Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

miércoles, 20 de enero de 2016

27 años on the road... y los que quedan

                                      Todas las imágenes corresponden a sellos o visados de nuestros seis pasaportes

         Desde mi más tierna infancia, ya soñaba con hacer algún día el interrail o en recorrer América del Sur y Central por tierra, desde Patagonia, hasta México, pero lo más que conseguí, junto a mis padres, fue conocer casi España entera y buena parte, de Portugal.

          Corría enero de 1.989, cuando empecé a salir con mi actual pareja y debutamos a lo grande. Gracias a unos ingresos extraordinarios e inesperados, nos largamos más de una semana, a París. Aún recuerdo lo deslumbrados, que estábamos, a pesar de las tenues farolas -por entonces- de la ciudad de la luz. Se me quedó grabado para siempre, cuando dándonos un buen beso en la calle, vino a reprendernos una lugareña cuarentona. Pero, ¿no era este país tan liberal y España tan rancia y retrógrada?.


          Estudiábamos por entonces, tercero de periodismo y la verdad es, que nos importaba un pito lo que fuera de nuestro futuro. Nos gastábamos hasta el último duro -sí duro y no euro- en viajes, sin el mayor rubor. Como en aquella alocada decena de jornadas, en Vigo, durante ese mismo año, donde quemamos la noche gallega, en lo que supuso nuestro estreno nacional. No se me olvida aquella empanada de bacalao, de un ya desaparecido bar, cercano al puerto o las extraordinarias raciones de pimientos de padrón.


          Los noventa comenzaron sobre ruedas con dos interrailes, por Europa. Aún, me acuerdo del precio del primero: 28.000 pesetas, sin pagar una sola reserva, a mayores (como sucede desde ya hace mucho tiempo). Volvimos, a París; alucinamos con el barrio de la Luz Roja, de Amsterdam; nos paseamos por la sobria Alemania; quedamos alucinados con Italia y sus gentes; recalamos en Praga y Budapest, cuando nadie iba y una cerveza de medio litro costaba 40 pesetas. Y así, por más de 20 países, con un único gatillazo: bajarnos de un tren, que desde Trieste, iba hasta Split -por ir repleto y agobiarnos-, en Yugoslavia (sí, Yugoslavia y no Croacia).


          Tras dos años de proyectos más modestos, nos embarcamos en el verano de 1.994 -ya trabajando en la radio-, en un arriesgado y ambicioso periplo en tren, desde Madrid, a Estambul, yendo por los países del este y regresando por Grecia e Italia. Y Cuando digo arriesgado, no exagero: en aquellos tiempos era más aventurado y peligroso cruzar Rumanía y Bulgaria, que hoy África oriental, Sudamérica o India. Todos los viajeros, que nos encontramos de camino -especialmente, los húngaros y yugoslavos-, nos decían, que estábamos locos. Pero nosotros, echados pa'lante.


          Y creedme, si os digo, que la experiencia no defraudó en absoluto. Fuimos extorsionados por un revisor de tren, en Rumanía y por dos policías, en Sofía. Nos intentaron asaltar en el Expreso, Bucarest-Sofía y nos libramos, porque milagrosamente, aparecieron dos catalanes -Jordi y Xucla, un saludo, chicos, aunque haga más de 20 años, que no nos vemos-, que lo evitaron. Gracias a viajar cuatro juntos, no padecimos más incidentes, aunque intentos hubo.



          Hubo momentos tan malos, como ver a los niños saliendo de las alcantarillas para pedirnos dinero y tan buenos, como degustar un Chardonnai de lujo, al llegar a Estambul, comprado en la capital de Bulgaria, a 17 pesetas el litro. Recuerdo, que aquella noche apenas dormí, debido a la incontenible emoción, que me embargaba. Seguíamos sin tomar un sólo avión para nuestros viajes, porque entonces, no operaban las low cost y los billetes costaban un ojo de la cara. Pero, el ambiente en los expresos nocturnos lo compensaba todo, a pesar de los continuos apretones y las noches en vela



          Fue en 1.997, tras dos años con proyectos menos ambiciosos, cuando tomamos nuestro primer vuelo viajero (ya habíamos hecho otros por trabajo). Volvimos a Turquía, para visitar la parte occidental del país y Capadocia.

          Desde entonce y hasta 2.001, realizamos varios viajes por diversos países europeos, que nos hacen conocer ya, casi la totalidad de las naciones del viejo continente. En este último año, se produce un hecho, que marcará los cuatro siguientes. Volviendo de Lanzarote, padecemos un vuelo muy complicado y turbulento, que me lleva a una aerofobia, que ya se venía macerando, desde dos años atrás.



          Esto nos limita bastante, a usar trenes y autobuses. No obstante, somos capaces de llegar hasta Helsinki, a través de los países nórdicos y volver por los Bálticos y Centroeuropa o de ir a Marruecos, en ferry.

          En 2.006, tomo la decisión -sin haber hecho curso alguno y sin ayuda profesional-, de volver a los aires, en un tramo de dos horas -para probar-, entre Valladolid y Londres. Los días previos fueron terribles y a punto estuve de tirar la toalla. Pero, poco a poco fui aumentando las distancias: cuatro horas, a Egipto, cuatro y media, a Jordania... Aún quedaba el salto transoceánico y los vuelos de larga distancia, pero la cosa iba relativamente bien.



