Este es el blog de algunos de nuestros últimos viajes (principalmente, de los largos). Es la versión de bolsillo de los extensos relatos, que se encuentran en la web, que se enlaza a la derecha. Cualquier consulta o denuncia de contenidos inadecuados, ofensivos o ilegales, que encontréis en los comentarios publicados en los posts, se ruega sean enviadas, a losviajesdeeva@gmail.com.

lunes, 31 de enero de 2011

En Mozambique, si que somos bienvenidos

      Hemos llegado a Mozambique. Al hacer el visado en la frontera, solo nos permiten una entrada. Adios a Malawi, un destino querido. Las consecuencias de no haber atravesado Zambia estan siendo duras. Ya lo intuiamos. No obstante, no nos arrepentimos.
                                                             Cuchamano
      Nuestro ingreso al pais, a traves de Cuchamano, ha sido extremecedor. Este pueblo carece de agua corriente. El liquido elemento, lo extrae un hombre en cubos y se lo va entregando a los lugarenos, que lo almacenan en garrafas o barrenos, para llevarse las primeras a su casa y lavar la ropa en los segundos, alli mismo.
 
      Luz electrica y alumbrado publico, si que hay. Pero, funciona 30 minutos y se corta tres horas. Asi, una y otra vez. Por lo que tenemos que usar la linterna, para coser uno a uno, los numerosos agujeros de la mosquitera de nuestra cama. En la habitacion de al lado, se suceden gritos de chicas, golpes y amenazas de llamar a la policia. Estamos en el unico motel del pueblo, que parece encubrir un burdel, fundamentalmente para camioneros, que transitan por esta frontera.
 
      Por supuesto el establecimiento, no dispone de ducha y los banos son unas vomitivas letrinas, con un apestoso agujero, que deben higienizar con cal viva, cuando se acuerdan. Asi, que orinamos en la habitacion, en botellas de Fanta de dos litros cortadas a cuchillo y evacuamos al jardin los fluidos, por la ventana.
                                            Chimoio  
      Salvo la carretera principal, el pueblo esta sin asfaltar, cubierto de charcos, basura y cabras sueltas retozando. Las viviendas son rondaveles pequenos y circulares, hechos en ladrillo o adobe y terminados en forma conica, con ramas y paja. No tienen bano y cocinan en la calle.
 
      Existe un pequeno mercado, con endebles puestos de madera, donde venden sobre todo, pescado en salazon, ademas de frutas, ropajes, zapatos y arroz. Encontramos numerosos bares -llamados bancas- pintorescos, caros y vacios. Tambien una nave industrial, llamada a bombo y platillo "complejo", que lo unico que contiene es un billar, una barra y una pantalla de plasma, donde ponen un partido de la liga inglesa.
 
      Hasta metidos dentro de la mosquitera, nos comen los bichos. Me pica una especie de escarabajo. Por donde habra entrado?. Al poner el pie en el suelo, por la falta de luz, piso sin calzado un enorme gusano muerto, que se estan merendando las hormigas.                                                 Chimoio  
      A la manana siguiente partimos para Chimoio, con cambio de transporte en Changara. El primer tramo lo hacemos en un abarrotado microbus y el segundo, en un pequeno camion. Ha parado y su propietario se ofrece a llevarnos, por 250 meticales, que es el precio del autobus. Lo rebajamos a 200 y no acepta. Hace amago de irse, pero aguantamos el tiron. Sabemos que en este pais, casi nadie va a dejar de ganar nueve euros, por perder dos y medio.
 
      El paisaje es agradable y muy verde. No deja de haber pequenos puentes de arroyos sin agua, minusculas aldeas y sobre todo, mucha gente a ambos lados de la carretera, caminando, de pie o sentados, viendo la vida pasar y sin hacer nada.
                                     Beira
      El momento del dia, llega a la hora de echar gaolina. Paramos en una estacion de servicio. Le dicen al conductor, que alli no y le mandan a otra parte. Vamos con la reserva. A unos tres kilometros, hay un hombre junto a una moto, escondido tras unos arbustos. Tras negociar la cantidad y el precio del combustible, de hoyos excavados en la rojiza tierra y tapados con ramas, va extrayendo garrafas. Coloca una goma en el deposito, a la que une el cuello cortado de una botella de Coca Cola, a modo de embudo. Sirve de tres de ellas y vuelve a colocarlas en susitio. Aparece otro hombre en otro ciclomotor, que se encarga de cobrar y dar el cambio. Seguimos, camino de Chimoio.

