Desde las televisiones, en el mal llamado primer mundo, nos bombardean con perfumes imposibles, cremas para mujeres, que hacen diez cosas a la vez y coches, que nos van a llevar hasta los confines del mundo. Es muy triste. A todos los creativos de las agencias de publicidad, les aconsejaría ir una temporada al tercer mundo. Entonces, si que verían cumplido todo lo que proponen, como una manera más de conducirnos al consumismo.
En muchos países, no disponen de agua corriente para beber, cocinar o lavarse. Las niñas tienen que recorrer, con los bidones de plástico a la espalda, varios metros para conseguir, que sus madres puedan distribuir el líquido elemento, de la mejor manera posible.
(Imagen no propia)
Ellas, sus mamás, si hacen diez o más cosas a la vez: limpian la casa, se ocupan de sus hijos, trabajan en el campo, venden en el mercado, rezan a sus dioses, para que protejan a su familia…y todo ello, sin quejarse ni rebelarse contra la vida que les ha tocado sufrir. Claro, que tienen arrugas, aunque todavía no hayan llegado a los treinta. Esas cremas maravillosas, ¿serían capaces de devolver a sus rostros la tersura y la luminosidad?
En cuanto a los coches…En los países un poco más “desarrollados”, los autobuses públicos circulan a trancas, mientras los tubos de escape llenan la atmósfera de monóxido.
Los más afortunados, en lugar de sufrir en un bus lleno hasta los topes de gente y bultos y si pueden pagarlo, recorren la ciudad en motos con tres ruedas y un endeble toldo, que sólo protege a medias del frío y de la lluvia. Ya solo faltan los bici-hombres, que con su pedaleo, añaden una nota más al congestionado tráfico de las ciudades. Ellos, sí que serían capaces de llegar hasta el fin del mundo o, ¿es que acaso ya no viven en él?
Pero, aunque parezca imposible, todos ellos, conviven más felices que nosotros, pues desde niños han aprendido a vivir con la “crisis”. Nada esperan del futuro y se conforman con asumir el presente, día a día. A lo mejor, deberíamos aprender de ellos. O, ¿tal vez, no?
Me voy. Debo de seguir, buscando a Jacks.
3 comentarios:
Verdaderamente acertada esta reflexión. No puedo estar más de acuerdo contigo.
Álvaro
T, tú crees, ¿qué Jacks te busca a ti?... Lo dudo.
Uff, que mal rollo tienen algunos. Debe ser la crisis (mental, que esa no es de ahora)
Mónica
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