Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

jueves, 15 de junio de 2023

Sobre todo, libros

           Al tener ocupada la mañana del sábado, nuestro viaje a Madrid, del fin de semana del 10y el 11de junio, comenzó en el mencionado tren de la Fabric y como habéis visto en el artículo anterior, el trayecto resultó animado y ameno.

          Ha sido un finde de muy buen tiempo -todavia, sin el calor asfixiante, que vendrá, a no tardar mucho- y sobre todo de libros.

          Tras degustar copas de chocolate, turrones, Habana con Coca cola y helados, gracias a Samplia y a alguna promoción en la estación de Príncipe Pío, nos dirigimos a la Cuesta de Moyano. En concreto, a la tienda número 22, donde se han expuesto, durante cuatro días, algunos libros, que estuvieron prohibidos en su época, como "La Celestina", "El Decamerón", Madame Bovary",  o "La Metamorfosis"  entre otros. Y todo, bajo el lema: libros liberados.

          Posteriormente, nos acercamos por última vez este año, a la Feria del Libro del Retiro, donde no cabía un alma más. Resultó muy difícil y agobiante moverse por el recinto. Entre los héroes del día, con colas absolutamente interminables para la firma, Mercedes Ron, el coronel Pedro Baños e Inmaculada Rubiales. Al marcharnos, tuvimos otra vez serios problemas con el tren de cercanías.

          El domingo resultó muy tranquilo y no estuvo marcado por una legión de adversidades, como los dos anteriores. Comenzamos la mañana en la Casa Árabe, un bonito edificio con jardín, ubicado a un lado del Retiro. En la actualidad, se puede visitar una exposición sobre artesanía de Marruecos, destacando las alfombras, los trajes, las joyas y las vasijas .

          Después, nos fuimos al Instituto Cervantes, que está en la calle de Alcalá. Contemplamos una exposición muy variada de libros, rescatados de varias sedes que este centro tiene en lugares muy diferentes del mundo. Se llama "Del uno al otro confín". Como curiosidad, las máquinas de vending en este lugar, comercializan libros y no chocolatinas o refrescos.

          Matamos la mañana en la estación de metro de Carpetana, en el barrio de Carabanchel, uno de los más deprimidos y deprimentes de la capital. En el exterior, se expone un enorme mastodonte y en el interior algunos restos de animales y un mural, donde se explica la vida de la fauna en este lugar,cen tiempos prehistóricos. Curioso, aunque algo decepcionante.

          Por la tarde y durante largo rato, nos dedicamos a holgazanear, tirados en la hierba en el Parque del Oeste. Mucha gente tomaba el sol, la mayoría de las chicas, en bikini. Nada más,ca diferencia del segundo lustro de los ochenta,cen el que muchas parejas follaban sin disimulo y con naturalidad, a plena luz del día. Yo, en aquellos tiempos de universidad, me confirmaba con ponerme ciego a cervezas y porros con mis compañer@s de facultad .

          El próximo fin de semana nos vamos, a Azerbaiyán, vía Santander y Roma, por lo que no pasaremos por Madrid. Una pena, porque nos perderemos, por tanto, las fiestas de San Antonio de Padua, en el parque de la Bombilla y las actividades relacionadas con el Día de la Música. También, nos perderemos la Semana del Orgullo, que os apetecía bastante.

miércoles, 14 de junio de 2023

El tren de la Fabric

           Pues sí. Igual, que existen el Transiberiano, el Orient Exprés, el tren de la bruja, el de la fresa, el de Cervantes, el de Felipe II, el de Zorrilla, el medieval a Sigüenza o el del Gaseo -entre Varsovia y Berlín, allá por finales de los ochenta y principios de los noventa, cuando gaseaban a los mochileros y les robaban sus pertenencias -, también circula el tren de la Fabric.

          Parte todos los sábados a las 14:24, desde la estación de Valladolid y arriba a media tarde, tres horas después, a la madrileña de Príncipe Pío. Es la hora perfecta para hacer las gestiones de transporte oportunas, que conduzcan a la famosa macro discoteca, de Humanes -ya he hablado de ella en otro reciente artículo -, calificada, como una de las cien mejores del mundo y ubicada en un polígono industrial de dicha localidad madrileña. Si todo va bien, regresarán exhaustos,cen el primer tren del domingo por la mañana. Y si no...

          Evidentemente, el grueso del pasaje es gente muy joven, de ambos sexos. Son viajeros low costo, sin ingresos, cuyos únicos gastos son el QR, que constituye la entrada al recinto fiestero, la lanzadera que les conduce hasta allí y unos pocos euros para alcohol barato de supermercado, del que ya van dando cuenta en el vagón, a modo de calentamiento. El tren de media distancia les sale gratis gracias al bono cuatrimestral y la comida -que engullen en los asientos, nada más subir-, se la ha preparado mamá, en forma de fiambrera de espaguetis con tomate y chorizo o copioso bocata de tortilla de patatas.

          Se trata de personas con pocas más pretensiones vitales, que vivir el momento y salir de fiesta. Están perdidos en la vida y son los perdedores -lost &loser- de una generación, a los que los adultos nos hemos empeñado en no ponérselo nada fácil.

          Por lo general, ellos pecan de algo tímidos, mientras ellas son más lanzadas, visten de forma muy provocativa y van más pintadas que una puerta. Vamos, lo típico, que haría retorcerse de dolor en su sillón a la en estos tiempos denostada ministra de Igualdad. En cualquier caso, sus conversaciones son intrascendentes y en muchas ocasiones, ofenden a la inteligencia media e incluso -seamos realistas -, hasta a la más limitada.

          Pongamos un ejemplo:

          Una joven, de pantalón aún más corto, que su virginal y tierno cerebro, se atusa el pelo, durante más de media hora, sin tener nada claro, de que forma dejarlo. Al final, ya desdeperada toma prestadas delos ojos de su novio unas gafas de sol de espejo, para mirar su obra y aún así, no queda conforme. Su conversación va girando, cada vez, por terrenos más banales: "Me iba a poner un piercing, en plan, pero me dolía mucho el agujero y lo tuve que colocar de otra manera. Me pasé más de una hora, maquillándome en el baño.  No sé, si voy a tener batería, para que me lean el QR en la puerta. No veáis, con estas cosas, lo difícil, que lo tenemos las mujeres de hoy en día ".

          ¡Mejor, que Clara Campoamor no levante la cabeza!

          Mientras, su novio, habla a otro chico, sobre un jambo, que ha cumplido 35 años y en plan, ya es un viejo en esta vida. Si esto dice ahora, con apenas una cerveza encima, no sabemos, que saldrá por su boca dentro de unas pocas horas.