La burocracia zambiana, trunca nuestros planes

      En Africa, ni ninos ni adultos tienen mucho que hacer. Cualquier suceso, que se salga de lo cotidiano, por minimo que sea, se convierte en un espectaculo. Mucho mas si en el, esta involucrada "white people". En Kariba (Zimbabwe), la simple salida de autobuses, mantiene a decenas de transeuntes espectantes, viendo como las companias se disputan a los clientes, de forma muy agresiva, en trato y precios.
                        Frontera entre Zimbabwe y Zambia
      Los ninos se parten de risa, cuando se dan cuenta de nuestro desconcierto. Pero, rapidamente reaccionamos y corremos tras ellos, al grito de "white peole eats black children". Luego, tratan de adivinar nuestra nacionalidad y lo mas cerca que nos colocan es en el extremo oriente asiatico.
 
      La tarde habia sido tranquila y de nuevo, habiamos visto elefantes, hipopotamos y decenas de especies de pajaros. Y ya habiendo atardecido y por primera vez, contemplamos preciosas luciernagas saltarinas.

      La manana habia sido mucho mas dura. Madrugamos. Fue relativamente facil, trasladarnos a la frontera de salida de Zimbabwe. Hasta llegar a la de Zambia, anduvimos unos cuatro kilometros, con preciosas vistas del lago Kariba y de la presa. Pero, con tres problemas anadidos: Vamos sin agua, tres de los cuatro kilometros son de subida y el calor tropical humedo es infernal. Paramos ante un severo control y contemplamos mas adelante, como un policia pesca con una cana, que consiste en una botella de Fanta atada a un hilo, mientras en la otra mano sujeta la metralleta y en algun bolsillo de su traje esconde un movil, con musica de la zona a todo vlolumen.
                             Kariba
      En inmigracion de Zambia, tardan mas de cindo minutos en aparecer. Escribimos nuestros datos en un libro de registro. El sudor cae sobre el a borbotones. Y eso que a ratos, nos secamos con la toalla, envolviendo la cabeza.
 
      Los funcionarios permanecen indiferentes y sin hablar hasta el momento de decir: "Fifty dollars each". En la Lonely pone 25 y que se pueden pagar en euros. Pero, ni lo uno, ni lo otro. Solo tenemos 94. Pedimos poder ir a un cajero cercano. No. La unica solucion es, negociar con uno de los buscavidas que hay en este area. Naturalmente, nos quiere cambiar primero,  de euros a kwachas -moneda local- y luego a dolares, porque ni siquiera en su propia divisa, aceptan el pago del visado. Cuando le pedimos que nos agilice el proceso, de euros a dolares, nos oferta uno por uno, innegociable. Hasta para tomar una pequena cocacola, tenemos que cambiarle dos dolares a kwachas.
 
       Es nuestra unica e irremediable concesion. Decidimos volvernos a Zimbabwe y los funcionarios, todavia se asombran. Comenzamos el camino de vuelta.                                                Harare
      Todo cambia (como siempre ocurre en Africa). Un coche con ranchera se detiene y nos lleva hasta el otro puesto fronterizo. Tras desesperadas explicaciones, el amable funcionario de Zimbabwe, entiende nuestra situacion y en vez de hacernos pagar otra vez el visado -30 dolares-, tacha la fecha anterior de salida.
 
      Sin siquiera hacer autoestop, entre un conductor blanco y otro negro -cayendo una inmensa tormenta-, nos devuelven a nuestra querida Kariba. La gente de este pais es maravillosa.

      De Zambia, con las Cataratas Victoria, las bonitas vistas de la presa y el trato de su administracion, ya tuvimos suficiente. Vamos rumbo a la incertidumbre o lo que es lo mismo: A Mozambique, Malawi o Sudafrica.
                                Harare
      Tras regresar a Harare e ir a la embajada de Mozambique, resulta que el visado a este pais cuesta 40 dolares y en la frontera 10. Y nos lo explican en perfecto espanol (en Moambique se habla portugues). Nuestra graduacion en Africa va a ser mas larga y sufrida de lo esperado.
 
      Aunque nos bastaria, con que se acabaran las incesantes lluvias y el asfixiante calor. Tambien los largos ratos con la mochila a cuestas. Aunque, como aqui hay tantos supermercados se va cambiando de la consigna de uno a otro, cada rato, ante la expresion sufrida del negrito, que la coge y que dice: "is very heavy".
 
