sábado, 30 de septiembre de 2023
viernes, 29 de septiembre de 2023
Copenhague
Y nuestra suerte cambió, radicalmente, cuando llegamos a la capital de Dinamarca, en una tarde muy agradable, habiendo dejado atrás las temperaturas extremas de la península. Aceras largas para el paseo en el exterior del aeropuerto, un supermercado cercano y múltiples viandas envueltas y dejadas para el consumo por las tiendas de las terminales -bocadillos diversos, enormes yogures con frutas y cereales, dulces...- hicieron, que nuestra estancia aeroportuaria fuera más agradable y que no tuviéramos, que comprar comida alguna en nuestra estancia en el país.
El aeropuerto de Copenhague se encuentra muy cerca del centro. Por unos cuatro euros, el tren te deja en trece minutos en la estación central, justo al lado del parque de atracciones de Tívoli y de la plaza del ayuntamiento, cuya torre principal está tapada por obras, como otros tantos atractivos, que han formado parte de este viaje.
No os creáis eso , de que los nórdicos son tan frugales y trabajadores. En la que dicen, que es la calle peatonal más larga del mundo y a las nueve y media de la mañana, no había un solo negocio abierto y por la tarde, también cierran pronto. Otra cosa son los supermercados, que operan los siete días de la semana y con horarios muy amplios.
No nos sorprendieron demasiado los precios de las cosas, en relación con España, a pesar de que allí, el salario medio ronda los 62.500 anuales y aquí, supera por poco los 20.000. Es verdad, que por un cucurucho pequeño de patatas al estilo belga, con salsa y un toping, te soplan diez euros, pero es casi lo mismo, que en eventos de este país y este mismo verano hemos visto cobrar por un tubérculo poco relleno de verduras y escasa carne.
El alcohol tiene precios imposibles, pero la cerveza no. Siempre, que adquieras una bebida en plástico o lata, debes pagar una elevada tasa, que se te devolverá si lo reciclas en los lugares adecuados. Por eso, siempre hay gente revisando en las papeleras y contenedores. Ocurre lo mismo, en Lituania y Noruega.
Los españoles hemos vendido mal todo, teniendo productos superiores a la pizza o a la hamburguesa, aunque las cosas están cambiando, afortunadamente. En el caso de Copenhague, triunfan los churros rellenos o no, como en Corea del Sur o en Azerbaiyán, entre otros. No es el caso de las paellas, que gracias a inmigrantes emprendedores hacen las delicias de los noruegos o australianos.
En Copenhague, ya habíamos estado en 2.005 y pocas cosas han cambiado, salvo la construcción de nuevos muelles, que permiten largos y apacibles paseos, sino fuera por las malditas bicicletas y los patinetes. Porque los ciclistas y patineteros son irrespetuosos, sinvergüenzas y agresivos en todos los países del mundo, dando igual, el nivel económico, cívico o cultural de esa nación.
Fue en la capital de Dinamarca, donde vimos más turistas españoles, de largo, en todo el viaje. La Sirenita sigue siendo igual de pequeña, que hace 18 años y aún la aminoran más, las numerosas y molestas hordas organizadas, que la rodean y asedian. Estaréis más tranquilos visitando el famoso canal principal, el Jardín Botánico y los Jardines del Rey, con diversos atractivos.
Dejo Kristiania y el barrio de la luz roja, para el siguiente artículo.
jueves, 28 de septiembre de 2023
Mal inicio
Aunque todo iba muy bien planificado, en lo que dependía de nosotros, el principio del viaje fue muy malo, casi fatal, aunque por poco, no caímos del alambre. Y, como al final, todo salió a la perfección, hicimos realidad ese dicho gitano, que asegura, que no quieren ver a sus hijos con buenos principios.
Un error de cálculo, pueril e injustificable, casi nos hizo perder el tren, a Madrid, no teniendo más margen para llegar al aeropuerto. Para lograr subir al convoy tuvimos, que correr, siendo noche cerrada, durante los últimos cinco minutos y llegamos asfixiados. Pero, como si nada, nos dormimos durante todo el trayecto a la villa capitalina.
Siguiendo el refranero parecía, que nos había mirado un tuerto. La segunda nos llegó, al desembarcar en Príncipe Pío. Mi pareja pasó los dos billetes por la máquina canceladora, pero una vigilante no lo vió y no se le ocurrió otra cosa, que zarandearme, aunque obtuvo una respuesta verbal contundente. Y eso, que los billetes de media distancia son gratis, que si no, me habría caído una llave de judo o peor: golpes con puños de hierro, lo mismo!
