Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

martes, 2 de julio de 2013

Días de conciertos y de playa

          Como no dispondremos de vacaciones hasta septiembre, hemos decidido ocupar los fines de semana del verano, en diferentes actividades,entre ellas, algunos viajes. Ya, comenzamos a cumplir lo prometido la semana anterior, asistiendo a algunos de los diferentes eventos- entre ellos, varios conciertos de grupos “tributo” y la tradicional hoguera-, que se celebraron en nuestra ciudad, con motivo de la festividad de San Juan.
Todas las fotos de este post son de Burgos, menos la última, que es de Santtander
          Para el del 29 y el 30 de junio, lo teníamos muy fácil, dado que varias provincias de Castilla y León celebran sus fiestas patronales. Nos acabamos decantando por Burgos y las de San Pedro y San Pablo, dado que allí, se llevaría a cabo un concierto de Revólver; pero sobre todo, porque iba a ser teloneado por una banda local, de la que nos habían hablado maravillas y con mucha razón: La M.O.D.A (Maravillosa Orquesta Del Alcohol). Además, hacía ya varios años, que no visitábamos la ciudad.

          Burgos es una ciudad agradable y coqueta, que dispone de un pequeño y cuidado casco histórico ocupado por numerosas iglesias, con el máximo exponente de su Catedral, cuyo interior y de forma vergonzosa, cuesta visitar siete euros. En 2.003, cuando viajamos a Mallorca, prometimos no volver a pagar por ninguna y hasta ahora, hemos cumplido. Si les sacan rendimiento económico a las seos, ya es hora de que empiecen a pagar el IBI y a serles retiradas las ayudas estatales. Pero, de eso, ya hablamos otro día.

          Fuera de esta zona, los alejados monasterio de las Huelgas Reales y la cartuja de Miraflores, merecen la atención del viajero.

          Si la ciudad, ya es interesante en cualquier época del año, en fiestas, aún más. La sobriedad castellana asalta las calles, para abarrotarlas y disfrutar de las numerosas actividades: estatuas humanas, marionetas, magos de postín, cantantes de rancheras... Las únicas distorsiones -tampoco moloestas- procedieron de dos hombres, ubicados sobre el suelo: uno pidiendo dinero para sus tres “higos” y el otro, para poder independizarse.

          Los bares son numerosos y se hallan altamente concurridos. Resultan más baratos, que los de nuestra natal Valladolid, aunque eso, ya no nos sorprende, cuando viajamos a otros puntos de España (salvo Cataluña y País Vasco). Los productos gastronómicos más conocidos son la morcilla y el queso de Burgos, pero hay platos más elaborados, como la sopa castellana, las lentejas a la Burebana o la olla podrida, por no hablar del tradicional lechazo.


        En una de las calles más céntricas, nos sorprendió el cartel de un establecimiento, en el que se sostiene la teoría, de que sus gestores son los inventores del cubata a un euro. Y en otro apartado del mismo se añade: ”de los creadores de el cubata a un euro, ahora presentamos el “cachi” -vaso de litro- de varias bebidas alcohólicas, a tan sólo, 5 euros”. ¡Buena noticia para la maltrecha juventud!.

          Y llegamos a los conciertos. ¡Noche pletórica!. Primero, en el espacio Atapuerca, al otro lado del río. El encuentro con La M.O.D.A supero las mejores expectativas. Muy buen directo, para temas que transitan por el folk, el blues, el country y en definitiva, por el rock & roll. La única recomendación, que les haría, es que cantasen más en español y menos en inglés. Pero, parece que ya se la han aplicado, dado que en octubre sale su primer trabajo, con 10 temas en lengua patria. La crisis ha posibilitado, que grupos locales, a los que antes no les daban bola, tengan ahora su oportunidad. Apuntad dos nombres de mi ciudad: Ele de Eme y chloe.