      Ett'o dijo un dia: "Trabajo como un negro, para poder vivir como un blanco". Nosotros hemos trabajado durante anos, como suertudos blanquitos, para vivir ahora como negros.
                                                                                              Harare

Emociones fuertes en Kariba

            Nos sentimos entusiasmados viendo elefantes, bufalos, cebras e hipopotamos a solo 20 metros de distancia, en Kariba, en la frontera entre Zimbabwe y Zambia.
 Harare
            Hace menos de dos horas, estabamos desesperados, porque ninguno de los dos cajeros del lugar, nos daba dinero. Teniamos unicamente 35 dolares y ya solo el hotel -regateado con fuerza anoche- son 30. Asi que, nueva negociacion a la heroica, para tratar de dejarlo en 25 y guardar un billete de 10, para saciar los efectos del húmedo y
asfixiante calor.

            Asi es Africa. A ratos te sientes en la gloria, a ratos en el infierno. No hay termino medio, para el viaje mas duro y trepidante, que hicimos jamas.

            Para muestra, el dia de ayer. La estacion de buses de Harare, esta a cuatro kilometros del centro y decidimos ir andando. A cada metro, el panorama es mas desolador. Edificios de viviendas medio en ruinas, con los cristales pegados con celo o sustituidos por carton. Tenderetes sobre una lona o sabana, entre enormes y aquerosos charcos, donde ofertan faldamentos varios a un dolar, cargadores de moviles antiguos, gomas de neumaticos inservibles... Muchos vendedores y ningun comprador.

                                                                      Harare
            Nuestro bus a Kariba parte a las doce y media. Va abarrotado -con gente incluso de pie- y el techo lleno de bultos, incluidos unacama y un sofa.

            Resulta dificil dilucidar, si esta peor la carretera o los amortiguadores del vehiculo, por lo que el traqueteo es tan agitado, que casi llegas a golpearte con el techo, para luego dejar el culo caer de plano. Paradas y mas paradas. Bien, sin motivo aparente, bien por los numerosos controles policiales. Asfixia, agobio  cataratas de sudor, que se hacen insoportables, cada vez que el bus se detiene.
                                                                                Harare
            Tras nueve horas y media, en las que casi no nos dejan salir ni a orinar y en las que hay que hidratarse constantemente, gracias a los vendedores de los pueblos, llegamos al destino.

            De cien viajes como el de hoy, que hubieramos hecho, en 99 ocasiones habriamos dormido en la calle, aqui, donde hay un unico y caro hotel centrico y un lodge, ilocalizable por uno mismo y menos de noche.

            Pero, en este viaje y hasta ahora, la suerte nos acompana. Un buscavidas y al exhorbitante precio de 25 dolares, nos trata de colocar en un vehiculo, que nos lleve al alojamiento. Como no ofrecemos mas de dos y no hay negociacion posible, nos acompana el mismo andando, por calles sin iluminar, en las que hay que tirar de
linterna.

            Aun resta un duro regateo, con el dueno del alojamiento. Se cree con la sarten por el mango, pero nosotros estamos dispujestos a pasar lo noche tomando cervezas, en un cercano y animado club nocturno. Cede y acepta nuestra oferta, dejando los 40 dolares en 30.
                                Kariba
            Estamos deshidratados y preguntamos -dado que no nos dan llave de la puerta de la calle-, si podemos salir a beber algo. "No problem". Tras la revitalizante cerveza -a ritmo de "No voman donnt cry"-, que tomamos siendo el centro de atencion de los lugarenos, como otras tantas veces, regresamos al alojamiento por senderos repletos de
fauna nocturna (fundamentalmente, insectos chillones). La alambrada que protege el lodge, esta cerrada y nadie responde a nuestros "hello" desesperados (no hay timbre).

