Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 26 de septiembre de 2023

La vida en ocho aeropuertos

           Como elemento común a todos ellos indicar, que abren las 24 horas, que en mejor o menos buena medida, resulta posible dormir sin problemas o con molestias mínimas y que las condiciones de temperatura siempre fueron buenas, independientemente de la del exterior. Solo el wifi del aeropuerto de Gotemburgo es de pago y Katowice no dispone de este servicio. En Kaunas, Gdansk y Katowice es casi imposible encontrar comida envuelta y sin empezar.

          1.- Barajas. Para dormir, mejor la T1, que la T4, dado que en esta pernoctan los mendigos, agrupados en mafia. Te puedes tirar al suelo, pero normalmente, sobre las seis o las siete de la mañana y de forma educada, te mandan a las sillas. Algunos baños están algo descuidados. Buen wifi. Los enchufes no son numerosos y para cargar aparatos, debes sentarte en el suelo. A media hora caminando, en la Alameda de Osuna, hay un supermercado Día.

          2.- Copenhague. Muy cercano a la ciudad, en la que te pones en trece minutos, en tren. No hay sillones o tumbonas, pero nadie te molesta a ninguna hora, si duermes en el suelo. Buen wifi y facilidad de carga de dispositivos. Existe un supermercado de precio razonable - para ser Dinamarca-, a unos pocos centenares de metros de las terminales. Posibilidad alta de alimentarse gratis, dado que algunos bares o el Seven Eleven dejan envuelta la comida sobrante, en diferentes puntos (bocadillos diversos, ensaladas, hamburguesas o nuggets, deliciosos yogures con frutas y cereales...)

          3.- Kaunas. Sin molestia alguna para dormir en el suelo. Buen wifi, puntos de carga numerosos. Bus muy barato y frecuente para bajar al centro, aunque lento.

          4.- Gotemburgo. Sin problema para dormir, existiendo algunos sillones reclinables. Posibilidades de encontrar alguna comida reciente envuelta. Muchos puntos con taburetes para cargar el móvil y demás cacharros. No existe nada, que sea útil para el viajero en sus desoladoras inmediaciones.

          5.- Gdansk. En Polonia, siendo tan de derechas, como son, se saltan a la torera, lo de que los aeropuertos son lugares públicos y si quieres pernoctar dentro, debe ser con tarjeta de embarque demostrable. Sin embargo, no pasa nada por estar tomando alcohol o cerveza de forma visible, durante toda la noche. Buen wifi y muchos puntos con taburetes para cargar las baterías. Nada hay en sus alrededores,pero el autobús a la ciudad o a Sopot es muy barato.

          6.- Bergen o el paraíso de los aeropuertos. Tranquilidad a lo largo de todo el día y la noche. Tumbonas cómodas para el plácido descanso. Muchas aceras para pasear por los alrededores, incluso, pudiendo ir a pueblos cercanos. Existe un supermercado a unos dos kilómetros y otro, a cinco y dentro de un enorme centro comercial. Enchufes en muchas de las butacas de salidas y llegadas y excelente wifi, gratis por tres horas, pero luego, se va renovando sin cargo por ese mismo tiempo, las veces, que quieras. Posibilidades de encontrar algo de comida, aunque no tantas, como en Copenhague.

          7.- Katowice. Sin duda, el peor de todos los aeropuertos del viaje. Una parte, que debió ser un antiguo aeródromo militar, está muy vieja. En general, es incómodo y caótico y no cuenta con nada útil en los alrededores, se puede dormir en el suelo, pero te despiertan para comprobar la tarjeta de embarque. No tiene wifi y los enchufes para cargar baterías son escasos y en lugares incómodos. Bus rápido y barato a la ciudad. 

          8.- Ibiza. Una pena, no tener algo de tiempo para haber bajado a la ciudad, a la que no vamos desde hace veinte años. El aeropuerto está saturado de pasajeros y resulta caótico. No dispone de ningún servicio en los alrededores. Se puede dormir en el suelo sin ser molestado. Buen wifi y escasos puntos para cargar dispositivos.