          Aunque el concierto fue algo irregular, Revólver cumplió con lo esperado, a lo largo de dos horas. Pero, nos dejó muchas preguntas: ¿es normal, qué bandas que tuvieron su mejor momento hace 20 ó 30 años, sigan copando los escenarios en horario estelar, hoy en día?. ¿No hay músicos de calidad en la actualidad? ¿Que habría pensado yo, si a mis 18 años, me entero, de que mi madre de cuarenta y pico o mi abuela de setenta, van a un concierto de rock?.


        Pues esto es lo que está pasando, en este tipo de espectáculos, a los que cada vez, acude gente de más edad, que no para de dar botes y mover el ya castigado esqueleto. Hace 30 años, iban a estos conciertos, apenas habiéndoles salidos la barba y ahora, muchos de ellos, ya no tienen pelo en la cabeza. Trataban de ocultar, que tenían gatas, aunque no vieran casi nada sin ellas -sobre todo, ellas- y ahora ya las muestran, como signo de lo irremediable.

          De las preguntas planteadas, para una, si que tengo la respuesta: ahora hay bandas buenísimas, pero por razones, que desconozco, no disponen de oportunidades, porque los ayuntamientos no los contratan y las cadenas musicales los marginan. Y para muestra, varios botones: Miss Caffeina, Second, Love of Lesbian, Cyan, Efecto Pasillo, Jesse & Joy, Lori Meyers, Lagarto Amarillo, Taxi, Maldita Nerea, Vetusta Morla...


        Después, la noche nos deparó una magnífica sorpresa: la orquesta La Misión, en el otro escenario, junto a la catedral. Excelente sonido y escenificación, para un grupo algo gamberro, que mezcla el rock & roll con contenidos sociales y reivindicativos. Es aquí, donde estaban los jóvenes, que se sabían la mayor parte de las letras. ¡Nos llenó de alivio!. Si tenéis la oportunidad, no dejéis de degustar su espectáculo.


          A las 4,30 de la madrugada, felices y no muy pasados de alcohol, tomamos el bus de vuelta. Fue arribar a Valladolid y subirnos en el coche de unos amigos, rumbo a Santander, para pasar el domingo. La playa, el vino y un cocido montañés repusieron nuestras agotadas fuerzas.      

martes, 14 de mayo de 2013

"Voy camino Soria, ¿tú hacia dónde vas?"

                                                        Esta y la demás abajo son, de San Esteban de Gormaz (Soria)
          Cada vez, que volvemos de un viaje, vengo con un come-come o paja mental, que me suele obsesionar y absorber durante varios días, para luego caer en el olvido. En esta ocasión y a pesar de haber sido un periplo, de tan sólo tres días, han sido dos.

          Por un lado, cuando uno estudia sobre la despoblación de Castilla y León, no se hace una idea, ni siquiera aproximada, de lo que es la realidad. Pero, es que además, Soria no es despoblación. Más bien y como está de moda decir ahora, es lo siguiente. Hablamos de pueblos -por denominarlos de alguna manera-, que carecen de cualquier tienda o bar, que cuentan con la mayoría de sus casas cerradas o tapiadas -Atauta, Pedrajas de San Esteban o Alcubilla del Marqués, son claros ejemplos y no los más flagrantes- y escasos habitantes, que nunca más cumplirán los 65 años.
                                                                                       Ruta del Cid, con restos de su antigua vía (Soria)
          Nada es rentable, para ser montado allí, pero sin embargo, la administración pública sigue prestando, de forma directa y con sus debidos costes, muchos de sus servicios, incluidos, en algunos casos, centros de atención primaria. La pregunta es: teniendo en cuanta la actual situación económica y dado, que esos habitantes deben desplazarse para comprar el pan, el pescado o las galletas, a núcleos más grandes, ¿no deberían también hacerlo, por motivos sanitarios u otros varios?. No tengo una respuesta muy clara sobre este asunto, algo peligroso, porque puede llegar a tratarse de forma muy demagógica, pero al menos, quería dejar planteado el debate, por si a alguien le apetece opinar.

                                                               Esta y la de más abajo son, del Burgo de Osma (Soria)
          Otro ejemplo de dislate: modernas y costosas paradas de autobús, entre Burgo de Osma y Ucero, para un transporte público, que presta dos servicios semanales.