            Tras quince minutos y como fugitivos, nos decidimos a saltarla. Resultado: caida leve del uno y rasgunos en un dedo y dos sietes en la camisa para el otro. La puerta interior del edificio esta abierta y el negrito del "no problem", durmiento placidamente en el sofa. Al menos esta noche, tenemos ruidoso ventilador y mosquitera. Todo un lujo.
                                                                             Kariba
            No hemos conseguido encontrar una sola agencia, que nos organice un circuito para Mana Pools, el parque nacional de los cuatro estanques, que tantas ganas teniamos de ver. ¡Una pena!.   
                                                                                                   Kariba

jueves, 13 de enero de 2011

"No change", "No coins"

                                                                                         Gran Zimbabwe
       Vsitando el Gran Zimbabwe -las ruinas mas importantes de Africa-, un lugareno nos conto, que el pais ha cambiado mucho y para bien, despues de una alianza de partidos, entre Mugabe -el que llevo a la nacion a la ruina- y la oposicion. Dando esto por bueno, resulta casi imposible deducir, como seria el pais antes.
                                                        Bulawayo
      La mayoria de las ciudades -incluida la capital o Mutare, la tercera mas grande del pais-, no tienen iluminacion nocturna. Hay farolas, pero imagino, que un dia se dejaron de pagar las facturas y se corto el suministro. Hay que transitar y evitar los frecuentes socavones, con la luz de los faros de los coches -que deslumbran-, los rayos de las tormentas y algunos negocios particulares.
 
      Como Mugabe, no dejaba de darle a la maquina de los billetes, la divisa se devaluaba dia a dia. Decidieron entonces, adoptar el dolar -aqui estan los mas viejos y ronosos del mundo del mundo- como unica moneda. Pero, para las cifras inferiores a la unidad no introdujeron centavos americanos o sus antiguas monedas -como ocurre en Panama o Camboya-. Escogieron el rand sudafricano, bajo la equivalencia de un dolar, igual a siete rands. Os imaginais que lio en las cajas de los supermercados y mas teniendo en cuenta, que solo circularn monedas de 2, 1 rands y 50 centimos?
 
      "No coins", "No change", son las dos expresiones mas oidas aqui. Y es que el desabastecimiento de monedas es tal, que o calculas tus compras aproximandote a la unidad o te llevas de vuelta un saco de caramelos y/o boligrafos.
 Mutare
      Por las carreteras son frecuentes los controles policiales. En un viaje de cuatro horas suelen ser seis o siete y en muchos de ellos, el personal del bus entrega dinero. Unas veces, a cambio de un recibo y otras bajo cuerda. Las extorsiones, sin embargo, no afectan a los viajeros.
 
      El paro se aproxima al 70%. Asi, es frecuente ver a decenas de jovenes ocupando todos los apoyaderos y bordillos de las calles, mirando al frente, como pasa el tiempo o bebiendo jarras de chibuku -espesa, caliente y agria cerveza de maiz-, que se sirve en tanques individuales de dos litros, a 50 centavos (si no tienes monedas, te deberias tomar cuatro litros, para redondear al dolar). El pollo, por ejemplo y para hacerse una idea, cuesta cinco dolares -unos 3,75 euros- el kilo, en una carniceria.                                                                      Gran Zimbabwe 
 
      Para ir desde las cataratas Victoria a Bulawayo, optamos por el tren nocturno. Habiamos decidido hacer un dispendio y pagar los siete dolares de la segunda clase, que es mas o menos, litera. Pero al ser pareja mixta teniamos que comprar las tres del compartimento. Asi, que finalmente, adquirimos dos boletos de "economy", a cinco dolares.
                       Bulawayo
      El convoy es, el peor en el que hemos viajado en todos nuestros periplos por el mundo. Asientos de madera, que un dia debieron estar recubiertos de esponjilla y skay, a tenor de los restos que quedan. El olor al subir es nauseabundo, procedente de los desvencijados banos, consistentes en un agujero hacia la via. No tienen luz. Por lo que hay que practicar el habil arte, de conseguir orinar, mientras con una mano te iluminas con el movil y con la otra, sujetas la puerta, porque tampoco existe pestillo. De todos los vagones, solo en dos funciona una tenue bombilla. El resto del tren va a oscuras y el revisor, porta un casco como el de un minero -con luz en lo alto-, para comprobar los billetes. En una parada sube un policia, que sonrie y nos pregunta: "Are you safe". "Yes, of course", respondemos.
 
