo crear mi propio
estilo. Mi familia estaba orgullosa de mí. Hice algunas aproximaciones a
desfiles, pero Cuando era pequeña, ya soñaba con ser diseñadora de moda. Me
pasaba los días es muy difícil entrar en un mundo, que es muy cerrado para todo
el que llega de fuera y sin ninguna recomendación.
Decidí
entonces, dedicarme a diseñar ropa que hasta ahora, nadie hubiera hecho: moda
religiosa para mujeres.
Antes de
lanzarme de lleno, pensé en visitar diversos países para comprobar in situ,
como estaba este tema en la actualidad.
Empecé con
la religión cristiana, por ser la más próxima. Todas las féminas siguen un
mismo patrón: faldas largas hasta los tobillos, blusones o camisas que tapen
los hombros y, por supuesto, pañuelo en la cabeza. Da igual, que la iglesia sea
católica, ortodoxa, protestante…Todos los religiosos se encargan, de que la
mujer vista decorosamente y si hace falta, disponen de policías o militares
controlando el acceso a los lugares santos.
Buda gigante, en Mandalay (Myanmar)
Continué
con la religión musulmana. Aquí, todavía está más claro. Ellas no sólo visten pudorosamente
dentro de las mezquitas, sino en todos los ámbitos de la vida en los que tengan
relación con la gente, que sea extraña a su familia más próxima. Largos velos,
túnicas, pañuelos, guantes y calcetines, cubren cada centímetro de su piel.
A
continuación, dirigí mis pasos hacia el judaísmo. Otra vez, más de lo mismo. La
mujer prudente y respetuosa con las tradiciones, debe cubrir sus cabellos,
llevar falda hasta los tobillos y por supuesto, rezar separada de los hombres.
Parece ser,
que los budistas y los hindús son algo más tolerantes con la vestimenta de las
mujeres, aunque no con la estima que les merece el sexo débil.
Viendo como
está el panorama, creo que mis sueños de llegar a ser la “Coco Chanel” española,
sólo se han quedado en una pesadilla. Volveré a casa y me dedicaré como tantos
compatriotas, a buscar mi primer empleo, si la crisis y los políticos me lo
permiten.
Mujeres lavándose en el río Ganges, en Varanasi (India)
Mujeres lavándose en el río Ganges, en Varanasi (India)
3 comentarios:
Después de tanta realidad, un poquito de ficción
Tú crees que esto es ficción?
Las mujeres vemos coartadas muchos de nuestros derechos y !Ay de aquellas que se salgan del guión establecido!
Un saludo
Hola
Es ficción, porque nada tiene que ver con la realidad de quien lo ha escrito, al contrario de lo que ocurre en la mayor parte de las entradas del blog (más del 95%).
Lo que acontece en las seires de tlevisión, también puede suceder en la vida real y se llama ficcción.
En cualquier caso, son cuestiones meramente conceptuales.
Saludos
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