Este verano se han cumplido 33 años de nuestro primer interrail ferroviario, que con poco más de veinte primaveras, nos llevó por varios países de Europa. Después, vinieron otros e incluso, ya con 26 castañas o más, viajes con billetes kilométricos a lo largo del viejo continente. Entonces, no existían los vuelos de bajo coste y tampoco los echábamos de menos, porque lo que se vivía en los trenes, es imposible replicarlo y ni siquiera aproximarse, en el transporte aéreo. Además -sobre todo al principio -, la fórmula contaba con la ventaja, de que no era obligatorio reservar plaza para ningún recorrido, por lo que podías improvisar el periplo, constantemente, cosa, que no ocurre con los desplazamientos en avión.
El poner en marcha en las últimas dos semanas un interrail aéreo ha sido más fruto de la necesidad, que de la conmemoración y resucitación de los viejos tiempos o del convencimiento, de que se trataba de un plan adecuado, conveniente y emocionante. Para los días disponibles, no encontrábamos un país o una zona concreta, que nos apeteciera. Así, que optamos, por esta manera de ir picando un poco en cada sitio, hasta transitar por cinco países: Dinamarca, Lituania, Suecia, Polonia y Noruega.
La experiencia -que contenía lugares, que habíamos visitado hace décadas y sitios nuevos- ha sido extraordinariamente positiva, aunque no carente de muchos esfuerzos y de necesitar mucha suerte. Es seguro, que volveremos a repetir algo parecido en el futuro.
Aunque parezca a priori sencillo, no resulta nada fácil preparar este tipo de viaje y más, como era el caso, si no se dispone de flexibilidad de fechas. A continuación, os exponemos las ventajas y desventajas de esta fórmula trotamundera, por si la queréis poner en marcha.
Ventajas:
1.- Si se organiza con criterio, resulta una manera muy barata de viajar. Por poco más de 300 euros cada uno, hemos llevado a cabo más de 12.000 kilómetros por el viejo continente, a través de ocho vuelos, con Ryanair y Wizz Air.
Si a ello añades, el poder dormir en algunos aeropuertos y alimentarte, parcialmente, de muchas viandas en buen estado, que desprecian los diferentes establecimientos de los mismos, los costes se reducen, notablemente.
2.- Permite conocer destinos muy caros, por muy poco dinero, porque te ahorras muchos alojamientos imposibles y el desorbitado precio del transporte terrestre. A efectos prácticos, es mucho más económico hacer por aire Gdansk - Bergen - Gdansk - Tronheim, que unir los dos destinos noruegos por tren.b¿Que diríais, si os contamos, que hemos estado dos días en Dinamarca por veinte euros y otros tantos, en Noruega, por catorce, durmiendo, comiendo y visitando?.
3.- Para los que ya hemos viajado mucho, pero nos quedan cosas sueltas o destinos, que nos apetecen de forma individual, sin recorrer el resto del país, resulta una opción muy adecuada, no solo aplicable en Europa, sino en buena parte de Asia (no en África o América).
4-. Prescindes, casi por completo, de todo transporte, que no sea el avión o los traslados a y desde el aeropuerto.
5.- La variedad del recorrido puede ser tan versátil, que puedes conseguir mezclas, mayoritariamente de destinos a la carta maravillosas, cosa, que es difícil conseguir en un único viaje, mayoritariamente, llevado a cabo por tierra.
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