Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

viernes, 19 de enero de 2024

¡Comienza el décimo viaje largo, en pleno 💯 temporal

           Ha comenzado hace unas horas, con la presencia de un virulento temporal, nuestro décimo viaje largo, que no será tal, evidentemente, hasta que no pasen unas cuantas semanas.

          Del noveno viaje largo, finalizado hace diecisiete días, hemos publicado 33 posts, restando otros 34, que no verán la luz 🚦, hasta que regresemos a España, probablemente, después de Semana Santa.

          ¡Disculpad las molestias!.

          En breve, los vídeos de está nueva aventura por Marruecos, Emiratos, Omán e India 

Tomando contacto con Kuta y con Indonesia

           Y Kuta nos absorbió  hasta las entrañas , con su abrasivo calor y su terrible humedad. ¿Cuándo será la estación fresca en Indonesia? Ni Google lo sabe.

          Hace cinco años de nuestra última visita a la ciudad y algunas cosas han cambiado. Mayormente, para bien, porque han clausurado con firmeza esas lúgubres oficinas de cambio, donde con diversas artes, te trataban de estafar hasta casi la mitad de tu dinero. Le han dado tan mala fama a la isla, que tuvieron _quien fuera-, que tomar medidas. En la mayoría de oficinas pone "honest y safe", lo que dice todo.

          También, han construido un decente y largo paseo marítimo, junto a la playa, por el que apenas se cuelan las insoportables motos. Si en n todo el sudeste asiático se prohibieran desaparecerían el 99% de los problemas de la zona.

          En el terreno negativo está la abultada subida de precios que es mayor IP en el último lustro que en la anterior década. El alojamiento - sigue, siendo barato -,  un 50%. El transporte, el 70%. La comida  y el alcohol en torno a un tercio y los tours o entradas a los sitios, hasta el infinito.

          De todas formas, lo de la correlación de precios en el tercer mundo, no tiene demasiado sentido para nuestra mentalidad sobria y occidental. A ver, nosotros estamos pagando 150 mil rupias por una habitación con aire acondicionado y bonita piscina. Un taxi desde el aeropuerto -apenas 2 kilómetros de recorrido -, que nosotros hicimos andando, porque hay hermosas aceras, sale por 200 mil. Y un plato de fusili en un restaurante, por 180 mil. A ver, como haces la digestión de todo esto.

          Lo que no cambiará nunca en esta isla es el número de pesados por metro cuadrado, que agrupa fundamentalmente al colectivo del transporte - y eso, que ya hay una esp de Uber (Gojek), como también ocurre en Vietnam - y de los mensajes, con el beneplácito de las tiendas, en general.

          Hoy hemos comprado para pasado mañana los billetes aéreos para la isla de Flores. Es estrecha, pero más larga de lo esperado. Se tarda unas once horas de transporte terrestre de un extremo a otro. Asi, que a sufrir, que sino se le coge cariño a los lugares.

          Estamos funcionando muy bien con Travelfrom -hace dos meses, ni los conocíamos - y hoy  nos han hecho el check in on line, sin siquiera pedírselo.

jueves, 18 de enero de 2024

Durante los últimos momentos, Vietnam se convirtió en un país más amistoso

           No se, si porque le hemos cogido el pulso al país o que por fin, nos ha vuelto la suerte - los primeros días nos abandonó por completo-, pero en las últimas jornadas estamos viviendo el Vietnam placentero. Ya, hasta la gente nos trata bien.

          Temíamos, que volver de Mai Chau, a Hanoi, pudiera ser complicado, porque no hay parada reglamentaria de autobuses, ni horarios. Pero un chico muy amable, que ya nos saludó ayer y que gestiona una tienda de reparación de motos, llevó a cabo todas las gestiones, a través de una llamada telefónica y en cinco minutos apareció un bus a la capital. Al llegar a ella, recalamos en una terminal nueva (la tercera, que ya conocemos). Un taxista bueno, nos indicó, que bus teníamos, que coger para llegar al lago central (el 2). La cobradora -amable y muy sonriente -, se deshizo en atenciones con nosotros durante los 45 minutos, que duró el viaje.

          Pero en el centro de Hanoi, nada puede ser idílico, da igual la hora y el día de la semana. Nos tocó, durante una hora patear el asfalto -que no las aceras-, en busca de un nuevo hotel, porque el de la vez anterior estaba completo. Y, a todo esto, sin haber probado bocado en todo el día.

