Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 28 de febrero de 2017

Cuando las selfis no tenían palo y no daba palo, no hacerse diez selfis al día

Selfie, de 1986
          No voy a comparar juventudes, dado que nosotros salimos perdiendo, de todas todas, porque la nuestra pasó hace ya unos cuantos años y estamos ya más cerca de ser abuelos cebolleta -sin nietos-, que de la difusa adolescencia.

          Por otra parte, no vamos a ser nosotros, quienes critiquemos a la juventud actual, que probablemente, sea la más preparada de la historia de España y por contra, vaya a ser la que lo pase peor en el futuro -tiene toda la pinta-, desde la generación posterior a la guerra civil.

          Siendo abiertamente, máximos defensores de la juventud de esta época, si nos gustaría explicar un par de cosas.
                                                                                          Foto antigua, de 1.971
          1º.- Tenéis, que reivindicaros, por algo más, que ser la generación, que inventó la selfie -autofoto-. Como muestra la foto de arriba y de forma muy analógica y rudimentaria -aunque a nosotros nos pareciera el último grito-, ya se hacían hace más de 30 años. Además, hasta hace bien poco, la humanidad trascurrió su devenir cotidiano sin palos de selfie y sin que no llevar a cabo diez selfis diarias, no diera palo.    

          Y, acaso, ¿no eran selfis los autorretratos, que los pintores se hacían hace bastantes siglos?.

          De forma más digital, ya con los teléfonos móviles con cámara, hace más de diez años, que teníamos por costumbre, hacernos fotos a nosotros mismos en todos los aeropuertos, que pisábamos (y eran muchos).

          También podríamos hablar, de cuando las fotos se hacían con máquinas muy grandes y el fotógrafo -que daba miedo-, se envolvía en una tela negra, como muestra esta otra instantánea. Pero, no viene al caso, viejunear más.
Selfie, en Vigo, en 1.989
          2º.- No hace falta estrujarse y estropearse el cerebro, intentando mezclar palabras ocurrentes, para inventar conceptos distintos, con el inicio de una y el final de la otra. Por ejemplo, “juernes”, mezcla de jueves y viernes o “smombie”, conjunción de smartphone y zombie. Dejadle el trabajo a los publicistas, que son los que viven de esto.

          En los ochenta, sus marketinianos antepasados utilizaban la estrategia de la rima: “Alucina, vecina”; “que risa, tía Felisa”; “que no te enteras, Contreras”; “toma geroma, pastillas de goma”; “de que vas: de Bitter Kas”; “guay del Paraguay”; “la cagaste, Burt Lancaster”; “me piro, vampiro”; “te sales, minerales”...


          Este blog, cada vez está resultando más vintage. ¡Pronto volverán los artículos de viajes!.  

2 comentarios:

Nadia dijo...

hola

No puedo estar más de acuerdo con lo de las selfies. El ridículo de la mercadotecnia inducida por no sé sabe bien es tan palpable que, hace cuarenta años te hacías selfies, dejando la cámara apoyada en automático en un mesa o sobre un trípode y hoy en día, con los avances que, nos ayudan y nos confunden, a partes iguales, se necesita un palo para enganchar a un móvil

Vaya, vaya. vaya!!!

Saludos

Eva dijo...

Hola,

Lamentablemente, las cosas son tal como dices.

Saludos.