Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

sábado, 9 de marzo de 2024

Las afueras de Diu

           A pesar de ser sábado, en este hotel si nos respetan la tarifa de ayer, por lo que no cambiamos de alojamiento, lo cual, es muy de agradecer, teniendo en cuenta el intento calor y el evitar hacer y deshacer el equipaje.

          Ayer,  Diu nos había gustado, aunque no con dudas y hoy le hemos encontrado el encanto. La calle principal sigue siendo y estando, como un desastre, pero en nuestros paseos, encontramos otra asfaltada, limpia, tranquila y con varios y espectaculares havelis -mansiones- y palacios. Cerca de la estación de autobuses hay unas cuevas. En Google señalan, que están cerradas temporalmente. Pero nosotros somos bastante más pesimistas y pensamos, que lo están de forma permanente.

          Descubrimos también, que Diu sí tiene paseo marítimo, aunque se encuentra a las afueras junto con otros interesantes atractivos turísticos, como son el Sunset Point Jalandhar, el Heritage Walkway y el Khukhari Memorial. Las playas, como la de Chackrathir, son mucho más chulas y bravas , que en Daman y tienen una arena algo más clara. No visitamos la de Nagoa, con forma de herradura y que está a unos cinco kilómetros, camino del aeropuerto. No está a mucha distancia ni el transitar parece difícil, pero estamos destrozados por el impío sol.

          Si Palitana es la ciudad de las vacas y las escobas y a todas horas están barriendo -más bien, cambiando la mierda de sitio, porque solo la desplazan y no la recogen-, Diu es el enclave de los tractores, los camiones y las mendigas (sí, todas mujeres). Pero son aquí -junto a los perros -, modelo premiun. Ellas bien vestidas, limpias y con la dentadura mejor, que nosotros y los canes, no parecen callejeros.

          Mañana, s no hay contratiempos, nos largamos a Junagadh, en otro bravo esfuerzo a lomos de los buses estatales, poco frecuentes. Ya no nos importa Jamnagar, pero después de leer a algún viajero, no nos hubiera importado llegar, a Darkwa. Pero son 208 kilómetros más y cinco horas de autobús y ya no estamos para eso.

          Hemos comprado por 20 euros el vuelo de Milán, a Madrid, para el día 25. Aún debemos cerrar el transcontinental, con Barhein.

Chakratirth beach, en Diu


 

Una de las playas de Diu


 

Heritage walkwide, en Diu


 

Khukhari Memorial, en Diu


 

Nagar Sheth haveli, en Diu


 

Otro haveli, en Diu


 

Haveli, en Diu


 

viernes, 8 de marzo de 2024

El futuro inmediato

          ¡Parar, parar y parar! Era lo que necesitábamos después de los trepidantes últimos días, especialmente,el sofocante y convulso de Palitana. Y eso, que en Diu los hoteles son bastante caros, aunque de calidad, la mayoría van sobrados y es un milagro, porque casi todos los edificios y accesos, que los rodean están tremendamente ruinosos.

          Parar, no solo significa descansar y recuperar energías, sino aclarar la mente y pensar. Eso es, lo que hemos hecho hoy, además de visitar Diu.
          
          Comenzamos la mañana cavilando, que había que seguir hasta el final -a pesar de los aterradores buses estatales- y visitar Junagadh y Jamnagar.
         
           A mediodía, tiramos la toalla y renunciamos a continuar por Gujarat. Decidimos, volver a Vapi, en autobús con sleeper ( no nos gusta, pero es mejor, que los cacharros ordinarios).

          Y a media tarde, encontramos una solución intermedia, que nos entusiasma más, que volver a Maharastra -a la espera del vuelo de vuelta, desde Bombay - y recorrer destinos muy secundarios (o eso parece).
 
          Haremos Junagadh, olvidándonos de sus diez mil escalones y apostando por el centro y renunciamos, a Jamnagar.

          Desde ahí, tres posibles salidas: tren a Vapi -improbable-, vuelta a Diu y bus a Vapi o autobús a Bhavnagar.

          Ya estamos preparando la vuelta, que en un principio y a finales de marzo, será, probablemente, con Gulf Air y Ryanair.

Diu

          Como si se tratara de una maldición permanente, comenzamos el día con la misma actividad desastrosa, que los tres anteriores. A las diez, debemos dejar  nuestro hotel el mejor del viaje, si no fuera, porque para tener wifi hay, que salir a la escalera-, porque hoy viernes, la tarifa subía 1.000 rupias. Después y al salir a la calle -tremendo calor- descubrimos, que el único banco, donde nos cambian sin comisión está cerrado. Resulta, que hoy se celebra el Maha Shivarati -la noche de Shiva-, uno de los miles de festivales, que disfrutan en India y la banca está chapada. Todo lo demás, abierto, incluida la tienda de licores y cerveza.

          Pero, de repente y sin avisar, nuestra suerte cambió. Preguntando, damos con una tienda de electrodomésticos, donde nos dan un cambio bastante favorable y cinco minutos después encontramos, una habitación muy adecuada, al mismo precio, que ayer, algo mas pequeña, pero con wifi. La segunda de nuestra historia en este país con aire acondicionado. Eso sí, sin la piscina del alojamiento precedente, que no utilizamos.

          A ver: os hemos vendido - y nos lo debéis comprar -, que Sikkim, Darjeeling o Daman no son la India, sino algo mucho más dulce. Pues Diu, si lo es, con toda su crudeza. Empiezo a estar seguro, que cuando la fundaron los portugueses, hace más de cuatrocientos años, estaba mejor, que ahora. Calles "aterradoras" -de día, por el exceso de tierra, de noche, por la ausencia de luz-, sin asfaltar, con escombros por todas partes, basura, tráfico infernal -hay tantos baches, que las motos van dando tumbos-...¡Vamos, lo de siempre!.

          Para colmo, aquí se han debido pensar, que son la Costa Azul de India, porque todo -la comida en la calle escasea, ya que todos los hoteles importantes tienen restaurante-, cuesta aquí más de un 50% a mayores, que de donde venimos. Casi, ni fritanga o fruta -omnipresentes en los destinos anteriores -, para llevarse a la desesperada boca.

          La mayoría de los alojamientos también disponen de bar propio, por lo que solo hemos visto una wine shop, absolutamente abarrotada en todo momento. La cerveza, al mismo precio, que en Daman. Los licores, al doble.

          Los atractivos de Diu son un fuerte -solo labores defensivas y no ciudad, como en Daman- otro, en principio una isla, que fue usada como prisión; cuatro iglesias, la bahía y un mercadillo algo cutre.