          La segunda cuestión, ya no es exclusiva de Soria o de Castilla y León. Desde que tirarse -o irse- al monte, de nuestros abuelos, se empezó a llamar trekking o senderismo y al calor de la burbuja económica, en cada provincia española y casi de la nada, empezaron a surgir rutas pintorescas, lugares históricos, paisajes con encanto, sendas de las bodegas, ruinas milenarias de cuatro piedras... Y en torno a ellos, numerosos alojamientos de precios prohibitivos y fundamentalmente, rurales. No niego el derecho de cada población, a enriquecerse con el turismo, pero las propias diputaciones y por su bien, deberían ayudarnos, a distinguir lo esencial de lo predible.
                                          Esta y las cuatro siguientes son, del cañón del río Lobos (Soria y Burgos)
          Y para terminar la parte teórica del post, una anécdota: es más fácil conseguir un plano -además, de buena calidad-, en San Esteban de Gormaz, que en Nairobi. Pero, hablemos de lo práctico.

          San Esteban de Gormaz y Burgo de Osma son dos pueblos bien interesantes, con excelentes cascos antiguos. Como el transporte público es, casi inexistente, conectamos ambas localidades, realizando una parte de la ruta del Cid, una amplia y poco interesante senda, que transcurre entre campos de cereales y otros en barbecho, con los míticos bloques de tierra resquebrajada, que han dado soporte a numerosas fotos, sobre la España seca. Rellenamos varios huecos temporales, visitando varios de los pueblos citados más arriba.

          Pero, el plato central del viaje, era el cañón del río Lobos. Haciendo caso a una lectora de este blog, a un bloguero y a la propia mujer de la oficina de turismo de Ucero, no llegamos hasta el puente de los Siete Ojos. Nos quedamos, unos tres kilómetros más atrás y después, nos dimos la vuelta. Más allá, el cañón se abre y pierde interés.

          Desde Ucero, hay que caminar unos 2 kilómetros, cruzar un puente y girar a la izquierda. Se inicia la ruta, primero por carretera y después, ya por una senda, bien acondicionada, marcada y escasamente peligrosa. En esta época, el río lleva bastante agua -bastante fría-, para lo que es su cauce (he leído, que en verano puede estar seco).

          Un kilómetros después y tras pasar dos puentes nuevos, se llega a la magnífica ermita -románico tardío- y a la cueva grande. Hasta aquí, es la parte, que hace todo el mundo. Solo los más habituados a la montaña, siguen más allá. Nosotros cruzamos hasta seis puentes -consistentes en piedras, algunas muy puntiagudas e inestables troncos, situados en el fondo-, dado que debes ir alternando ambas riberas. Las paredes laterales del cañón son espectaculares, con cuevas y otros agujeros más irregulares, en diversos y vivos colores, predominando el naranja y el gris. La contemplación de aves resulta muy a tener en cuenta, aunque esperábamos ver más. Las más importantes son el alimoche y el buitre leonado. ¡Da cosa, cuando extienden sus alas y vuelan bajo!. La vegetación es frondosa, destacando las sabinas.

          Como conclusión decir, que la ruta me ha gustado más de lo imaginado, aunque esperaba encontrar el cañón, mucho más estrecho, de lo que en realidad es. Si se es hábil en los puentes -no es mi caso-, la ruta se puede hacer en bicicleta. No la veo recomendable para niños muy pequeños, aunque sí, a partir de los ueve o diez años.

          Pintoresca Soria: mientras en Burgo de Osma, un cartel luminoso -aunque apagado-, anuncia las excelencias de la comunicación, con Moviline, en Atauta, de menos de 50 habitantes, se sienten orgullosos de la llegada de la banda ancha.    Atauta (Soria)

