Las ocho primeras son, de Pesc y las otras cinco, de Sopron (Hungría)
Ya lo decía la antigua canción de Los Rodríguez: "el mundo está lleno de fantasmas, viviendo en la calle, cerca de tu casa". Y es, que desde hace casi un año a esta parte y por diversas razones -fundamentalmente, los precios elevados, aunque también, la escasez de alojamientos en determinados lugares-, nos está tocando pasar más noches de las debidas en las calles.
Nos sucedió en el aún reciente noveno viaje largo, especialmente en Australia. Allí, pasamos diez noches entre playas, autobuses, terminales de transporte o la calle (seis de ellas, seguidas). Y, nos ha ocurrido en este reciente viaje por centroeuropa. Nueve de las diecisiete noches las hemos pasado de diversas maneras, sin alojamiento.
Lo peor del asunto, ya no es el hecho de noctambulear, como somss en pena, por las arterias de una ciudad o por una playa, sino que nos estamos acostumbrando y nos lo empezamos a tomar con gran naturalidad. Antes, no disponer de un hotel, despertaba todas nuestras alarmas. En la actualidad, lo asumimos con total resignación y sin torcer el gesto y pensamos: "otro día será". Y a la mañana siguiente..." Lo ves, otra jornada en que nos hemos ahorrado la habitación".
Al hilo de todo esto, he aquí algunos consejos -a modo de "Manual de Supervivencia", de Pedro Sánchez-, para hacer más llevadera una situación, como las narradas:
-Tratar de llevar el mínimo equipaje posible y por el día, intentar colocarlo en la consigna gratuita de algún supermercado o centro comercial. Estar sudando a todas horas por la espalda resulta muy desagradable. Estos lugares suelen disponer de enchufes para cargar el móvil y de wifi.
-Dormir a ratos por el día. Ya, que por la noche, se está más en vela, no está mal dedicar dos o tres horas, después de comer, a tirarse en la fresca hierba de un parque público. En Viena, Bratislava o Gyor, por poner tres ejemplos, se dan las condiciones propicias para ello.
-Es muy importante, proveerse de alcohol, que resulta un extraordinario aliado para las noches en blanco. Mejor, vino o cerveza, que bebidas espirituosas. Los primeros, se pueden dosificar y te mantiene alto, durante varias horas. Las segundas, te podrían hacer perder el control, que es lo que no quieres.
-Como primera alternativa, tratar de buscar una terminal de transporte o si no está muy lejos y el coste de llegar es escaso, un aeropuerto (lo hicimos, en Incheon, en Corea, en 2015; en Bérgamo...) Las estaciones de trenes suelen cerrar ( no es el caso de la de Sydney o Melbourne). En cuanto a las de autobuses, la situación es más variable. En Centroeuropa, la mayoría chapan tres o cuatro horas, pero el acceso a las dársenas carece de puertas y suele haber bancos donde tumbarse
En algunas hay segurata (Budapest). En otras, te tocan las narices al amanecer. En la de Brno, hay un bareto abierto las 24 horas, que da mucha seguridad. Y, en la de Bratislava, pululan unos cuantos impresentables, inofensivos, pero muy pesados.
-Si dos varios, tratar de dormir por turnos en fracciones de dos o tres horas. Siempre, poniendo el sentido común por encima de todo lo demás.
-Si toca pasar la noche en la calle, no es conveniente permanecer mucho tiempo sentado en el mismo lugar. Podríais llamar la atención de transeúntes o peor, de la policía. No pulular por los exteriores de las estaciones, que suelen estar llenos de gente ociosa y carente de ingresos.
-Viernes y sábados son las mejores noches para estar sin alojamiento, porque en verano, hay mucha gente en la calle de juerga y es fácil, mezclarse con ellos. Tampoco está mal participar en el jolgorio. ¡Al fin y al cabo, te estás ahorrando un pastón en el hotel!
-En algunas ciudades -pocas-, hay locales de ocio abiertos las 24 horas o con horario amplio.
-Si te despierta la policía, se parco en palabras, pero correcto. Indica, que estás esperando a tomar un autobús para dónde se te ocurra (que sea factible)
-En primavera- verano y una o dos horas antes de amanecer, los pájaros te empezarán a avisar del acontecimiento, enloquecidos .
