Esta y la de abajo son, de Delhi (India)
Todo está listo. Las tediosas,
rutinarias y necesarias gestiones para pasar los próximos meses
fuera de casa con ingresos, han llegado a su fin, con bastante
solvencia. Tenemos, casi ya, hasta los equipajes hechos, a la espera
del toque de corneta, que suponga el inicio de nuestro esperado
séptimo viaje largo. Esto puede ocurrir, en 28 o 72 horas o pude
dilatarse, a lo largo de varias semanas.
Tan sólo, nos queda el pequeño
detalle de comprar el vuelo y tres posibles destinos nos aguardan:
Bangkok -donde quiere ir nuestro corazón, dado que es nuestra
segunda casa en el mundo-, Tokio -donde anhela, secretamente,
desplazarse nuestra cabeza por motivos prácticos y económicos- y la
-en esta época- calurosísima Delhi, que daría inicio a nuestro
cuarto periplo por el país, con este recorrido inicial:
Delhi-Shimla-Mandi-Kullu-Manali-Keylong-Kargil-Leh-Srinagar-Jammu-Dalhousie-Chamba.
Queda abierto a posibles modificaciones, desconociendo la situación
actual de seguridad y accesos, a Cachemira.
Esta y la de abajo son, de Bangkok (Tailandia)
No es fácil resolver este tema, dado
que en la embajada y tras darte varias opciones, nadie te coge el
teléfono y en Arke -antigua gestora de los visados de India-, ya no
debe trabajar nadie. Y es, que el sistema de visados del gigante, se
ha modificado -para bien de los viajeros-, muy recientemente.
La e-visa, ya funcionaba desde 2.015,
con unas condiciones algo leoninas, que ahora se han mejorado
ostensible para nuestro regocijo. Se gestiona en la siguiente web:
https://indianvisaonline.gov.in/evisa/tvoa.html.
Se debe rellenar el tradicional y anodino formulario y subir una
copia de la primera página del pasaporte y una foto con fondo
blanco. Finalmente, se paga una tasa de cincuenta dólares con
tarjeta de crédito y se espera cuatro días, como máximo, aunque he
leído, que la mayoría se resuelven en 24 horas.
Hasta hace bien poco, valía para 30
días y una sola entrada. Ahora, se puede utilizar por dos meses, con
dos entradas y obteniéndola con 120 días de antelación a la
llegada al país (constará la fecha de ingreso en el visado y no la
de su obtención, como ocurría antes, gestionándola en Arke).
Algunos os preguntaréis: Y, ¿por qué
no habéis comprado el billete aéreo todavía?. Porque tenemos
flexibilidad de fechas y al contrario de lo que la mayoría de la
gente piensa y en estos casos, sale más económico comprar un vuelo
de última hora, que hacerlo con meses de antelación. Un ejemplo:
para el próximo 24 de mayo -faltan cinco días-, existen plazas, a
Bangkok, a 244 euros/ida, con Aeroflot (aunque con la pega de 14
horas de escala, en Moscú). Hemos decidido, tras lidiar con
bastantes nervios, que no nos debe obsesionar la fecha de salida. ¡Ya
llegará!.
Esta y la de abajo son, de Tokio (Japón)
Muchas son las creencias y tópicos
viajeros, que no se corresponden con la realidad y algún día -con
más tiempo-, escribiré un post sobre esto. Una, que me da mucha
rabia, es la mala fama de la comida de los aviones. En la mayoría de
las compañías aéreas, he almorzado mejor, que en muchas casas
particulares.
Vuelvo al tema principal. Si el viaje
comenzara por Japón, ya hemos decidido, que tomaremos un único
autobús nocturno, entre Tokio y Osaka, limitándonos a ver esas
ciudades y sus valiosos alrededores, descartando Hiroshima y
Miyajima.
Si aterrizamos en Bangkok, Phuket,
Krabi, las Perhentian y el parque nacional Taman Negara, serán, como
ya se expuso hace tiempo, nuestros siguientes destinos, antes de
arribar, a Kuala Lumpur y empezar el periplo por Oceanía.
Probablemente, este será el último
post antes del viaje, si nada noticioso ocurre, insertándose la
información de última hora en los comentarios. Este blog está a
punto de cumplir 400 entradas, aunque, durante este periplo, no está
previsto publicar nada, por falta de tiempo. Todo, lo iremos narrando
a la vuelta.
En la medida de lo posible, cuando el
wi-fi lo permita, iremos poniendo fotos y comentarios en los nuevos
estados de Whatsapp. A quien le interese, que me envíe su número de
móvil, a losviajesdeeva@gmail.com,
le agrego y le mando el mío, con el fin de que puedan ser vistos.