sábado, 4 de mayo de 2013

Hola, desde Safranbolu

                                                                                      Amasya (Turquía)
          Sumela permaneció en nuestra memoria más tiempo del esperado. Y no por su belleza o por las bonitas fotos, que tomamos, sino por los efectos, que dejaron las ortigas en nuestra piel. A mi, en concreto, me picaron cuando buscaba emplazamiento sobre un muro, para hacer una foto y a mi pareja, cuando se escondía para orinar entre los matorrales. ¡Mirad, si debían ser venenosas las jodidas, que después de varios días, mantenemos los granitos y la irritación!.
                                                                                                              Ankara (Turquía)
          A la jornada siguiente, llegamos a Amasya y casi nada mas bajar del autobús, nos quedamos con la boca abierta y no la cerramos hasta que por la noche. partimos hacia Ankara. En esta localidad, se han confabulado la belleza natural -un hermoso río serpenteante y un conjunto armónico de montanas peladas y escarpadas-, con la acción del hombre, que llenó las laderas de impresionantes tumbas, casas otomanas y coloco en todo lo alto, una hermosa Ciudadela, a la que no nos costó ascender, gracias a nuestra actual buena forma física. La vimos en completa y absoluta soledad.
             Safranbolu (Turquía)
          Amasya es una de las joyas de Turquía y resulta desconocida para el turismo de masas. El único problema -trasladable a todo el país- es lo pronto, que se hace de noche en esta época del año: sobre las cuatro y media de la tarde. A las cinco, ya esta todo cerrado y no queda nadie en las calles -salvo en Estambul-, por lo que una hora después, parecieran ser las dos de la mañana. Ni en Suiza son tan muermos. Pero, no cabe duda, de que aquí, ya aprendieron a conciliar la vida familiar con las ventas de la tienda del bazar.

          Ayer, llegamos a Ankara, bastante cansados, tras dos noches consecutivas enlazando autobuses. Esta ciudad -capital del país- es horrible. hasta decir basta y este hecho no contribuyó a recuperar energías y el estado de ánimo.
                              Amasya
          El único interés reside en el Mausoleo de Ataturk -construido por alguien con escaso gusto-, donde miles de escolares -no solo de ocho o nueve, sino de dos, tres y cuatro anos-, desfilan cada día, con una esquela con la foto del muerto y la bandera de Turquía. Así, les lavan el cerebro desde tan corta edad y ya de mayores, son incapaces de pensar por si mismos. De esta forma, se alimentan muchos nacionalismos y fanatismos.
                                                                                                                                          Safronbolu 
        Y menos mal, que a pesar de las exageradas devociones hacia el personaje, es el padre de la Turquía moderna, al que sí tienen mucho, que agradecer: eliminó la poligamia, cambió el alfabeto árabe por el latino, quitó poder al estamento religioso, haciendo laico el país y dio derechos -incluido el del voto- a las mujeres.

          Nuestro hotel, en la capital de Turquía, fue el mas barato de este periplo, pero también el más decadente y cutre. Baste decir, que el baño compartido tenía azulejos y baldosas de mas de diez colores, debido a sus sucesivas reformas parciales. Fue quizás, la ruina más auténtica, que visitamos en estos días. La ducha era asunto aparte: establecidas diversas pesquisas deducimos, que llevaba sin ser utilizada, durante meses.
Ankara
          Pero, el tema estrella en la Turquía cotidiana de hoy, no es ni Ataturk, ni las elecciones en Estados Unidos o la galopante crisis económica, que sobrecoge al mundo. Aquí, de lo que se habla y no se para es, de Luis Aragonés y Dani Güiza, entrenador y jugador del Fenerbhace, de Estambul. Cada vez, que ponemos la televisión en el hotel, no dejamos de oír. constantemente: bla, bla, bla, bla, Aragones; bla, bla, bla, bla, Guıza... Y parece, por lo que nos han dicho algunos turcos, que los comentarios no son para bien, nı para el uno, ni tampoco para el otro.
                                                                                           Amasya
          Nosotros volvemos el lunes -dentro de cinco días-, pero es muy posible y tal y como están las cosas, que el que diera a España la segunda Euro de su historia, abandone Turquía, incluso, antes que nosotros.
                         Sofronbolu
          Y hablando de fútbol: igual, que cuando acaba la Euro, ya se sabe la fecha de la siguiente, cuando esta a punto de terminar una excedencia, llena de viajes, ya tenemos fecha para la próxima: el 1 de junio de 2012 comenzaremos otro largo viaje, que esta vez, sera de un ano completo, al menos.