      Y es que a pesar de todo lo anterior y a que pasan cosas, como en el resto del mundo, este es un pais totalmente seguro para el viajero y ademas -junto a Ciudad del Cabo y el Okavango, en Sudafrica y Botsuana-, es uno de los pocos lugares que dispone de infraestructura turistica -algo obsoleta-, fruto de las avalanchas turisticas de cuando a Mugabe, aun no se le habian cruzado los cables Eso si: encontrarse en un hotel de 30 dolares, sin agua o sin luz, no le deberia extranar a nadie, que lleve dos dias aqui.
                                                                                              Mutare

sábado, 8 de enero de 2011

Feliz año desde las Cataratas Victoria (con Nochevieja movida)

      Siempre habia sonado, con pasar un fin de ano en el hemisferio sur, viendo a papa Noel en manga corta y disfrutando del entusiasmo local, por el inicio de una nueva singladura temporal.

      Los deseos, nunca se cumplen, como se ha imaginado. Efectivamente, vivimos nuestra primera Nochevieja en el tropico de Capricornio y probablemente, sera la mas inolvidable de todas. Pero...
 Cataratas Victoria (desde Zimbabwe) 
      El dia no empezo nada bien. A las nueve menos cuarto de la manana, desocupamos nuestra habitacion en Nata (Botsuana), para llegar a la gasolinera, que hace funciones de estacion de autobuses. Nos habian dicho, que a las nueve, partia un bus para Kasane. Nada de nada. Seis horas esperando y lo unico que llega, es un micro con una sola plaza disponible. Mientras tanto, a ratos diluvia. Casi nos llevan a la carcel, por estar bebiendo una cerveza en la calle. Afortunadamente, conseguimos templar nuestro cuerpo, con una buena racion de pollo, arroz, vegetales y alubias.
                Cataratas Victoria (desde Zimbabwe) 
      Cuando presumimos, que el fin de ano lo pasaremos en la gasolinera, aparece el que organiza los chanchullos de la estacion y por una propinilla, nos coloca en un coche particular, junto a otra chica, al mismo precio que el autobus.
 
      Conductor suicida, aunque en coche nuevo, nos pone en tres horas en Kasane. Hay cinco hoteles. Dos estan llenos, uno derruido -aunque con el luminoso encendido y vigilante de seguridad presente- y dos, de precio inasumible. Son las siete y media de la tarde y no hay casi nadie en la calle, una vez que ha cerrado el centro comercial del pueblo. Aceptamos lo evidente: Nochevieja sin hogar y con la mochila a cuestas. Nos acercamos a un bar y tomamos unas cervezas Black Label. Nos animamos, con los efluvios del alcohol y viendo como los pocos lugarenos, disfrutan rompiendo los cascos contra el suelo. A las once cierran.
 
      Caminando, encontramos una tienda de fotos peculiar. Se trata de una especie de cabana de madera.  Dentro tiene un habitaculo cerrado, a modo de negocio y accesible, una alfombra sucia en el suelo y un fondo claro, para hacer instantaneas. Ademas, un lavabo y al otro lado, la estructura de madera diafana. Pintoresco lugar.
 
      En el centro, una especie de 3+2 de mimbre, donde nos acomodamos y celebramos la llegada del nuevo ano, a ritmo de tres fuegos artificiales y una botella de vino. Rara y entranable estampa navidena.

      Dulces e inalterados suenos, hasta que a las siete y media de la manana, llega el propietario del chiringuito, dispuesto a abrir. No parece enojado, pero nos explica, que no es lugar para "acmodation"
 
      Recorremos la calle principal. Todo esta abierto, como en un dia normal y lo del happy new year, aqui suena a chino. Tras dos horas de gestiones, visados y transporte, nos encontramos de frente y ya en Zimbabwe, ante las maravillosas Cataratas Victoria.
 Victoria Falls 