          A la mañana siguiente y apurando el check out, compramos el billete de vuelta de Indonesia a Malasia desde Surabaya a Kuala Lumpur.

          Abandonamos Vietnam, sin problemas, ni en inmigración, ni en los controles de seguridad, después de haber pasado la noche en el aeropuerto. El vuelo de Vietjet partió puntual y en cinco horas -dormí cuatro de ellas -, nos dejó en el aeródromo de Kuta. El único trámite rápido fue pagar  los cerca d 30 euros de la visa con tarjeta de crédito. La gestión de la pegatina sobre el pasaporte fue más lenta y el control de aduanas, estresante, porque tienes que rellenar tu mismo un formulario en un ordenador para que te impriman un maldito QR.

          Los taxistas del aeropuerto,tan pesados como siempre, pero nosotros nos sabemos el camino para llegar a la playa y la zona de alojamientos económicos, andando, en menos de una hora. Llegamos de día y como nuestro hotel de hace cinco años se había subido a un guindo con los precios, recalamos en otro cercano.

          Es nuestro tercer viaje a Indonesia y está es la primera habitación con aire acondicionado de la que disfrutamos aquí. En la calle, 32 grados y una humedad bestial. En la alcoba, 16. Estamos con el jersey puesto, pero yo  el aparato del aire no lo apago 

Los precios en Vietnam

           Recordábamos bien. Vietnam es un país sin monedas. Está bien, porque al bajarte los pantalones nunca se te caen del bolsillo o no se quedan olvidadas en la mesita de la habitación del hotel. Parece ser, que durante un tiempo las hubo, pero decidieron remplazarlas por tres razones: pesaban mucho en la cartera, podían tragárselas los niños y al rodar, eran susceptibles de provocar accidentes, si las iban persiguiendo. Parecen explicaciones de chiste, pero para quien ha visitado el país y conocido sus realidades es totalmente comprensible.

          Sirva este preámbulo, para hablar de los precios en Vietnam. La estrella de lo barato son los hoteles, a cientos en cualquier parte. Por entre 10 y 15 euros, dispones de habitaciones nuevas o reformadas con baño propio, televisión, wifi, hervidor, cama amplia y aire acondicionado.

          El transporte va desde caro a muy barato. Lo mismo te piden 4 euros, para 160 kilómetros, que 6, para 40, o 9 euros para casi 350 . Todo , depende de la oferta y de la demanda y de cuanta paciencia tengas, en buscar alternativas.

          En cuanto a la comida, el principal problema es, que hay dos Vietnam. El que se come bien y variado -sur, centro y Sapa - y el de oferta comestible muy reducida (norte) Salvo que tengan bandejas preparadas, los supermercados no son nunca alternativa a la comida callejera o a la de los modestos restaurantes con sillitas bajas y mesas pequeñas situadas en las aceras, donde se sirve, fundamentalmente, pho. Los mercados nocturnos son escasos -salvo en Sapa- y suponen la alternativa más variada, aunque resultan mas caros, que en Tailandia. 

          Las latas de cerveza rondan los cuarenta céntimos y hay vodka local de 70 centilitros, a unos 3,70.

          Es el gobierno, para variar, el que se reserva la mayor parte del pastel. Cobran por todo, como ya sabíamos. Por poner un ejemplo ilustrativo: tour de cuatro horas por la bahía de Halong 150 mil dongs. Entrada a la bahía -disfrazada de parque natural - 290 mil  por cada uno (el precio medio de una habitación para dos personas).

¿Es Vietnam un país difícil de recorrer por libre?

           ¿Es Vietnam un país difícil de recorrer por libre?. Ocurre, digamos, como en China. Resulta bastante sencillo, si te mueves por las zonas más turísticas y transitadas -como hicimos en 2008-, pero las cosas pueden llegar a complicarse demasiado, si te sales de las rutas convencionales.

          En este segundo viaje a Vietnam, las dificultades han sido, fundamentalmente, dos.

          1.- El transporte.  Hoy en día, estamos acostumbrados a buscarlo todo por internet, pero la información sobre destinos no convencionales es escasa e inexacta. Ocurre lo mismo con las guías de viaje tradicionales, que confunden más, que aclaran. Bien porque la información ha cambiado o porque están mal documentadas.

