Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

sábado, 26 de noviembre de 2016

Aunque el viaje sea corto, hay mucho tiempo para pensar

                                                                       Villaviciosa (Asturias)
           Donald Trump; Rita Barbera y los submundos impunes, delirantes y agresivos del PP; Fidel Castro... Para los impíos e interesados opinadores patrios, premiados con generosos sueldos, la semana está dando mucho de sí, aunque no tanto, como la de defenestración, de Pedro Sánchez. Yo, que soy periodista de carrera y -parcialmente- de profesión, ya no leo los periódicos y cuando paso fugazmente por algunas informaciones o ruedas de prensa en la tele, el espectáculo se muestra tan patético, que me arrepiento de estudiar lo que estudié y de ejercer, lo que ejercí (en aquella época, sin presión alguna, puedo constatar)..
                                                                                                        Tazones (Asturias)
          Siento, a pesar de mi frustración colectiva y de, sin embargo, mi gran éxito personal, que mi vida ya está felizmente amortizada y que todo lo bueno, que me venga, es puro agradecimiento y regalo. De verdad, que cuando era joven y una persona entusiasmada y muy activa, quería cambiar el mundo y ya hace tiempo, que me di cuenta, de que ni se puede, ni siquiera se sabe, dado que en siglos, nadie lo consiguió. Lamentablemente, el tiempo es cíclico y muy jodido, pero nosotros no nos podemos quejar, porque vivimos muy de cerca la gran época de libertades y prosperidad, que envolvió al mundo, no hace tanto tiempo, aunque la mayoría de los seres humanos, ni siquiera se dieran cuenta.
Colunga (Asturias)
          En cualquier caso y desde mi pasotismo y dejadez, inducidos por propia salud mental y física, hay muchas cosas, que me avergüenzan y viajando por España, como en estos días, me incomodan aún más. Por ejemplo, yo nunca hubiera imaginado a cuatro valientes voluntarios a la altura de la línea de cajas de El Corte Inglés, de Oviedo, suplicando galletas, Colacao, leche o pan de molde, porque hay cientos de miles de niños en este país sin rumbo, que no pueden desayunar o merendar. De verdad, ¿que no se os cae el alma a los pies, mientras sacáis músculo portando las bolsas del black friday o haciendo las eternas compras de una Navidad, que ahora dura tres meses?. ¡Ojo!. A mi estos eventos comerciales, tampoco me molestan, dado que no me obligan a nada, que no quiera hacer.
                                                                                                           Lastres (Asturias)
          Viajar por tu país, también te hace llegar a la conclusión, de que a pesar de la variedad de cosas, que aprendes -fundamentalmente, relacionadas con la gastronomía y las costumbres-, existe un poso común. En la actualidad, no es difícil constatar para la mente no frívola, que media España se vende o alquila, mientras la otra media no dispone de caudales para comprarla, ni casi siquiera, para llevar una vida digna. Los que berreaban a grito limpio y certero, que otros éramos tontos, porque no nos subíamos al mundo del ladrillo, hibernan, como los osos pardos de Asturias, desde hace una década
Luanco (Asturias)
          Da pena, pasear por los cascos históricos y supuestas zonas comerciales y ver casas de enjundia -o más modestas-, vacías y semiabandonadas, ofertadas al mejor postor y sin ninguna pinta de que lo haya. O locales comerciales desmantelados -algo impensable hace unos años-, dado que sus animosos gestores se rindieron ante la cruda realidad, de que ser pequeño empresario en España -que no emprendedor, que eso es otra cosa más elevada- es un timo, que además conlleva graves consecuencias económicas, que a veces, perduran de por vida. Pero, ¿quién fue el gilipollas, que pensó, que podía vivir del yogurt helado o de los cigarrillos electrónicos?.
                                                                                                       Candás (Asturias)
          Sea el gobierno, las administraciones locales o autonómicas, Fátima Bañez y sus vírgenes, la avaricia ignorante de las personas o yo sé que, mucha gente sigue unos caminos autodestructivos, que para mi, resultan desconcertantes y muy peligrosos para la propia existencia.

          Yo estuve en Tazones hace 28 años. Se trataba de una coqueta localidad marinera, donde la gente hacía su rutinaria vida, sin grandes lujos, pero sin demasiadas frustraciones y contrariedades. Se trata de un pueblo agradable -de poco más de 200 habitantes-, desde el que se pueden hacer numerosas bellas rutas senderistas -a veces, esforzadas-, ahora tan de moda. 
Oviedo
          Pero, un día, no se sabe motivado por qué, muchos pensaron que podían cortejar a la gallina de los huevos de oro. Resulta patético ver restaurantes pretenciosos -casi a uno, per cápita-, en los que te piden 90 euros por una mariscada -y se quedan tan anchos-, con la que ni siquiera almuerzas, a no ser, que rechupetear cáscaras, te llene la vida. Zapatero a tus zapatos y pescador a tus pescados.

          Aunque lo de la pesca, ya no debe dar para vivir o al menos, para comprarse el último modelo del Iphone. La cosa debe nadar tan chunga, que alquilan por cuatro perras gordas la cofradía de pescadores de Luanco, un bellísimo y apacible pueblo de fenomenal playa, bella iglesia y costa escarpada, a la vez, que muy bien acondicionada. Cerca, se halla Candás, que no merece tanto la pena.

          Lastres es un magnífico enclave, que como tantos pueblos del norte, se presenta en diferentes alturas, con abruptos desniveles desde la línea del mar, hasta los edificios más encaramados en los montículos. Aún, se rinde homenaje a los pescadores, que recorrían estos abruptos parajes en las madrugadas del siglo XIV en busca de su sustento (para su suerte, no había franquicias). Aquí, la gente no se ha vuelto loca. Siguen su vida cotidiana, sin ser atrapados por el centrifugado turístico.
                                                                                                              Senda del Oso (Asturias)
          Muy cerca, se encuentra Colunga, que tampoco dispone de grandes atractivos, pero su visita resulta reconfortante. El mejor lugar para establecer un campo base para recorrer esta zona, es Villaviciosa, que también tiene su encanto y donde dormimos cómodamente, por tan sólo 20 euros cada noche.

          Oviedo y Gijón, ya las conocíamos de largo y siguen como siempre. Nos llama la atención, la excelente oferta gastronómica de la capital asturiana, a precios muy razonables. Lo de la Senda del Oso ha sido una imprescindible y fascinante experiencia -a pesar de la lluvia-, que os detallamos en el próximo post.
Oviedo (Asturias)
          Dos pedradas estuvieron presentes en nuestra cabeza, a lo largo de todo el viaje. Y es, que pulular todo el día por las calles y los campos, hace muy sensible a la mente. Primero, acabos hartos -y también nos ocurre en nuestra ciudad a diario- de que todas las terrazas de los bares sigan montadas o amontonadas, junto a los establecimientos, como si estuviéramos en pleno verano. Si las sumamos a los festejos navideños múltiples, hacen imposible circular por las calles.
Luanco (Asturias)

          Y segundo, hubiéramos necesitado tapones para los oídos, para no estar escuchando, constantemente, a sesentones/as y setentones/as -que no, sesentañeros/as o setentañeros/as, que hoy buscan todas sus cosas por internet y lo proclaman a los cuatro vientos, como si lo hubieran inventado ellos. Sus conversaciones suelen empezar por: “me he metido en internet y...”. O, “me ha llegado por whatsapp -pronunciada a su estilo libre, esta última palabra...”. ¡Porca miseria!.

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