Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Rayos y centellas frustran, el primer intento de entrada en Lesotho

                                                                                        Maseru
Estamos empapados hasta los huesos y nuestras mochilas han resultado, casi anegadas. Es verano austral, pero en estas condiciones, estamos temblando de frio. Dos chicos de Bangladesh, empleados de una gasolinera, a doce kilometros de la frontera con Lesotho, nos socorren y nos dan conversacion, despues de haber recibido en nuestras carnes, la primera cornada contundente, del Africa subsahariana.
                   Camino de Bhuta Bhute
            Se nota, que son inmigrantes. No es el sudafricano medio -como ya hemos comprobado varias veces-, una persona que socorra a los extranjeros, que muestre inquietud o curiosidad por ellos o que trate simplemente, de ser simpatico. Tampoco, se muestran hostiles, sino solo indiferentes.
     
            Sin embargo, estos dos nuevos amigos, nos buscan alojamiento, nos invitan a cambiarnos en la gasolinera -inutil, porque todo esta mojado-, nos pretenden convidar a cenar, una vez que estemos instalados y sobre todo, muestran gran curiosidad por nosotros, por Espana, por nuestra comida, los precios, la forma de gobierno y la ruta de nuestro viaje.

            Hace un par de horas, un microbus nos dejo en un cruce, senalandonos la direccion hacia la frontera de Lesotho y asegurandonos su conductor, que era facilmente accesible a pie. Empezamos a andar, reconfirmando la informacion, con un grupo de chicas, que habia en la poco transitada carretera. El cielo, ya nublado desde por la manana, empieza a ennegrecerse de forma envolvente, como nunca habiamos visto antes. Comemos sin deternernos un instante y con las mochilas a cuestas, para alcanzar el destino cuanto antes.
                                                                                                                 Maseru
            Llevamos hechos cuatro kilometros, por tierra de nadie, sin saber si estamos mas cerca del paso fronterizo o de Fouriesburg, el nucleo poblado, mas cercano de Sudafrica. Se levanta una ventolera infernal, que nos arremolina contra la cuneta o que nos lanza, contra el centro de la carretera.

            Caen los primeros rayos y truenos, con un estruendo asustante. Es seguro, que el pararrayos mas cercano,  se halle a varios kilometros de distancia. Un golpe de mala suerte y nos vamos para el otro barrio. Cuando esto esta ocurriendo, hace ya diez minutos, que hemos dado marcha atras.

            El cielo ya no puede oscurecerse mas, cuando enormes bolas de granizo impactan, agresivamente, sobre todas las partes de nuestros cuerpos. Tratamos de parar un vehiculo, en cualquiera de las dos direcciones, pero nadie siquiera, aminora la marcha. Si esto sigue asi -y lo hizo durante cuatro horas-, no solo perderemos nuestras pertenencias, efectivo, moviles y camaras de fotos incluidas, que ya damos por anegados, sino tal vez, algo mas.
                                     Maseru
            Los segundos son minutos y los minutos... Finalmente y al borde del cataclismo, una destartalada furgoneta se detiene. Corremos hacia ella. Aun tenemos, que rebuscar en el equipaje un cuchillo, para cortar la correosa, vieja y sucia cuerda, que ata la puerta de atras.

            Dentro, aun nos seguimos empapando, pero tras recorrer seis kilometros, al fin y exhaustos, recalamos en un lugar seguro. Estos hechos demuestran, que lejos de estar cerca de licenciarnos en Africa, aun asistimos a clases de parvulitos.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buff! que historia más trepidante.
Me alegro de que acabara bien.
Un abrazo y seguid compartiendo ese enriquecedor viaje con nosotros.

Amaia

Eva dijo...

Lo que es increible, querida, es que todas las historias trepidantes que tuvimos, terminaran bien o muy bien.

¡¡¡¡Aún y después de tres días de haber vuelto, estamos absolutamente asombrados, de nuestra buena suerte!!!

Un abrazo