El delta del Okavango

      Delta del Okavango
          A menos de 200 metros del inicio del paseo para el avistamiento de animales en el delta del Okavango, tropezamos con una enorme mierda de elefante. Segun Gowe, nuestro experto, emotivo y comunicativo guia, es de hace tres semanas. Con las manos escarba en ella, para mostrarnos como estan creciendo, una especie de champinones. Son las mismas extremidades, que luego usara -sin jabon o agua de por medio- para zamparse un bocadillo de mantequilla de cacahuete y para hacer funciones de recogida y recipiente de agua del propio rio, con el fin de saciar su sed. Y nosotros preocupados, porque al desembarcar, hemos tenido que meter los pies en el agua y caminar por el fango, poruqe no hay muelles!!. Mira, que nos lo han dicho veinte veces en Sanidad Exterior: No tocar el agua de los rios, que la esquistosomiasis, no es cosa de poca monta.
  Delta del Okavango (Botswana)
      Lo interesante de esta cara, pero imprescindible excursion, mas que ver animales, es recorrer el delta en mokoro. Se trata de una larga y estrecha embarcacion, de escaso calado -la profundidad en muchos tramos, es de centimetros-, en forma de medio tronco de arbol vaciado. El que nos transporta, va clavando en el suelo un largo remo terminado en forma de Y. Navegamos a ras del agua y el paisaje es espectacular: Enormes y omnipresentes nenufares, flores a modo de margaritas gigantes -que se abren por el dia y se cierran por la noche-; plantaciones de alargados papiros y mucha vegetacion, que casi convierte en un hilo, el espacio por donde pasan los botes.
  Delta del Okavango (Botswana)
      En la barca de detras, viaja una pareja de holandeses. Lo primero, que ella nos ha dejado claro, es que no quiere hablar de futbol. Mas a la defensiva y a lo bestia, que en la propia final del Mundial.

      En cuanto a la contemplacion de animales, hemos tenido mucha suerte, dado que es mediodia y a esas horas, suelen estar en el bosque, ocultos debido al calor: Una enorme jirafa -a menos de 25 metros-, una docena de hipopotamos, un antilope y decenas de especies de pajaros. Ademas, la cornamenta sobrante de un antilope depredado y huellas de guepardo, hipopotamo, cebra, leopardo y elefante. Todo ello, en dos horas.
 
      Lo normal es, ir a ver animales bien temprano o al atardecer, pero eso, supone pasar una noche en la jungla, resultando mucho mas costoso -unos 200 euros por persona- y con bastantes horas perdidas en el campamento, sin nada que hacer.
                                                                               Delta del Okavango
                                                                                Delta del Okavango

Feliz Navidad desde Gaborone (Botsuana)

Salvo las mas de cinco horas, en que hemos viajado en bus con aire acondicionado -toda una novedad-, hemos vivido una navidad a mas de 35 grados, en Gaborone y Francistown, las dos principales ciudades de la despoblada Botsuana.
                                                                                                        Gaborone
            Las habituales navidades blancas, llenas de frivolidad y consumismo, se han transformado aqui, en navidades negras -si nos atenemos al color de la piel de quienes nos rodean- o rojas -si miramos el de la nuestra-.

            Gaborone hoy, funciona a pleno rendimiento (dentro de que la actividad de esta capital es menor, que la de Soria, en cualquier manana apatica). Tres de sus cinco supermercados han abierto y estan abarrotados de gente, que viene a comprar lo mismo que todos los dias: Pap -pure de harina de maiz-, alguna pieza de pollo y refrescos,con los que aliviar el calor. En el bus, la gente come pollo con patatas fritas, del Hungry Lion, una de las tantas cadenas de comida rapida del sur de Africa. Nosotros aplacamos el hambre, con papas fritas de bolsa,alubias con arroz y bocadillos de salchichas. Nunca recordare lo que comimos la Navidad de 1989, 1997 o 2003. Pero,siempre permanecera en nuestra memoria, el improvisado menu de este ano.
                                   Maun
            Las tiendas de los centros comerciales se han permitido el lujo de cerrar. No asi, los destartalados puestos callejeros, cuyos gestores parece que hoy, tienen poco mas que celebrar, que seguir viviendo dia a dia.
                                     
            Anochecido ya, este extrano dia y habiendo encontrado hotel facilmente -cosa nada sencilla aqui-, tenemos nuestra explosion navidena, en un suburbio de Francistown, tomando una fresquisima cerveza, Black Label, que nos reconforta de arriba a abajo.

            Poca cosa, para los que en el invierno boreal, llevais encima decenas de botellas de champan. Pero -aparte de familia y amigos-, ese burbujeante placer es, lo unico que echamos de menos de vuestra -que ya no nuestra- Navidad. Merry Christmas!!.
                                                  Mokoros, embarcaciones que navegan por el delta del Okavango

Las ciudades no ciudad

                                           Stellenbosch
Asi las llamamos -tambien ciudades falsas- y las descubrimos por primera vez, en el sudeste asiatico. No las habiamos visto tampoco en Hispanoamerica. Pero, aqui en Africa, ya llevamos unas cuantas (y las que nos deben quedar).