                                                                               Ankara
          Curiosidades y planes de futuro al margen, hoy hemos arribado, a Safranbolu, una ciudad-museo muy agradable, de elegantes calles y casas. Visita muy agradable y relajante, acompañada por el buen tiempo. Esta noche tiramos para Bursa. No sé si es ya la séptima o la octava de de autobús. ¡Estamos muy cansados!.
                                                                 Safranbolu

miércoles, 1 de mayo de 2013

Hola, desde Trabzon

                                                                     Monasterio de Sumela (Turquía)
          Nuestros siguientes destinos fueron Mardin y Hasenkeif, imprescindibles en cualquier viaje por el este. La primera, es una pequeña Jerusalén. Las formaciones y grutas del segundo lugar, están a la altura de Capadocia, sin exagerar un ápice. Aunque, no es conocido por casi nadie. Va tan poca gente, que no les compensa pagar el sueldo a alguien, para cobrar entrada, ¿Algo gratis en Turquía?. ¡Pues sí!
                                 Hasankeyf (Turquía)
          Dıyarbakir nos decepcionó un poco, en materia de visitas. La culpa no fue de la Lonely, porque los atractivos, que destaca en esta ciudad, realmente existen, aunque se encuentran muy descuidados. Se supone, que la falta de ayuda gubernamental, a una ciudad, históricamente hostil, tiene que ver bastante con ello. Sin embargo, nos pareció maravillosa, en el sentido, de que pudimos empaparnos de la cultura kurda y de las vivencias de una población -encerrada dentro de los altos y gruesos muros negros de la ciudad-, fundamentalmente, humilde.
                                                                                                                         Mardin (Turquía)
        Si sales de sus dos calles principales, la miseria y la pobreza gobiernan sus angostas y abandonadas callejuelas, que un día debieron de ser de mas lustre, dado que la piedra de las paredes de las casas y el empedrado del suelo demuestran, que allí hubo tiempos mejores.

          Y claro esta, aunque no debería haber relación directa, la miseria y la pobreza llaman siempre a la basura, por lo que hay zonas de la ciudad que resultan intransitables. Las calles están llenas de niños. Unos jugando, otros peleándose o pegando a las niñas, incluso con palos; los menos pidiendo dinero y buena cantidad de ellos, encendiendo hogueras al atardecer, en plena vía publica. No supimos, si para pasar el rato o para calentarse (la temperatura no era muy baja).
                                                             Diiyarbakir (Turquía)
                    Erzurum (Turquía)
          Así, que dejamos esta localidad -donde los cantos de los muecines de las mezquitas suenan a cante jondo-, al anochecer de un viernes, estando plagada de planchas callejeras, en las que fríen brochetas de higaditos y otras carnes más identificables, que en el sudeste asiático. Luego, las depositan en pan de pita, le añaden vegetales a discreción y lo enrollan. El olor a plancha usada y poco lavada era insoportable. Tras nueve meses dando vueltas por el mundo, no hay nada mas fácil de reconocer con tan solo olerla, que una parrilla con el nombre 'cagalera' escrito de forma invisible en sus entrañas. A mi, una similar a estas, me tuvo cuatro días seguidos sentado en la taza del inodoro, en Cartagena de Indias.
                                                                                                                                  Trabzon (Turquía)
        En nuestra huida, estuvimos a punto de tener un problema de autobuses, al modo surrealista del sudeste asiático, que casi nos causa un gran contratiempo, pero los astros, esta vez, estuvieron de nuestra parte. Durante la mañana del sábado visitamos, Erzurum. Es bella, con impresionantes mezquitas, acabadas en torres cónicas y otros bellos monumentos. Pero, hacía tanto frío, que lo más importante de lo que nos preocupamos fue, como los viejos, de ir buscando el sol y la cobertura de los muros, para evitar el helador aire.
                                     Monasterio de Sumela
                               Hasankeyf
          La tarde de ese mismo día, tras una gran paliza de autobús, llegamos a Trabzon, el mayor puerto comercial del mar Negro. Tras la caída de la Unión Soviética, aquí llegaron en busca de una vida mas prospera, comerciantes y prostitutas de esa zona, a las que los turcos apodaron como, 'natashas'. Al menos, eso pone en la Lonely. Así, que esperábamos encontrar aquí, un bario chino decadente y algo peligroso y lo que vimos, desde el principio, es una prospera ciudad, estılo europeo, con tiendas y pastelerías elegantes, abundante venta de vino y cerveza -ya era hora-, calles peatonales y luminosas y chicas con formas femeninas y no embutidas en faldamentos -ya era hora también, después de nuestros últimos destinos, tan recatados-, respirando vitalidad y autoestima. En tan solo unas horas, nos pareció, haber pasado del lugar mas recóndito de Irán, a Las Vegas. O quızás y digo bien, a Sodoma y Gomorra.
                                                                                                                               Mardin 
        Para colmo, en Trabzon, la temperatura era excelente, así que hasta me llegue a plantear, tras varias copas de de vino, la osada idea, de salir a recorrer la ciudad al día siguiente, en pantalón corto. Pero..., ¡finalmente, no lo huce!.