          De los ocho embarques, solo tuvimos tres pequeñas molestias en los controles de seguridad y ningún control de explosivos (increíble). En Copenhague, nos sustrajeron  dos latas de sardinas. En Gdanks, primero el problema era una horquilla del pelo; después, los playeros y finalmente, no había ninguno. Y en Ibiza, dos cucharas metálicas, por las que no habían puesto pega alguna en los siete aeropuertos anteriores 

viernes, 22 de septiembre de 2023

Ventajas e inconvenientes de los interrailes aéreos (parte II)

           No queremos ni autoengañarnos, ni venderos humo. Efectivamente -sobre todo, si no se dispone de flexibilidad de fechas-, los interrailes aéreos cuentan con muchos inconvenientes. No ha sido nuestro caso, al haber llevado a cabo una muy buena planificación y haber disfrutado de toda la suerte del mundo.

          1.- Hay demasiadas cosas, que no dependen de ti y eso no es bueno e incrementa los riesgos. Un interrail aéreo es una cadena y cuando un eslabón falla, pone en peligro al resto. Si un vuelo es cancelado o sufre importantes retrasos, de una forma o de otra, el viaje se ve afectado. En nuestro caso, hicimos un itinerario cauteloso, en donde la escala más corta era de siete horas. Solo el primer avión, entre Madrid y Copenhague tuvo un retraso de noventa minutos, que asumimos, sin problemas.

          2.- Incluso, para el más calmado, está fórmula viajera genera un importante estrés, porque se deben tomar decisiones muy a menudo. Todo transcurre tan deprisa, de un país a otro, que a la cabeza le cuesta asimilarlo y a veces, los recuerdos generados, se tornan confusos o equivocados, hasta pasados unos días.

          3.- Se debe tener mucha información sobre los aeropuertos, donde se pretende hacer vida. Que tengan unas condiciones mínimas de habitabilidad: abrir 24 horas, comodidades para dormir, carga de móviles, wifi, supermercados o tiendas accesibles... Copenhague, Kaunas, Gotemburgo, Gdansk, Bergen, Katowice e Ibiza, cumplen con la mayor parte de esas características.

          4.- Acometer tantos controles de seguridad aeroportuario -en nuestro caso, ocho en once días -, supone un desgaste adicional e importante. En cinco de ellos salimos limpios y en tres, padecimos muy pequeñas molestias. A tener en cuenta y esto limita la vida: nada de cubiertos metálicos - cuchillos, ni de plástico -, ni de comida orgánica. Son seguros los snacks, galletas y pan de molde, pero no siempre las conservas pequeñas, como las sardinas de lata. El alcohol en botecitos de 100 centilitros, con un máximo de diez por persona. Como anécdota, pitaron unas horquillas del pelo 

          5.- Dependiendo del recorrido, se pueden manejar varias divisas para tiempos muy cortos, lo que dificulta ajustar las cantidades sobrantes. Nosotros hemos usado cinco monedas distintas: euros, coronas danesas, suecas y noruegas y zlotis polacos. Sin embargo, de las tres divisas nórdicas, no hemos visto ni un solo billete, dado que acometimos todos los pagos con tarjeta de crédito (básicamente, traslado a/desde la ciudad y alimentación y bebida).

          Afortunadamente, ya en casi todas las terminales aéreas europeas, se puede pagar el transporte a la ciudad con tarjeta, evitando los nefastos cambios del aeropuerto, que en Gdansk, por ejemplo, suponen una mordida del 25% de lo canjeado.

          6.- Viajar de esta manera, pernoctando en tan pocos hoteles, supone, llevar la mayoría de los días los bultos o mochilas encima. Por tanto, el equipaje debe ser extremadamente ligero 

          7.- Si no se prepara bien, la higiene puede llegar a ser otro problema, porque no en todos los aeropuertos hay duchas. Nosotros, planificamos estratégicamente los dos hoteles y tuvimos la suerte, de que salvo los primeros tres días, hizo bastante fresco en los diferentes destinos.

