Sin casi creérnoslo, abandonamos Senegal, sin más molestias,
que una exhaustiva ficha policial, antes del check-in, en el aeropuerto de
Dakar, donde preguntan hasta por lo que no les importa, como cuantos días vamos
a estar en Líbano y donde vamos luego…
Baalbek
En Bananaria, es muy distinto entrar por tierra, que por aire. En el primer caso, son iguales de bananeros, que siempre. En el segundo, tratan de disimularlo, aunque sólo en las molestias –y amplificadas-, que se producen en cualquier aeropuerto occidental.
En Bananaria, es muy distinto entrar por tierra, que por aire. En el primer caso, son iguales de bananeros, que siempre. En el segundo, tratan de disimularlo, aunque sólo en las molestias –y amplificadas-, que se producen en cualquier aeropuerto occidental.
Emirates,
muy bien: sobre todo en comodidad, trato, comida –abundante y rica- y sin
cortapisas a las bebidas alcohólicas. En su contra, no nos proporcionan hotel,
donde al menos, poder asearnos, en una escala de diez horas. Nos permitió
también, reencontramos con Dubai, con mucho menos calor, que hace nueve meses y
con una sensación, que mezclo lo agradable del retorno, con la extrañeza de lo
inesperado.
Líbano
empezó con mucha lucha y esfuerzo –además de cansados, por no haber dormido en
los vuelos- y hasta ahora, con menos recompensas de las esperadas, para
nuestras altas expectativas. Que los taxistas nos trataran de engañar, nada
tiene de nuevo, pero sí que el del microbús, nos intentara cobrar cinco veces,
lo que vale, sin pestañear, aunque sin éxito.
Beiteddine
Como mal menor y para pagar en moneda local, cambiamos 10 $ -más ventajosos que los euros-, con un siete por ciento de comisión añadida.
Siendo ya más allá de las diez de la noche y
después de caminar largo rato, entre el infernal tráfico, aceras perfectas y
bien iluminadas, caemos en las garras del negocio hostelero. De los cuatro
sitios barajados –y únicos, para el turismo de bajo presupuesto-, en el primero
nos rechazan, no sabemos muy bien por qué y nos mandan al segundo, donde una
guapísima hija de puta, al tratar de negociar la tarifa, nos dice, que para
dormir gratis nos vayamos a la calle. El cuarto alojamiento no lo encontramos,
habiéndolo tenido al lado (lo haríamos al día siguiente, y es caro). Pero, como
hasta ahora ha sido nuestro destino tuvimos –aunque la buscamos- suerte. Veamos.
Deir el Qamar
Cuando pasamos los trámites de inmigración –fáciles, gratuitos y con estancia máxima de dos meses-, encontramos la oficina turística abierta, a pesar de ser las 20:30 horas. El plano que nos dieron, está patrocinado por los chiringuitos de la zona de copas y se centra en ese área. Además, obtuvimos información muy valiosa, para que no nos engañaran en el transporte.
Cuando pasamos los trámites de inmigración –fáciles, gratuitos y con estancia máxima de dos meses-, encontramos la oficina turística abierta, a pesar de ser las 20:30 horas. El plano que nos dieron, está patrocinado por los chiringuitos de la zona de copas y se centra en ese área. Además, obtuvimos información muy valiosa, para que no nos engañaran en el transporte.
En el
tercer hotel, encontramos a un chico hispanohablante –ha vivido varios años en
Colombia-, que tuvo la amabilidad de soportar nuestra agresiva negociación, que
nos llevó a dejar la tarifa en 25 $, de los 40 que nos pedía.
En lo único,
que Líbano se parece a Senegal, es en el estampado y cutre uniforme de los
militares, omnipresentes. En lo demás, más que haber cambiado de país, hemos
llegado a otro planeta: de anchas aceras, papeleras, gente educada…
Líbano se volvió a reconstruir y hoy
en día es muy seguro. Al menos, eso nos indican en la oficina de turismo y en
los hoteles. Pero, como contrapunto a esas opiniones, Beirut está lleno de
vigilantes de seguridad por todas partes, policías y militares.
Tripoli
En este
primer contacto, estamos encantados con los sistemas y precios del transporte,
la musulmanidad, escasamente musulmana, la comida y el actual clima.
Hace meses que no nos poníamos el chambergo o veíamos llover. Nos agrada menos, que en cinco años y conforme a las indicaciones que teníamos, la vida aquí, haya subido hasta un setenta por ciento y eso, que toman el dólar, como referencia y moneda alternativa y complementaria, a la libra libanesa.
Pero, en un
extremo y en el otro, las emociones de los primeros días, siempre de terminan
dulcificando.
2 comentarios:
Este post y el anterior, fueron escritos, originariamente, entre el 18 y el 20 de abril, de 2.012.
Saludos
Hola
Ya he empezado a leer vuestras aventuras en el blog. Son fascinantes,
como siempre.ánimo y a seguir deleitandonos
Sandra
Saludos
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