             Normalmente, se hallan en el entorno de los 100.000 a los 300.000 habitantes (datos obtenidos de nuestra guia). Cuando a uno le aventuran esas cifras, piensa en una ciudad tipo medio, como por ejemplo Valladolid, dotada de todos los servicios, instituciones de gestion y gobierno y barrios diferenciados.

            Nada de esto ocurre -y de otras muchas cosas- en las ciudades no ciudad, a pesar de su teorica poblacion similar. Se vertebran en torno a nucleos urbanos de una sola planta, disenados a lo ancho y no a lo alto. El centro -con casa consistorial o no-, lo ocupan numerosos edificios cubicos o rectangulares, de escaso gusto, agrupados por manzanas. Resulta incierto, si han sido levantados ayer o hace veinte anos. Albergan grandes centros comerciales, tiendas de casi todo o sirven de naves de almacenamiento. La competicion no consiste en saber quien oferta el mejor genero o precio, sino quien es capaz de poner la musica mas alta y al locutor mas dicharachero y guay.Y asi -de forma desesperante- una manzana tras otra.
 Simonstown
            Por supuesto -a diferencia del sudeste asiatico- no hay hoteles y milagrosamente, se localiza una guesthouse. Tampoco aparecen edificios administrativos. Donde estan?. Ah, ni idea!!. Al igual que las viviendas de la gente, pues muchas veces, tras este complejo urbanistico, solo se encuentran las afueras. En otras ocasiones, sin embargo, si es posible ver, algun barrio de pequenas casas o pisos. Viviran aqui los 300.000?. Lo haran por turnos?. Lo haran en las alcantarillas?.
                                                          Kimberley
            Al amanecesr, estas ciudades aparecen limpias y saludables, mientras al anochecer, se encuentran guarrisimas, malolientes y destartaladas. A ello contribuyen eficazmente, los puestos callejeros de quita y pon. En ambos momentos se muestran despobladas. Pero, durante el dia no. Todos los centros comerciales -hasta cuatro, del tamano de una gran superficie, para 55.000 habitantes que tiene Mafikeng- vibran abarrotados y las calles se apelotonan de ciudadanos, que no deben necesitar de morada o burocracia adeministrativa, que asiente sus vidas. Nunca -ni siquiera con Juan Tamariz-, vi aparecer y desaparecer -en este caso gente- con tanta discreccion y arte y sin causar molestias.

            A mediodia, siempre estaran puntuales a la cita, con su enorme racion de pap (gachas de harina de maiz) y con su minuscula tajada de pollo.

viernes, 7 de enero de 2011

Bellisima Ciudad del Cabo

Ciudad del Cabo
Alguien dijo una vez, que los cuatro enclaves urbanos mejor paisajisticamente dotados del mundo son, Rio de Janeiro, San Francisco, Ciudad del Cabo y Sydney. Conocemos los tres primeros y aunque Rio, nos parece el mas bello, nos resistimos a hacerlos competir. Todos son lugares magnificos.

            La ubicacion mas espectacular y las mejores playas, son las de la ciudad carioca, pero ya quisiera esta, tener un waterfront, como el de Ciudad del Cabo o en frente, una isla como la de Alcatraz, en San Francisco ( las juguetonas focas del muelle, el sky line...).

            Long Street -o guiri street- es la calle mas significativa de Ciudad del Cabo y la mas segura de Africa, con policias cada 200 metros o menos. En ella lucen bellos edificios coloniales, muy bien cuidados. La mayoria se corresponden con sedes de animados bares o alojamientos para mochileros (a precio bastante mas elevado, de lo que puede y desea pagar un trotamundos).
                                                     Ciudad del Cabo
            Anexa a esta calle, se halla la zona monumental. Es peatonal e interesante, aunque demasiado europeizada. Si se quiere tener una hermosa vista del entorno paisajistico, los pobres subimos al encantador barrio de Bo'Kap -de bellas casas bajas y de colores-, ddesde donde se obtiene una bonita vista. Los ricos, por el contrario, abonan sin problemas los 12 euros diarios del autobus turistico y los 18, que cuesta subir en funicular, al magnifico monte Table.