Y el tercer dicho refranero, llegó en la T1 de Barajas. Una malhumorada, acelerada, agresiva y poco empática chica, me atropelló, virulentamente con su enorme bulto de ruedas y cuando se lo recriminamos, nos insultó.
A la cuarta, nos falló ya, hasta la sabiduría popular, que afirma, que a la tercera va la vencida. El vuelo de Ryanair, a Copenhague, comenzó a retrasarse y temimos por su cancelación. Desde hace algún tiempo y por cualquier incidencia, las compañías te mandan SMS o correos electrónicos al móvil, pero eso, aunque es muy de agradecer, para los que tenemos una edad y hemos vivido mil desinformaciones aéreas, no evita el sufrimiento y más, al principio de una aventura. Finalmente, llegamos a nuestro destino con más de hora y media de retraso.
Y, termino refraneando: a nosotros, Dios nos aprieta, pero efectivamente y de momento, no nos ahoga. Nos pasan tantas cosas, que no tenemos necesidad de exagerar nada.
miércoles, 27 de septiembre de 2023
En breve...
El sábado, nos vamos cuatro días al norte de Marruecos y probablemente, en un par de semanas, empieza el noveno viaje largo, desde Kuwait, al sudeste asiático, donde no vamos, desde hace cinco años.
martes, 26 de septiembre de 2023
Los tres hitos principales del viaje
Al organizar este trepidante periplo por ciudades de estos cinco países del norte de Europa no es, que fuéramos buscando logros -al margen de pasarlo bien -, sino una nueva forma de viajar, complementaria a otras muchas, que hemos utilizado en el pasado. Como ya se ha indicado en artículos anteriores, se trata de una fórmula de riesgo, dado que muchos aspectos significativos de esta aventura quedaban expuestos a cierto grado de azar. Sin embargo y ahora, que todo ha salido bien, vamos a identificar los tres grandes hitos conseguidos
1.- Haber logrado una manera muy dinámica de viajar, en la que hemos accedido a cinco culturas diferentes, en tan solo once días, teniendo a los aeropuertos más, que como tediosos e incómodos lugares de espera, como vertebradores de esta travesía continental y en particular, de nuestra vida cotidiana. Y todo ello, además, a un precio bastante razonable -unos 300 euros, cada uno-, para haber recorrido casi quince mil kilómetros.
Los tramos aéreos han sido: a) Madrid - Copenhague (9/9). b) Copenhague - Kaunas (11/9). c) Kaunas - Gotemburgo (13/9). e) Gdansk- Bergen (15/9). f) Bergen - Katowice (17/9). g) Katowice -Ibiza (18/9) h) Ibiza - Valencia (19/9).
2.- Hemos conseguido evitar, en casi su totalidad, el uso de habitaciones para pernoctar. Este aspecto es de vital importancia, porque quién viaje a menudo por el viejo continente, como es nuestro caso, sabe, que hoy en día, es el aspecto más difícil de gestionar. Si quitas los hostels, que mayormente, ofrecen camas o literas en dormitorios colectivos -no nos gustan, salvo que no haya más remedio -, la mayoría de los alojamientos económicos o de precio medio se encuentran en manos de particulares o de grupos gestores, que administran varios pisos turísticos.
Salvo en los casos de autocheck-in o algunas honrosas excepciones, dos son los problemas más habituales: encontrarlos -no suelen estar indicados- y ponerse en contacto, con quién oferta la alcoba ( no existe recepción o no hay nadie en ella de forma permanente). Aunque, generalmente, terminas consiguiendo tu objetivo, supone muchos quebraderos de cabeza y perdida de tiempo.
Así, nuestros gastos totales del viaje en alojamiento han sido, sencillamente, ridículos -poco más de cincuenta euros - y las preocupaciones, mínimas.
3.- El ajuste bestial del presupuesto, hasta extremos casi impensables. Aún sin computar los gastos de este periplo, al céntimo, si podemos asegurar, que incluyéndolo todo, hemos invertido menos de 900 euros para los dos. ¿Alguien es capaz de hacerlo por menos dinero, teniendo en cuenta, que entre los destinos están incluidos tres países nórdicos?