          En 2.007 nos casamos y aprovechamos el permiso retribuido para recorrer Siria, Jordania, Israel y Palestina, en uno de los periplo más encantadores de nuestras vidas. Aunque, Israel no fue fácil. Hoy en día, casi se nos caen las lágrimas, al acordarnos de ruinas y zocos, que nunca volveremos a ver.

          Sin embargo a la postre, 2.007 resultó ser el año de nuestras vidas, pero para mal. Gravísimos acontecimientos laborales nos llevaron a pedir una excedencia de un año. Y, como siempre hemos sido de los que buscan el lado positivo de las cosas y tras mucho pensarlo y organizar, nos embarcamos a primeros del año siguiente en el primer viaje largo y a mediados, en el segundo.



          Las diez horas de vuelo, a Río de Janeiro, no fueron inconveniente alguno para llegar pletóricos a la ciudad carioca. Creo, que aquel día puede ser considerado , como el más feliz de mi vida. Me sentía flotando en una nube, en una extraña y agradable sensación, que nunca antes había vivido.

          Se empezaba a cumplir mi sueño de infancia, aunque con alguna pequeña variante, que incluso, lo ampliaba y mejoraba. La sensaciones, que se acumulan en el primer viaje largo, no se vuelven a sentir jamás, aunque los destinos sean más exóticos o interesantes. Estás en un estado de liberación permanente, que resulta difícil de explicar, a quienes no lo han vivido.



          Tras cinco meses en América del Sur y Centroamérica y pasar diez días por casa, nos largamos al sudeste asiático, más de cien días. Nos empapamos de Asia hasta las trancas y absorbimos hasta la última esencia, hasta quedarnos casi exhaustos. Algunos problemas logísticos, ajenos al propio viaje, también contribuyeron a ello y la vuelta fue abrupta, dejando sin visitar, Myanmar, aún teniendo ya el visado en el pasaporte. El ejercicio sabático lo completamos con otros dos periplos cortos: este de Turquía y Túnez.

          2.009 se convirtió en una dulce transición, que nos llevó a China, Qatar y a Estados Unidos. Habíamos prometido no visitar este último país, hasta que no conociéramos el resto del mundo y nada más aterrizar, en Nueva York, nos dimos cuenta, de que los prejuicios siempre llevan a perderse muchas cosas y a cometer errores.

          2.010 nos trajo nuevos problemas laborales, que nos dejaron mucho tiempo libre para hacer viajes cortos, de entre una semana y tres. En total, fueron 16, por España, Europa y África. Tanto ir y regresar, casi nos trastorna la cabeza. En diciembre, arrancó la tercer odisea larga, la más aventurera y llena de anécdotas, que hayamos y vayamos a realizar jamás.. Recorrimos África austral y oriental, desde Sudáfrica, a Kenia. 101 fueron los días necesarios para poder cumplir todos nuestros objetivo.

          A los tres meses de retornar, arrancó el cuarto viaje largo, de corte más variado y que nos llevaría por primera vez, a India, después de haber visitado anteriormente, 106 países. Dos meses en el país, aún nos dejaron ganas de regresar en breve. Además de India, transitamos por Etiopía, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Myanmar, Tailandia, Malasia, Sri Lanka, y Nepal, durante medio año.

          2.012 fue tiempo de aventuras de mediana duración, a la Euro de Ucrania -que ganó España, como ya sabéis-, a Transnistria, a Georgia, Armenia, Kosovo, Macedonia... También, llevamos a cabo el quinto periplo largo por África occidental, bajando por tierra por el Sahara, hasta Senegal y Mali (con golpe de estado en vivo y en directo, para no faltar nada). Al año siguiente, volvimos al mercado laboral y todos nuestros destinos fueron aburridamente nacionales por primera vez, en casi 20 años.

          El sexto y por ahora último viaje de larga duración, se desarrolló, en 2.014 y nos llevó por segunda vez, a India, durante tres meses y a otros países, como Bangladesh. Sufrimos temperaturas de 50 grados, que pusieron nuestro cuerpo al límite. Afortunadamente, supimos sobreponernos, tanto física, como psicológicamente.

          Corea del Sur, durante 18 días, resultó ser nuestra última incursión internacional, hace tan sólo dos meses. Volvimos bastante entusiasmados, al descubrir una cultura distinta, a lo anteriormente contemplado.


          Después de 27 años y con casi 130 países visitados, aún tenemos fuerzas, al menos para seguir, durante otros tantos. Eso sí, a un ritmo algo más tranquilo, si es que sabemos. Por lo que no os penséis, que colgamos las botas y que este post es un recopilatorio nostálgico de nuestra trayectoria viajera. Continuamos on the road, hasta que el cuerpo aguante.

1 comentario:

Eva dijo...

Ninguno de los pasaportes, que conforman las fotos de este post, están actualmente en vigor y por lo tanto a efectos legales están anulados. Tampoco, ninguno de los visados. Lo expongo, para que le conste a la gente malintencionada,

Saludos