          Después de dos semanas en el país, aún seguimos sin saber las estaciones públicas de autobuses, que tiene Hanoi. A lo que debes añadir, que muchos vehículos paran en sus propias agencias, ubicadas quien sabe dónde. Acceder a la terminal adecuada es perfectamente posible, pero requiere de mucha paciencia y de tener suerte con los ciudadanos que te cruces: irá bien, si son voluntariosos, hablan  cuatro palabras de inglés y no tienen demasiada prisa.

          En taxi tampoco resulta fácil, porque muchas veces, están más pendientes de timarte, que de entender el destino, que les demandas.

          2.- El entendimiento, otro gran problema fuera de las zonas menos visitadas por extranjeros. Hemos sudado tinta china, incluso, usando los traductores del móvil. La gente es muy reacia a tratar de ayudarte. No porque sean malas personas, sino porque saben que no pueden hacer mucho por ti. No entienden siquiera, ni how much, ni room, ni price, ni que les hagas el gesto del dinero, ni food. No tienen capacidad siquiera para mostrarte el precio en la pantalla del móvil o enseñándote el importe en billetes. Es una auténtica desesperación y cuánto más les atosigas, más se cierran, como es lógico.

          En cierta ocasión y con el wifi del hotel y el Sayhai, escribimos todas las posibles preguntas, sobre un transporte determinado. Cuando fuimos a enseñárselo a los que lo operaban resultó, que no sabían ni leer, ni en su propio idioma.

          Lo pasamos mal, los primeros días, cuando nos salimos de las rutas convencionales. Por el contrario y aunque menos, también vimos ejemplos reconfortantes y de personas aventajadas. El vendedor callejero que acepta pagos con códigos QR del móvil. La avispada gerente de un puesto de empanadillas, que supo explicarnos con una aplicación, que estaban rellenas de huevo y verduras. O la farmacéutica, que sin una palabra de inglés, supo entender en diez segundos que queríamos un medicamento para el dolor de cabeza.

Mai Chau

           Aún no habiendo amanecido,llegamos a la parada de la agencia, en un lugar indeterminado, al parecer no demasiado lejos del centro. No nos sirvió para nada, porque para ir a Mai Chau, nuestro siguiente destino, teníamos, que recalar en la terminal de Mydih, situada al sur. Quisimos tomar un taxi, pero nos pidieron cuatro veces, lo que estábamos dispuestos a pagar. No sabemos cómo, acabamos en manos de dos amables vietnamitas -señor y señora -, que nos llevaron en volandas, con cambio de autobus urbano incluido,¡Adiós al jersey, omnipresente en Halong y Sapa, durante la última semana!

          Mai Chau es una ciudad relativamente tranquila, que se distribuye, básicamente, en una alargada calle.  Todas las rotondas y la avenida principal están llenas de banderas del país y del partido comunista. En las cercanías, viven varias comunidades o aldeas, como los Pong Coog, que es la más visitada. Hoy estaban preparando una celebración, con cantidades ingentes de flores y disfraces de dragones, con los clásicos farolillos vietnamitas, que son más bonitos que los chinos. De todas formas exotismo, aquí, el justo, porque casi todas las cabañas de pilotes disponen de wifi 

          Mai Chau está sitiada por bonitas montañas, aunque como en Sapa, algunas están envueltas en nebulosa, a pesar de que el día está despejado. Tiene un lago y dos cuevas. A una subimos y solo vimos la entrada, porque estaba cerrada desde hace tiempo. A la otra, ni llegamos, porque las escaleras de acceso están destrozadas. No hay terrazas de cultivo en las cercanías, aunque sí numerosos campos de arroz, que no vimos en su máximo esplendor, al haberse producido la cosecha hace poco más de un mes. Quedan tan solo dos días para abandonar Vietnam. 

          Empezamos el país, algo titubeantes y con mala suerte, pero al final le hemos cogido el pulso. La penúltima noche la pasaremos en Hanói y la última, en el aeropuerto. Entonces, solo cinco horas y media nos separarán de nuestro tercer viaje a Bali. En el anterior, tuvimos exención de visado. Está vez, nos toca pasar por caja.

miércoles, 17 de enero de 2024

Un día extra para Sapa, lleno de descubrimientos y planeando el futuro

           Llevábamos un par de semanas dándole vueltas, a como seguir el viaje, una vez, que abandonaríamos Vietnam, a finales de Noviembre. Había varias candidaturas. Primero, cayó India, con Gujarat y los estados del nordeste, porque haremos un viaje exclusivo a esas dos zonas,a principios del año, que viene.

