Kanchipuram
Nuestros primeros encuentros con los lugares emblemáticos del hinduismo, fueron en las bellas Kanchipuram y Mamallapuram. Una idílica sobredosis de templos, pertenecientes a todas las épocas. La primera ciudad –uno de los siete lugares sagrados-, es caótica y estresante: de las de andar constantemente por la carretera, esquivando todo lo que se mueve. También nos tocó elear pelear, muy esforzadamente, con los “vigilazapatillas” –a la puerta de los templos- y los pelmas-guías. No consiguieron sacarnos ni una sola rupia, pero las molestias fueron tan desagradables, como notorias. Sin embargo, la contemplación interior y exterior del Sri Ekambaranathar, merece cualquier desgaste de energía.
La segunda población, resulta más tranquila y sosegada, con una bonita playa, precedida de puestos del ramo y de pescado. Sus atractivos monumentales son tres: el templo de la playa, las cinco Rathas y Arjuna. Este último complejo sale gratis. Los otros dos cuestan 250 rupias, pero se ven y fotografían desde fuera, por lo que es una tontería pagar, salvo que se sea muy nanirroto. Si hubieran sido los chinos, los habrían rodeado de verjas y arbustos, para obligarte a pasar por taquilla. Pero, los indios y en este aspecto, son así de cándidos.
Mamallapuram está preparada para el turismo –aunque este, brilla casi por su ausencia-, con decenas de guest houses y restaurantes. Cuenta hasta con varias librerías, de compra-venta de libros de segunda mano. ¡Regocijo¡ En una de ellas y por 300 rupias, conseguimos comprar una trillada Lonely Planet de 2009, en inglés. ¡Brahma aprieta, pero no ahoga
Mamallapuram
Si algo tiene India, es que es una caja de sorpresas -buenas y malas-, sobre todo si vienes a la aventura y no has preparado nada antes. En la entrada anterior, hablaba de las cosas que nos rayaban de India. No quiero dejar pasar más tiempo, sin comentar algunas de las que nos han sorprendido gratamente.¡¡Los inevitables prejuicios¡¡
Vamos con algunas:
-Extraordinarias autovías –donde las hay-. Al menos, la que conecta Bangalore con Madras.
-Excelente calidad-precio, tanto de los trenes expresos, como de los buses nocturnos
-Casi total ausencia de fosos al lado de la calzada –tan frecuentes en el tercer mundo
Mamallapuram
-Poder vivir divinamente por unos 225€ al mes, cada uno (moderando el consumo de los carísimos alcohol y cerveza
-La relativa eficiencia de la policía turística y de las oficinas de turismo (aunque casi nunca tengan planos y folletos…). Conde las hay, claro.
Y aún podría seguir, descendiendo a asuntos más cotidianos.
Madurai
Cuando esto escribo, estamos camino de Mysore, casi a punto de terminar de recorrer el sur de la India. Aún nos queda el turístico norte, por lo que habrá que esperar a concluir la visita al país, para saber lo que realmente nos encanta y de lo que hemos acabado hartos. De momento, esto es solo un adelanto.
Cuando esto escribo, estamos camino de Mysore, casi a punto de terminar de recorrer el sur de la India. Aún nos queda el turístico norte, por lo que habrá que esperar a concluir la visita al país, para saber lo que realmente nos encanta y de lo que hemos acabado hartos. De momento, esto es solo un adelanto.
1 comentario:
Esta entrada fue escrita, originariamente, el 4 de octubre de 2,011.
Muchas de las opiniones, vertidas sobre India en este blog, pueden haber cambiado, con el paso del tiempo y con un mayor conocimiento de las cosas.
Sin embargo, se van. a publicar, tal como fueron escritos, sin modificación alguna.
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