Si se quiere contar con alcohol en estos últimos estados, se hace preciso llevarlo en botes de cien mililitros -si no se factura equipaje, como nosotros - y comprarlo en los países donde su precio es más accesible (Polonia, por ejemplo). En Dinamarca -y es el país más barato de los tres-, una botella de licor ronda los 40 euros. En Bergen, no vimos una sola tienda, que lo venda
La vida en ocho aeropuertos
Como elemento común a todos ellos indicar, que abren las 24 horas, que en mejor o menos buena medida, resulta posible dormir sin problemas o con molestias mínimas y que las condiciones de temperatura siempre fueron buenas, independientemente de la del exterior. Solo el wifi del aeropuerto de Gotemburgo es de pago y Katowice no dispone de este servicio. En Kaunas, Gdansk y Katowice es casi imposible encontrar comida envuelta y sin empezar.
1.- Barajas. Para dormir, mejor la T1, que la T4, dado que en esta pernoctan los mendigos, agrupados en mafia. Te puedes tirar al suelo, pero normalmente, sobre las seis o las siete de la mañana y de forma educada, te mandan a las sillas. Algunos baños están algo descuidados. Buen wifi. Los enchufes no son numerosos y para cargar aparatos, debes sentarte en el suelo. A media hora caminando, en la Alameda de Osuna, hay un supermercado Día.
2.- Copenhague. Muy cercano a la ciudad, en la que te pones en trece minutos, en tren. No hay sillones o tumbonas, pero nadie te molesta a ninguna hora, si duermes en el suelo. Buen wifi y facilidad de carga de dispositivos. Existe un supermercado de precio razonable - para ser Dinamarca-, a unos pocos centenares de metros de las terminales. Posibilidad alta de alimentarse gratis, dado que algunos bares o el Seven Eleven dejan envuelta la comida sobrante, en diferentes puntos (bocadillos diversos, ensaladas, hamburguesas o nuggets, deliciosos yogures con frutas y cereales...)
3.- Kaunas. Sin molestia alguna para dormir en el suelo. Buen wifi, puntos de carga numerosos. Bus muy barato y frecuente para bajar al centro, aunque lento.
4.- Gotemburgo. Sin problema para dormir, existiendo algunos sillones reclinables. Posibilidades de encontrar alguna comida reciente envuelta. Muchos puntos con taburetes para cargar el móvil y demás cacharros. No existe nada, que sea útil para el viajero en sus desoladoras inmediaciones.
5.- Gdansk. En Polonia, siendo tan de derechas, como son, se saltan a la torera, lo de que los aeropuertos son lugares públicos y si quieres pernoctar dentro, debe ser con tarjeta de embarque demostrable. Sin embargo, no pasa nada por estar tomando alcohol o cerveza de forma visible, durante toda la noche. Buen wifi y muchos puntos con taburetes para cargar las baterías. Nada hay en sus alrededores,pero el autobús a la ciudad o a Sopot es muy barato.
6.- Bergen o el paraíso de los aeropuertos. Tranquilidad a lo largo de todo el día y la noche. Tumbonas cómodas para el plácido descanso. Muchas aceras para pasear por los alrededores, incluso, pudiendo ir a pueblos cercanos. Existe un supermercado a unos dos kilómetros y otro, a cinco y dentro de un enorme centro comercial. Enchufes en muchas de las butacas de salidas y llegadas y excelente wifi, gratis por tres horas, pero luego, se va renovando sin cargo por ese mismo tiempo, las veces, que quieras. Posibilidades de encontrar algo de comida, aunque no tantas, como en Copenhague.
7.- Katowice. Sin duda, el peor de todos los aeropuertos del viaje. Una parte, que debió ser un antiguo aeródromo militar, está muy vieja. En general, es incómodo y caótico y no cuenta con nada útil en los alrededores, se puede dormir en el suelo, pero te despiertan para comprobar la tarjeta de embarque. No tiene wifi y los enchufes para cargar baterías son escasos y en lugares incómodos. Bus rápido y barato a la ciudad.
8.- Ibiza. Una pena, no tener algo de tiempo para haber bajado a la ciudad, a la que no vamos desde hace veinte años. El aeropuerto está saturado de pasajeros y resulta caótico. No dispone de ningún servicio en los alrededores. Se puede dormir en el suelo sin ser molestado. Buen wifi y escasos puntos para cargar dispositivos.
De los ocho embarques, solo tuvimos tres pequeñas molestias en los controles de seguridad y ningún control de explosivos (increíble). En Copenhague, nos sustrajeron dos latas de sardinas. En Gdanks, primero el problema era una horquilla del pelo; después, los playeros y finalmente, no había ninguno. Y en Ibiza, dos cucharas metálicas, por las que no habían puesto pega alguna en los siete aeropuertos anteriores
domingo, 24 de septiembre de 2023
viernes, 22 de septiembre de 2023
Ventajas e inconvenientes de los interrailes aéreos (parte II)
No queremos ni autoengañarnos, ni venderos humo. Efectivamente -sobre todo, si no se dispone de flexibilidad de fechas-, los interrailes aéreos cuentan con muchos inconvenientes. No ha sido nuestro caso, al haber llevado a cabo una muy buena planificación y haber disfrutado de toda la suerte del mundo.