          Después, descartamos, Myanmar, por tener, que volver a Bangkok, a gestionar la vida y tampoco quedan allí muchas cosas por visitar. 

          Solo restaban Japón e Indonesia, con vuelos de precio razonable, desde Hanoi a Osaka o a Bali.

          Japón, tiene un par de dificultades, casi insalvables: es duro invierno y no vamos preparados en materia de ropa para ello y en algunas ciudades -a diferencia de hace seis años, en la anterior visita - los precio de los alojamientos están disparados. El cambio con el yen, sin embargo, sale muy favorable. 

          Así, que por descarte, vuelta a Bali, para desde allí, visitar algunas islas, como la de Flores, Sumbawa y tal vez, Timor. Descartado Sulawesi, por el alto precio de los vuelos. Hicimos cálculos de los días restantes en Vietnam y llegamos a la conclusion, de que mejor una jornada más en Sapa, que en Hanói.

          La casualidad y acometer inexplorados caminos, nos sirvió, para contemplar más terrazas de arroz y una nueva aldea nada turística, por un sendero caótico, que lleva a las afueras. 

          Además. callejeando, encontramos una agencia, donde los billetes de autobús , a Hanoi, cuestan casi la mitad y también son literas. Sospechamos de fraude, porque pagamos y no nos dieron billete físico o electrónico.

        Como el viaje era por la noche , descubrimos, que la vida, en la plaza principal era igual, que de día, con las vendedoras y su artesanía. ¿Cuando duermen?. 

          Las niñas pequeñas, sin embargo, habían dejado los llaveros y  bailaban con gracia ritmos achinados, junto a un bote, para recaudar dinero. 

          A estas horas, el mercado central ya había cerrado, pero a cambio, se había montado una enorme feria gastronomíca nocturna, con muchos puestos de los dulces rellenos locales, gominolas varias y los típicos tenderetes de salchichas, pollo, bolas de carne, pulpo o gambas. En esta ciudad, a diferencia de las anteriores, comer es un placer.

          El bus a la capital partió en punto y no me enteré del viaje de seis horas.

martes, 16 de enero de 2024

Explotación femenina en Sapa

           En la plaza principal de Sapa -la de la iglesia -, pululan decenas de mujeres -fundamentalmente de la tribu H'Mong, aunque también de otras-, vendiendo con afán su artesanía hecha a mano, aderezadas con sus ropas tradicionales. No hay ni un solo hombre. Entremezcladas con ellas, niñas de muy corta edad -algunas incluso, de 3 ó 4 años, cargando con sus hermanos menores a cuestas, casi siempre bebés -, mientras tratan de vender básicos y feos llaveros, a lugareños y turistas, con movimientos rutinarios y cara de pena.

          Este es el principio de sus vidas de mierda, que las conducirá a hacer lo mismo, que a sus madres, en la edad adulta.  Es un circulo vicioso y difícil de romper. Ni un solo niño. A pesar de que tenemos mucho mundo sobre la espalda, esto impresiona. 

          Para conmover a los posibles compradores, las visten con los trajes tradicionales y así parecen más graciosas, aunque de ellas -van como zombies -, no escapa una sola sonrisa. Para, que no caigan en el desánimo, las contentan con chupa chupa, algún dulce o una fruta. No sabemos, si esto está organizado por los padres, por los mandamás de las aldeas o por mafias o si fluye solo  El caso es, que con toda naturalidad y con total aceptación de los viandantes desarrollan su actividad en largas jornadas, hasta altas horas de la tarde.

          De vez en cuando -aunque, no muy frecuentemente -, algún adulto extranjero con sensibilidad se acerca hasta ellas, para preocuparse por su estado o el de los bebés, aunque responden con absoluta frialdad, al no estar acostumbradas a recibir cariño.

          Cerca de allí, en la calle de nuestro hotel, dos niñas juegan con una sola bicicleta, en lo que parece una situación de privilegio.

          No sabemos, a que se dedican los hombres o niños de estas tribus, aunque sea a lo que sea, seguro, no requerirá ni la cuarta parte de esfuerzo.

          Necesitaríamos escribir muchas líneas para juzgar estos hechos. Nos vamos a limitar a haberlos descrito, porque no tenemos fuerza para más. Si en el mundo existen organizaciones de voluntariado a favor de las mujeres, aquí tienen una gran cantidad de trabajo.