          Hoy, hemos ido a Sumela, un precioso monasterio griego enclavado en un desfiladero, en el interior de un impresionante parque nacional, plagado de escarpadas montanas, riachuelos y cascadas. No hemos podido colarnos, dado que éramos los únicos visitantes y podía cantar mucho. Así que tuvimos que pasar por la taquilla.
                             Hasankeyf
          Esta noche nos vamos para Amasya, pero antes llenaremos nuestra bodega de vino, en previsión de que puedan volver los tiempos difíciles. Después, tiraremos para Sivas, Divrigi, Ankara, Safranbolu y Bursa, a visita por día, para llegar el domingo por la tarde, a Estambul, a la espera de nuestro vuelo a Roma, que saldrá en la mañana de lunes.

          Nos quedaran dos cosas sin ver, de las inicialmente previstas: la ciudad armenia de Anı, junto a Kars y el Monte Nemrut. Una pena, porque son preciosos lugares. En un caso fue, por no traer la equipación suficiente para un clima, que puede ser complicado, en esta época del año. Y en el otro, por enormes restricciones militares, que desaconsejan la visita. ¡Ya tenemos excusas suficientes para retornar a este país.

sábado, 27 de abril de 2013

Hola, desde Sanliurfa

                        Esta y las dos de más abajo son, de Sanliurfa (Turquía)
          A medida que viajamos por el este, el país se desturquıza y se va arabizando. Estamos en Sanliurfa, lugar de bellas mezquitas y con una ciudadela imponente, que quita el hipo. Aunque, lo más conocido son sus estanques, llenos de gordas carpas, a las que todo el mundo da de comer. La leyenda es larga y procede de los tiempos del mismísimo Abraham y del rey de este lugar. Y el final de la misma, consiste en que quién pesque una, se quedara ciego. Así, que creo, no atraparemos ninguna para nuestra cena.

          Sanliurfa es muy conservadora, como es habitual en un centro de peregrinación. La anécdota tuvo a los pantalones, como protagonistas principales. Nos miraban de forma muy extraña, por llevarlos cortos. Incluso, se reían de nosotros, sin disimulo. Mientras, debíamos observar con toda la naturalidad del mundo, los de los hombres lugareños, con la tela colgando hasta casi las rodillas, para separar ambas piernas (se observa en la primera foto).

          La magnífica Gaziantep, etapa anterior del viaje, supuso la reconciliación definitiva con Turquía. La modesta, pero bonita Ciudadela Romana, esta de restauración, así que solo pudimos verla por fuera; pero su colorido y enorme mercado, nos compenso todas las decepciones del Estambul, de hoy en día.