1.- Hay demasiadas cosas, que no dependen de ti y eso no es bueno e incrementa los riesgos. Un interrail aéreo es una cadena y cuando un eslabón falla, pone en peligro al resto. Si un vuelo es cancelado o sufre importantes retrasos, de una forma o de otra, el viaje se ve afectado. En nuestro caso, hicimos un itinerario cauteloso, en donde la escala más corta era de siete horas. Solo el primer avión, entre Madrid y Copenhague tuvo un retraso de noventa minutos, que asumimos, sin problemas.
2.- Incluso, para el más calmado, está fórmula viajera genera un importante estrés, porque se deben tomar decisiones muy a menudo. Todo transcurre tan deprisa, de un país a otro, que a la cabeza le cuesta asimilarlo y a veces, los recuerdos generados, se tornan confusos o equivocados, hasta pasados unos días.
3.- Se debe tener mucha información sobre los aeropuertos, donde se pretende hacer vida. Que tengan unas condiciones mínimas de habitabilidad: abrir 24 horas, comodidades para dormir, carga de móviles, wifi, supermercados o tiendas accesibles... Copenhague, Kaunas, Gotemburgo, Gdansk, Bergen, Katowice e Ibiza, cumplen con la mayor parte de esas características.
4.- Acometer tantos controles de seguridad aeroportuario -en nuestro caso, ocho en once días -, supone un desgaste adicional e importante. En cinco de ellos salimos limpios y en tres, padecimos muy pequeñas molestias. A tener en cuenta y esto limita la vida: nada de cubiertos metálicos - cuchillos, ni de plástico -, ni de comida orgánica. Son seguros los snacks, galletas y pan de molde, pero no siempre las conservas pequeñas, como las sardinas de lata. El alcohol en botecitos de 100 centilitros, con un máximo de diez por persona. Como anécdota, pitaron unas horquillas del pelo
5.- Dependiendo del recorrido, se pueden manejar varias divisas para tiempos muy cortos, lo que dificulta ajustar las cantidades sobrantes. Nosotros hemos usado cinco monedas distintas: euros, coronas danesas, suecas y noruegas y zlotis polacos. Sin embargo, de las tres divisas nórdicas, no hemos visto ni un solo billete, dado que acometimos todos los pagos con tarjeta de crédito (básicamente, traslado a/desde la ciudad y alimentación y bebida).
Afortunadamente, ya en casi todas las terminales aéreas europeas, se puede pagar el transporte a la ciudad con tarjeta, evitando los nefastos cambios del aeropuerto, que en Gdansk, por ejemplo, suponen una mordida del 25% de lo canjeado.
6.- Viajar de esta manera, pernoctando en tan pocos hoteles, supone, llevar la mayoría de los días los bultos o mochilas encima. Por tanto, el equipaje debe ser extremadamente ligero
7.- Si no se prepara bien, la higiene puede llegar a ser otro problema, porque no en todos los aeropuertos hay duchas. Nosotros, planificamos estratégicamente los dos hoteles y tuvimos la suerte, de que salvo los primeros tres días, hizo bastante fresco en los diferentes destinos.
8.- La lluvia, los temporales y en general, las condiciones climáticas pueden generar contratiempos a la hora de realizar visitas tan ajustadas de tiempo. Nos llovió cuatro días, pero casi siempre, a horas inofensivas.
jueves, 21 de septiembre de 2023
Ventajas e inconvenientes de los interrailes aéreos (parte I)
Este verano se han cumplido 33 años de nuestro primer interrail ferroviario, que con poco más de veinte primaveras, nos llevó por varios países de Europa. Después, vinieron otros e incluso, ya con 26 castañas o más, viajes con billetes kilométricos a lo largo del viejo continente. Entonces, no existían los vuelos de bajo coste y tampoco los echábamos de menos, porque lo que se vivía en los trenes, es imposible replicarlo y ni siquiera aproximarse, en el transporte aéreo. Además -sobre todo al principio -, la fórmula contaba con la ventaja, de que no era obligatorio reservar plaza para ningún recorrido, por lo que podías improvisar el periplo, constantemente, cosa, que no ocurre con los desplazamientos en avión.