Ya lo decía la antigua canción de Los Rodríguez: "el mundo está lleno de fantasmas, viviendo en la calle, cerca de tu casa". Y es, que desde hace casi un año a esta parte y por diversas razones -fundamentalmente, los precios elevados, aunque también, la escasez de alojamientos en determinados lugares-, nos está tocando pasar más noches de las debidas en las calles.
Nos sucedió en el aún reciente noveno viaje largo, especialmente en Australia. Allí, pasamos diez noches entre playas, autobuses, terminales de transporte o la calle (seis de ellas, seguidas). Y, nos ha ocurrido en este reciente viaje por centroeuropa. Nueve de las diecisiete noches las hemos pasado de diversas maneras, sin alojamiento.
Lo peor del asunto, ya no es el hecho de noctambulear, como somss en pena, por las arterias de una ciudad o por una playa, sino que nos estamos acostumbrando y nos lo empezamos a tomar con gran naturalidad. Antes, no disponer de un hotel, despertaba todas nuestras alarmas. En la actualidad, lo asumimos con total resignación y sin torcer el gesto y pensamos: "otro día será". Y a la mañana siguiente..." Lo ves, otra jornada en que nos hemos ahorrado la habitación".
Al hilo de todo esto, he aquí algunos consejos -a modo de "Manual de Supervivencia", de Pedro Sánchez-, para hacer más llevadera una situación, como las narradas:
-Tratar de llevar el mínimo equipaje posible y por el día, intentar colocarlo en la consigna gratuita de algún supermercado o centro comercial. Estar sudando a todas horas por la espalda resulta muy desagradable. Estos lugares suelen disponer de enchufes para cargar el móvil y de wifi.
-Dormir a ratos por el día. Ya, que por la noche, se está más en vela, no está mal dedicar dos o tres horas, después de comer, a tirarse en la fresca hierba de un parque público. En Viena, Bratislava o Gyor, por poner tres ejemplos, se dan las condiciones propicias para ello.
-Es muy importante, proveerse de alcohol, que resulta un extraordinario aliado para las noches en blanco. Mejor, vino o cerveza, que bebidas espirituosas. Los primeros, se pueden dosificar y te mantiene alto, durante varias horas. Las segundas, te podrían hacer perder el control, que es lo que no quieres.
-Como primera alternativa, tratar de buscar una terminal de transporte o si no está muy lejos y el coste de llegar es escaso, un aeropuerto (lo hicimos, en Incheon, en Corea, en 2015; en Bérgamo...) Las estaciones de trenes suelen cerrar ( no es el caso de la de Sydney o Melbourne). En cuanto a las de autobuses, la situación es más variable. En Centroeuropa, la mayoría chapan tres o cuatro horas, pero el acceso a las dársenas carece de puertas y suele haber bancos donde tumbarse
En algunas hay segurata (Budapest). En otras, te tocan las narices al amanecer. En la de Brno, hay un bareto abierto las 24 horas, que da mucha seguridad. Y, en la de Bratislava, pululan unos cuantos impresentables, inofensivos, pero muy pesados.
-Si dos varios, tratar de dormir por turnos en fracciones de dos o tres horas. Siempre, poniendo el sentido común por encima de todo lo demás.
-Si toca pasar la noche en la calle, no es conveniente permanecer mucho tiempo sentado en el mismo lugar. Podríais llamar la atención de transeúntes o peor, de la policía. No pulular por los exteriores de las estaciones, que suelen estar llenos de gente ociosa y carente de ingresos.
-Viernes y sábados son las mejores noches para estar sin alojamiento, porque en verano, hay mucha gente en la calle de juerga y es fácil, mezclarse con ellos. Tampoco está mal participar en el jolgorio. ¡Al fin y al cabo, te estás ahorrando un pastón en el hotel!
-En algunas ciudades -pocas-, hay locales de ocio abiertos las 24 horas o con horario amplio.
-Si te despierta la policía, se parco en palabras, pero correcto. Indica, que estás esperando a tomar un autobús para dónde se te ocurra (que sea factible)
-En primavera- verano y una o dos horas antes de amanecer, los pájaros te empezarán a avisar del acontecimiento, enloquecidos .