          8.- La lluvia, los temporales y en general, las condiciones climáticas pueden generar contratiempos a la hora de realizar visitas tan ajustadas de tiempo. Nos llovió cuatro días, pero casi siempre, a horas inofensivas.

jueves, 21 de septiembre de 2023

Ventajas e inconvenientes de los interrailes aéreos (parte I)

           Este verano se han cumplido 33 años de nuestro primer interrail ferroviario, que con poco más de veinte primaveras, nos llevó por varios países de Europa. Después, vinieron otros e incluso, ya con 26 castañas o más, viajes con billetes kilométricos a lo largo del viejo continente. Entonces, no existían los vuelos de bajo coste y tampoco los echábamos de menos, porque lo que se vivía en los trenes, es imposible replicarlo y ni siquiera aproximarse, en el transporte aéreo. Además -sobre todo al principio -, la fórmula contaba con la ventaja, de que no era obligatorio reservar plaza para ningún recorrido, por lo que podías improvisar el periplo, constantemente, cosa, que no ocurre con los desplazamientos en avión.

          El poner en marcha en las últimas dos semanas un interrail aéreo ha sido más fruto de la necesidad, que de la conmemoración y resucitación de los viejos tiempos o del convencimiento, de que se trataba de un plan adecuado, conveniente y emocionante. Para los días disponibles, no encontrábamos un país o una zona concreta, que nos apeteciera. Así, que optamos, por esta manera de ir picando un poco en cada sitio, hasta transitar por cinco países: Dinamarca, Lituania, Suecia, Polonia y Noruega.

          La experiencia -que contenía lugares, que habíamos visitado hace décadas y sitios nuevos- ha sido extraordinariamente positiva, aunque no carente de muchos esfuerzos y de necesitar mucha suerte. Es seguro, que volveremos a repetir algo parecido en el futuro.

          Aunque parezca a priori sencillo, no resulta nada fácil preparar este tipo de viaje y más, como era el caso, si no se dispone de flexibilidad de fechas. A continuación, os exponemos las ventajas y desventajas de esta fórmula trotamundera, por si la queréis poner en marcha.

          Ventajas:

          1.- Si se organiza con criterio, resulta una manera muy barata de viajar. Por poco más de 300 euros cada uno, hemos llevado a cabo más de 12.000 kilómetros por el viejo continente, a través de ocho vuelos, con Ryanair y Wizz Air.

          Si a ello añades, el poder dormir en algunos aeropuertos y alimentarte, parcialmente, de muchas viandas en buen estado, que desprecian los diferentes establecimientos de los mismos, los costes se reducen, notablemente.

          2.- Permite conocer destinos muy caros, por muy poco dinero, porque te ahorras muchos alojamientos imposibles y el desorbitado precio del transporte terrestre. A efectos prácticos, es mucho más económico hacer por aire Gdansk - Bergen - Gdansk - Tronheim, que unir los dos destinos noruegos por tren.b¿Que diríais, si os contamos, que hemos estado dos días en Dinamarca por veinte euros y otros tantos, en Noruega, por catorce, durmiendo, comiendo y visitando?.

          3.- Para los que ya hemos viajado mucho, pero nos quedan cosas sueltas o destinos, que nos apetecen de forma individual, sin recorrer el resto del país, resulta una opción muy adecuada, no solo aplicable en Europa, sino en buena parte de Asia (no en África o América).

          4-. Prescindes, casi por completo, de todo transporte, que no sea el avión o los traslados a y desde el aeropuerto.

          5.- La variedad del recorrido puede ser tan versátil, que puedes conseguir mezclas, mayoritariamente de destinos a la carta maravillosas, cosa, que es difícil conseguir en un único viaje, mayoritariamente, llevado a cabo por tierra. 

jueves, 14 de septiembre de 2023