            Si algo diferencia a Cape Town de Rio y San Francisco -al menos en esta epoca- es la casi total ausencia de calima, que impida las buenas vistas. El waterfront -muelle, plagado de restaurantes y centros comerciales, disenados con bastante gusto-, esta apenas a veinte minutos andando de la estacion de tren. Las panoramicas son magnificas. Mientras unos se atiborran a comida rapida sin importarles otra cosa, otros gastan lo que no tienen, en subir a la noria (9 euros), entrar al oceanografico (10 euros), ver la puesta de sol desdeun barco (20 euros)....
                                                                      Ciudad del Cabo
            Es posible, que la imprevision de un pais -que en muchas cosas es del primer mundo y en otras cuantas del tercero-, nos deje aquí atrapados en esta ciudad, hasta despues de Navidad, por falta de transporte hacia todos los destinos. Y eso, que cuando esto escribo, es todavia 20 de diciembre

Largo viaje en tren a Ciudad del Cabo

                                                                                Bluenfontein
Cuando escribimos sobre el viaje, siempre tratamos de ir filtrando, para que os quede lo mas ameno, divertido, chocante, aventurero o curioso, de aquello que nos acontece. Casi nunca, os hablamos de los malos ratos -que los hay y no son pocos- o del esfuerzo que hay que hacer, dia a dia, para atar un cabo con el siguiente. A estas alturas -y van solo doce dias- ya hemos tenido problemas de salud -afortunadamente resueltos-, nos ha tocado buscar algun alojamiento de noche en ciudades inseguras, por culpa de las
esperas de incluso, tres horas, hasta que se llena y parte un microbus.

Ademas, nos hemos empapado con la maldita epoca de lluvias, nos ha tocado pernoctar en algun sitio de dudosa seguridad, hemos sido machacados por los mosquitos en Durban -como ya sabeis- y hemos pasado 23 horas y media, en la tercera clase de un tren, entre Blounfontein y Ciudad del Cabo.

            Ha sido agotador, pero ha merecido la pena. A pesar de que las primeras horas, resultan divertidas y coloridas, luego se tornan exasperantes. Los trenes no estan mal aqui, pero son muy lentos. Aunque, mas confortables -en tercera-, que un Alsa de alli. Los barren a ratos y los banos, para el numero de horas y viajeros -teniendo en cuenta, que en cada vagon van mas de 20 ninos de diversas edades- estan relativamente limpios.
 Ciudad del Cabo
            Somos los unicos blancos, que viajamos en esta clase, pero nadie se asombra, ni es hostil. El alcohol -vino y cerveza- corre a raudales en los compartimentos. Hay un chico, que canta genial -como casi todo
el mundo aqui- todo lo que le encomiendan, con movimientos del mas autentico Michael Jackson.

            Pasan los revisores de cinco en cinco, sin uniforme y con un peto fosforito. Aqui, todo el mundo que es algo importante lo lleva (seguratas, policias...). A pesar de los 30 grados, hay gente tapada con mantas. Varias madres duermen en los asientos, mientras sus vastagos lo hacen en el suelo, a sus pies.

            En los trenes de Sudafrica, todo el mundo hace lo que quiere, sin pensar en si molesta o no: canturrear, poner musica alta en el movil, hablar a voces, beber cerveza tras cerveza estampanando los
cascos contra las vias, tirar los desperdicios por la ventana... En una de esas, un plato de restos de arroz con pollo y salsa, se estrella contra mi cabeza. Nadie se inmuta, mientras trato de no poner
mala cara y escucho mas de veinte veces la palabra "sorry" (lo siento).
                                                                  Ciudad del Cabo
            El viaje es tan largo, que la renovacion del pasaje es, casi constante, en las eternas paradas. Los olores, a lo largo del trayecto, tambien van cambiando. Cuando subimos, apestaba a devuelto infantil. Luego, vinieron eflucios de pollo asado, papas fritas de bolsa, neumaticos quemados...

            Lo peor es, cuando el tren -entre las nueve y las doce de la noche- circula cinco minutos y para veinte, ante semaforos en rojo o en verde, igual da. Como aqui son tan frioleros, el convoy va casi
sellado. El calor, fluidos diversos que campan a sus anchas por el suelo y hedores humanos naturales -afortunadamente, del mismo dia-, hacen el ambiente irrespirable.

            No podemos mas y arriesgandonos a un motin, abrimos nuestra ventana, buscando el aire fresco de la noche, de luna de cuarto menguante. Pero, ni por lo uno ni por lo otro, nadie se desespera en este continente. Saben que no merece la pena. Mientras tanto, un hombre pega un salto y se acomoda para dormir, como si fuera en una litera, en el compartimento superior de los equipajes.
                                                                                    Ciudad del Cabo