El poner en marcha en las últimas dos semanas un interrail aéreo ha sido más fruto de la necesidad, que de la conmemoración y resucitación de los viejos tiempos o del convencimiento, de que se trataba de un plan adecuado, conveniente y emocionante. Para los días disponibles, no encontrábamos un país o una zona concreta, que nos apeteciera. Así, que optamos, por esta manera de ir picando un poco en cada sitio, hasta transitar por cinco países: Dinamarca, Lituania, Suecia, Polonia y Noruega.
La experiencia -que contenía lugares, que habíamos visitado hace décadas y sitios nuevos- ha sido extraordinariamente positiva, aunque no carente de muchos esfuerzos y de necesitar mucha suerte. Es seguro, que volveremos a repetir algo parecido en el futuro.
Aunque parezca a priori sencillo, no resulta nada fácil preparar este tipo de viaje y más, como era el caso, si no se dispone de flexibilidad de fechas. A continuación, os exponemos las ventajas y desventajas de esta fórmula trotamundera, por si la queréis poner en marcha.
Ventajas:
1.- Si se organiza con criterio, resulta una manera muy barata de viajar. Por poco más de 300 euros cada uno, hemos llevado a cabo más de 12.000 kilómetros por el viejo continente, a través de ocho vuelos, con Ryanair y Wizz Air.
Si a ello añades, el poder dormir en algunos aeropuertos y alimentarte, parcialmente, de muchas viandas en buen estado, que desprecian los diferentes establecimientos de los mismos, los costes se reducen, notablemente.
2.- Permite conocer destinos muy caros, por muy poco dinero, porque te ahorras muchos alojamientos imposibles y el desorbitado precio del transporte terrestre. A efectos prácticos, es mucho más económico hacer por aire Gdansk - Bergen - Gdansk - Tronheim, que unir los dos destinos noruegos por tren.b¿Que diríais, si os contamos, que hemos estado dos días en Dinamarca por veinte euros y otros tantos, en Noruega, por catorce, durmiendo, comiendo y visitando?.
3.- Para los que ya hemos viajado mucho, pero nos quedan cosas sueltas o destinos, que nos apetecen de forma individual, sin recorrer el resto del país, resulta una opción muy adecuada, no solo aplicable en Europa, sino en buena parte de Asia (no en África o América).
4-. Prescindes, casi por completo, de todo transporte, que no sea el avión o los traslados a y desde el aeropuerto.
5.- La variedad del recorrido puede ser tan versátil, que puedes conseguir mezclas, mayoritariamente de destinos a la carta maravillosas, cosa, que es difícil conseguir en un único viaje, mayoritariamente, llevado a cabo por tierra.
sábado, 16 de septiembre de 2023
viernes, 15 de septiembre de 2023
jueves, 14 de septiembre de 2023
martes, 12 de septiembre de 2023
lunes, 11 de septiembre de 2023
domingo, 10 de septiembre de 2023
viernes, 8 de septiembre de 2023
Sobre este blog y la antigua web
Mañana, comenzaremos un periplo europeo de doce días de duración, por lugares, que ya conocemos -aunque hace mucho tiempo, que no vamos-, como Copenhague, Vilnius y Gdansk y otros nuevos, como Kaunas, Goteburgo o Bergen, en algo similar, a un interrail aéreo. A falta de cerrar el regreso, llevamos contratados cinco vuelos (cuatro con Ryanair y uno con Wizzair).
Pero este breve artículo no es para desarrollar este venidero viaje, sino para explicar, por qué la web -iniciada en agosto de 2.006- enlazada en este blog, Los viajes de Eva, ya no está disponible, ni siquiera para nosotros, sus administradores. Resulta, que Googlepages y por no sé, que historias de migración, la ha eliminado, sin ni siquiera consultarnos. Ya tuvimos constancia de ello hace casi tres meses, estando en Azerbaiyán.
Estamos hablando, de que han sido borrados contenidos consistentes en más de 15.000 folios de relatos y más de 5.000 fotografías, en una página sin publicidad. Que cada uno, lo intérprete como quiera.
Parece, que existe alguna manera de recuperarlos, pero no tenemos, ni tiempo, ni ganas, para investigar cómo. Sin embargo, todos estos contenidos escritos y visuales están a salvo, porque contamos con las copias originales. Están a disposición de todo el mundo, que le puedan interesar, mediante petición, a losviajesdeeva@gmail.com.
Por lo demás y mientras Blogger nos lo lo permita, seguiremos publicando entradas en este blog, inaugurado en noviembre de 2.010 y que contiene casi 1.500 artículos y videos. De la mayoría de ellos, no existe copia de seguridad. Así, que cruzaremos los dedos y pondremos unas velas, a San Google.