Pamukale (Turquía)
          Esta ciudad si que es auténtica. Las tiendas y talleres, hechas de madera o piedra, a franjas blancas y negras, están dispuestas para cubrir las necesidades de la población local o para trabajar. Todo es genuino. Nada esta puesto para algo o para alguien, como ocurre en los bazares y mercados de Estambul, que parecen una representación teatral, hábilmente montada para desplumar a los guiris.
Adana (Turquía) 
        En Gaziantep, te quedas embobado viendo a los artesanos labrar el bronce y el estaño en plena calle y a los vendedores de especias, hortalizas deshidratadas puestas en coloridas ristras -tipo pimientos choriceros y otras, irreconocibles-, esponjas naturales, dulces, frutos secos, aceitunas crudas, queso de feta... Dicen, que aquí se producen los mejores pistachos de todo el hemisferio norte.

          De sus calles salen hermosos patios: en uno venden alfombras, en otro felpudos con la cara del Che Guevara o Ladi Di y en un tercero, se ubica una hermosa cueva-bodega, construida en piedra, armoniosamente decorada a la turca, con alfombras y cojines para sentarse en el suelo. Fuera, en la terraza, enormes shisas -pipas de agua- están dispuestas para fumar y ver la vida pasar, relajadamente.

          Y es que cada vez, estamos mas contentos por haber optado por esta ruta alternativa del este de Turquía, donde no hay turistas, en decenas de kilómetros a la redonda. ¡Todo un agradable privilegio.
                      Esta, la de más arriba y la de más abajo son, de, Gaziantteep (Turquía)

        Días atrás y tras haber abandonado la antigua Constantinopla, estuvimos unas horas en Adana, que cuenta con la mezquita más grande y majestuosa, entre Estambul y Arabia Saudí. Mención especial en este lugar, merece el kebab local -denominado con el nombre de la ciudad-, que se come en plato, pan normal o de pita, con guindillas, tomate, perejil, cebolla morada y limón. Y es que en Turquía, podríamos estar engullendo kebab, durante semanas y todos los días, variando entre las especialidades de cada localidad o región. La carne es similar en todas partes, pero varía el tipo de pan y los complementos. En este país, también se consume el mejor pan que probamos, jamás. No parece extraño, que se consuma aquí, cuatro veces más este producto, que en el resto del continente europeo.
                  Esta y las dos de más abajo son, de Sanliurfa
          También visitamos, Denizli, aburrido lugar, donde no existe el alcohol -qué narices le habrá hecho a Mahoma la cerveza- y sí muchas tiendas de zapatos y ropa de saldo, a 3 y 5 liras turcas, donde revuelven las orondas lugareñas, ataviadas con sus capas y capas de faldamentos – superpuestos, a modo de cebolla-, de diversos olores , pero colocados sin disposición lógica, en cuanto a diseño y colores. También hay numerosas pastelerías, que venden sabrosos dulces y que les ayudan a mantener la corpulenta línea. Era necesario llegar hasta este lugar, porque a media hora se encuentran las maravillosas piscinas naturales de travertino (Pamukale) y las ruinas de Helıópolıs. Diez euros por la entrada nos parecieron demasiados, así que decidimos, trepar como furtivos, por una angosta ladera y arrastrarnos por la tierra para colarnos con éxito, aunque con algo de riesgo y nervios, La práctica de entrar a los sitios sin pagar, ya la empezamos a utilizar en el sudeste de Asıa -adonde son muy confiados, en cuanto a la honradez de los demás- y Túnez -donde lo son mucho menos-. Y es, que la crisis nos afecta a todos.

          Turquía, ya no es el país de precios razonables, que era. Sobre todo, en lo relacionado a lo que te succiona el estado: 10€ de visa y otros tantos o mas por cada atracción turística. Solo visitar lo básico en Estambul, en un par de días, cuesta unos 75€ por persona, cuando hace tres anos, era menos de la mitad.

          Con lo que cuesta aquí vivir 20 días, se mantiene unos 25 en Túnez, 30 en Sudamérica -menos en Argentina y Brasil-, 50 en Tailandia y unas 65 jornadas en Vietnam. Todo mas barato, que en España, donde llevando el mismo ritmo, que aquí o en viajes anteriores nacionales, solo nos daría para 11 días.